martes, octubre 31, 2006

Más listos que valientes


Hay entrenadores que alinean a los jugadores que consideran adecuados para imponer el estilo propio de juego. Y hay entrenadores que alinean a los que creen mejores para frenar el estilo del rival. No se trata de una cuestión de orgullo y ego, sino de estrategia. Son dos formas distintas de buscar el mismo objetivo. Si tenemos la paciencia de revisar los planteamientos del enfrentamiento Barça-Chelsea de las dos últimas ediciones de la Champions sacaremos una conclusión: Rijkaard trató siempre de imponer su estilo de juego; Mourinho buscó siempre abortar el estilo del rival. No vean en esta conclusión la menor sombra de crítica a Mourinho. Al contrario: tan legítima, válida y eficaz es una propuesta como la otra.

En los cinco partidos jugados hasta hoy, Rijkaard ha planteado el mismo sistema, idéntico estilo de juego y casi los mismos futbolistas, salvo lesiones o bajas. Desde el 2-1 en el Camp Nou del 23 de febrero de 2005 (Belletti en propia puerta, Maxi López, Eto’o) hasta el reciente encuentro de Stamford. El mismo 4-3-3, idéntica voluntad de hacerse con el balón, mismo deseo de imponer un estilo, una forma de jugar. El mismo once si no fuese por los cruzados de Edmilson un año, los de Xavi al siguiente, la sanción a Márquez o la aparición fulgurante de Messi. Frente a esa propuesta de imponer la propia personalidad, Mourinho ha planteado estrategias ‘ad hoc’, de coyuntura, perfectamente estudiadas en cada caso para gripar la máquina barcelonista. En ocasiones lo ha conseguido con brillantez; en otras, ha fracasado. Siempre lo ha hecho con determinación, estudio minucioso, un punto de sorpresa y una flexibilidad conceptual admirable.

Así, aquel 23 de febrero de 2005 le vimos jugar un virtual 4-5-1, con Joe Cole y Damien Duff incrustados entre Makelele, Lampard y Tiago. En la vuelta movió al 4-4-2, con Gudjohnsen y Kezman en punta. Fue la vez que peor lo pasó el Bça. En la pasada edición planteó un 4-3-3 en ‘Stamford Beach’ con Gudjohnsen de tercer centrocampista, sin Drogba pero con Crespo y dos alas bien abiertas: Robben y Joe Cole, el mejor de su equipo, al que sorprendentemente cambió por la expulsión de Del Horno. Fue la vez que mejor lo pasó el Barça. En la vuelta del Camp Nou, Mourinho regresó al 4-4-2 que más daño parece hacerle a Rijkaard, con Drogba y Robben delante, mismo esquema que hace quince días, pero con Ballack, jugador fundamental en el esquema, en la punta del rombo de centrocampistas y Shevchenko de segundo delantero. Cinco enfrentamientos, cinco estrategias distintas para frenar al mismo rival.

Para esta noche no cabe esperar que estos dos entrenadores nos sorprendan con su estilo de juego, como tampoco lo hacen con sus respectivos estilos ante los micrófonos. Rijkaard presentará su 4-3-3 y su manifiesto por el juego ofensivo. Sólo cabe la duda de si jugará con o sin Zambrotta. Mourinho planteará su mejor antídoto: el 4-4-2 con dos triángulos clave. El defensivo (Carvalho, Terry, Makelele) y el ofensivo (Ballack de ‘hombre boya’, Drogba, Shevchenko o quizás Robben). Rijkaard alineará a su mejor equipo y Mourinho, al que mejor puede frenar al Barça.

¿Asunto clave? No ganará el más valiente, sino el más listo. El que mejor sepa aprovechar la ocasión que seguro se presentará. Con dos libretos tan conocidos, los detalles serán decisivos. Para el Barça, conceder pocas ocasiones a balón parado; concluir todas las jugadas de ataque, aunque sea en el lateral; volver a la presión de los 5 segundos cuando se pierde un balón; o que los laterales se acerquen a sus centrales. El Barça debe comprender que la premisa fundamental, si quiere aplicar su estilo ofensivo, empieza en la cohesión de todo el sistema defensivo. No conceder ocasiones, no encajar un gol. En eso debe aplicarse todo el equipo porque sólo desde esa plataforma se podrá jugar al ataque con garantías. Y ahí el Chelsea concederá las ocasiones. O las concederá Mourinho, que acostumbra a plantear muy bien de salida, pero lee los encuentros más con el corazón que con la cabeza.

Referencias
- El gol de Maxi
- 12 minutos de infierno
- Noche de pasión
- 'Mourinhicidio'
- Cinco faltas en 10 minutos
- Barça vestido de Chelsea


Fotos: AFP - Empics - Marca - AP.