viernes, febrero 02, 2007

¿Hubo fraude en el voto presencial de las elecciones del Madrid?


El auto de la juez Milagros Aparicio sentencia que el proceso del voto por correo fue una gran chapuza carente de garantías y transforma así los comentarios periodísticos sobre la tradicional utilización perversa de dicho mecanismo (Mendoza, Florentino...) en certeza judicial. Pero si el proceso del voto por correo ha carecido de los mínimos requisitos garantistas, ¿qué decir del voto presencial que aupó a Ramón Calderón a la presidencia por apenas 246 votos?

He repasado los datos del voto presencial que tuvo lugar el domingo 2 de julio de 2006 en la carpa electoral del Bernabéu y no cuadran por más vueltas que les den. Según los datos oficiales votaron 27.998 socios, el 42,9% de los censados, entre las diez de la mañana y las ocho de la tarde, hora en que se cerraron las puertas y pudieron ejercer su voto (pero sólo hasta las 20,15 horas) los socios presentes en la carpa. Hasta las siete de la tarde habían votado 16.132 socios, es decir, un promedio de 1.792 socios por hora. Pero según la información del club, entre siete y ocho y cuarto de la tarde votaron 11.866 socios, o sea más de seis veces más que el promedio de todo el día. Yo estaba allí justamente a esa hora, en la puerta de la carpa, y garantizo que no hubo ninguna avalancha que justificase esa cifra. Hubo mucha gente, cierto, pero no doce mil personas entrando en una carpa y votando, pues los cálculos demuestran que resulta metafísicamente imposible que fuese así.

Cada una de las 11.866 personas habría dispuesto de apenas 13 segundos para efectuar todo el proceso del voto presencial en alguna de las 36 mesas electorales, un proceso que como mínimo precisaba de uno a dos minutos. Trece segundos para entrar en la carpa identificándose ante los porteros de seguridad con el carnet de socio; buscar la mesa correspondiente a través de los carteles indicadores en función del número de socio; presentarse ante el presidente de la mesa e identificarse con DNI y carnet de socio; recibir autorización para votar una vez contrastada la identificación con las listas de socios; y depositar la papeleta en la urna. Trece segundos para este proceso. Y así hasta doce mil personas seguidas. Sencillamente, imposible.

En aquellos días de julio me llamó la atención esta circunstancia e incluso solicité al Madrid la versión oficial y un portavoz de la oficina de prensa la resumió así: “Sólo la Junta Electoral sabe lo ocurrido. Nosotros no nos encargamos de dicha información. Nos sorprende, pero sólo sabemos lo que dijo la Junta”. Ayer, la juez Aparicio efectuó en su auto una completa descalificación de la vigilancia y supervisión que dicha Junta Electoral efectuó sobre el voto por correo. La misma Junta Electoral que supervisó el voto presencial y suministró los resultados oficiales.

Yo no poseo pruebas para afirmar que el voto presencial de las elecciones fue fraudulento o, por lo menos, tan irregular como afirma la sentencia judicial con respecto al voto por correo. Pero es indiscutible que los datos ofrecidos por la Junta Electoral sobre la afluencia de votantes en el Bernabéu son falsos, erróneos o irregulares, sin que haya mediado hasta la fecha rectificación ni corrección alguna, ni tampoco denuncia de fraude, por lo que empiezo a sospechar que estamos frente a algo más que un simple y monumental error.

Referencias
- Un voto imposible
- El club no lo comprende
- Voto sin garantías
- Auto de la juez


La receta de Luis Fernández



Luis Fernández cumplió anoche su octavo partido como técnico del Betis con un balance inesperado: sólo ha perdido (y por goleada) frente a Osasuna, pero desde su debut ha vencido a Celta y Valencia y empatado con Racing, Madrid (por dos veces), Barça y Sevilla. Difícil mejorarlo. Lo ha conseguido con una receta simple: correr más que el rival, pelear todos los balones, no desmayar en noventa minutos. Receta que sirve para no perder aunque deja flecos sueltos con respecto a la calidad del juego. Assunçao es el símbolo. Desapareció aquel jugador indolente para convertirse en un luchador infatigable. La receta no es de alta cocina, pero le está sirviendo al Betis para salir de la depresión.

Fotos: EFE - Real Madrid.com.