
Diré de entrada algunas cuestiones básicas sobre Cristiano Ronaldo que me parecen indiscutibles:
- Es un malabarista del balón, con una técnica básica espectacular
- Ha corregido (le han corregido) su exceso de filigranas y optado por un juego más directo y efectivo
- Anímicamente ha dado un gran paso adelante en el liderazgo de su equipo

Porque es un jugador de carácter inestable y extremista, capaz de grandes euforias, pero también de grandes bajones. Con hambre para comerse el mundo, pero dispuesto a dejar su club a la menor crítica. Defecto superable, por supuesto, pero defecto de riesgo elevado.
Porque el valor en que ha sido tasado (entre 50 y 80 millones, según las versiones) no sólo es aberrante por su magnitud y desestabilizador de la economía de cualquier club (salvo del Chelsea), sino que en momentos actuales de relativo comedimiento en el precio de los fichajes supondría una losa inmensa sobre las espaldas del jugador. Un nuevo elemento de presión para un futbolista no maduro.
Porque sus características esenciales como jugador son la velocidad y el regate, pero no en ataque estático cuando la defensa contraria se encuentra bien aposentada y fija en sus trincheras. En el fútbol inglés, Cristiano Ronaldo halla praderas inmensas sobre las que galopar cuando el ataque del Manchester es dinámico, pero si tiene que crear desde parado, a partir de cero, su fútbol baja muchos enteros. Y ese es, precisamente, el tipo de juego con que se enfrenta por lo general un equipo como el Barça.


Los más ricos...

De nuevo, la consultora Deloitte ha mandado su estudio anual sobre los ingresos de los principales clubes europeos y de nuevo ha manipulado sutilmente los conceptos y la prensa en general ha caído de patas, presa del titular mirífico: los clubes más ricos del mundo. Falso de toda falsedad. Si acaso, los clubes que más dinero ingresan. Madrid (292,2 millones), Barça (259,1), Juventus (251,2), Manchester United (242,6) y Milan (238,7) encabezan el ránking de ingresos. La consultora reconoce, eso sí, que no contabiliza gastos ni, por tanto, beneficios y tampoco accede a balance alguno ni deuda acumulada. Ni la prensa económica se ha salvado y como un sólo hombre todos los medios siguen el rastro dorado de este peculiar flautista de Hamelín: los más ricos dicen, sin pararse a pensar que no siempre es más rico quien más ingresa...
Referencias
- La riqueza de los clubes
- El ránking
Fotos: Allsport - Getty - AP - EFE.