miércoles, noviembre 30, 2011

Sandoval muestra una variante en la presión alta

Sandoval ha mostrado otra vía. El Rayo no es el primer equipo que presiona alto al Barça. Antes lo hicieron varios más. Recordamos al Betis en la pasada Copa, al Athletic de Caparrós y al de Bielsa, y especialmente al Real Madrid en la reciente Supercopa en el Bernabéu. Presión alta para ahogar la salida de balón, el primer paso en el juego construido del Barça.

Esa salida del Barça es muy conocida. Guardiola observó la que practicaba Lavolpe en México y, con el paso de los años, ha ido reformateándola: centrales muy abiertos, laterales montados en la línea divisoria y mediocentro que baja al espacio central. Cinco posibles receptores del pase de Valdés. Suficientes para superar cualquier presión, por intensa que parezca. La excelencia técnica de esos cinco jugadores permite afrontar el reto porque cuentan con una ventaja habitual: el rival presiona arriba, pero con las líneas bastante alejadas. Hay presión, pero no asfixia.

Sandoval introdujo con el Rayo una variante más: presionó arriba, pero con todas las líneas juntas y bien escalonadas entre sí y muy altas. Esto provocó que Valdés se quedara sin receptores. Xavi se sumó al quinteto y ya fueron seis, pero tampoco logró libertad para recibir, con lo que el guardameta del Barça se quedó con el pase largo como única alternativa. Pase largo más allá de la divisoria de los dos campos, lo que equivale a balón que está varios segundos en el aire y permite a cualquier defensor colocarse con precisión. Fueron media docena de lanzamientos, casi todos hacia Alexis, la mayoría concluidos en balón dividido.

Sandoval ha abierto esta nueva variante de presión alta y global que puede servir de inspiración a otros equipos. Estoy pensando en el Madrid actual, que ya planteó algo más suave en la Supercopa, pero que en su actual estado de forma perfectamente podría repetirlo el día 10. Benzema y Di María sobre los centrales, Cristiano y Lass encima de los laterales, Khedira sobre Busquets, Xabi y Pepe encima de los interiores. De ocurrir algo similar, Valdés se quedaría sin líneas de pase salvo el envío en largo. De nuevo, más allá de la divisoria. Asunto a meditar.

martes, noviembre 29, 2011

Sandoval abre, Guardiola cierra

1.-  A los 8 segundos de partido, Guardiola salta del banquillo. Síntoma inequívoco. No le gusta nada lo que ve. ¿Pero qué ve? Un Rayo con 3 defensas y llenando el centro del campo. Sorpresa de Sandoval. Apertura vallecana.

2.- Después de 72 horas machacando con la muralla enrocada y el regalo de las bandas como antídoto de los rivales, todos esperamos otra ración doble, pero Sandoval rompe los pronósticos y le paga a Pep con su misma moneda: cazador cazado. Tres defensas y centro del campo hiperpoblado.

3.- Presión muy arriba del Rayo, agobios para Piqué y salida en largo de Valdés, que ha de buscar lejos lo que no encuentra cerca. Barça a contrapelo, sin poder generar su juego de posición, recurriendo a jugadas directas de largo recorrido. Así durante ocho minutos, momento del segundo movimiento: Pep saca la mano y muestra 3 dedos. Defensa nimzoindia.

4.- Réplica exacta, espejos enfrentados: Mascherano, Piqué y Abidal atrás; Alves al mediocampo para compensar. Inédito: los dos rivales con defensa de tres. Sigue la partida. Tablas tácticas. 3-4-3 frente a 3-3-3-1.

5.- Lass muerde por izquierda y Masche sostiene. Alexis replica por derecha y Casado recula, se junta con Jordi y frenan al chileno. Rayo sigue mordiendo, Barça sigue corriendo. Los visitantes fuerzan a los locales a un juego desacostumbrado. Y así hasta el minuto 22, cuando llega el tercer movimiento, el clave: cambio de banda para Alexis.

6.- Alexis a la izquierda, cambio radical. Iniesta fija esa banda, Xavi y Messi aparecen entre líneas y el chileno recibe los caramelos. Les quita el papel y sentencia. La orfebrería vallecana, valiente, pero sobre todo inteligente, se resquebraja. Jaque.

7.- El mate lo da Piqué. Harto de sufrir en las salidas de balón, de pronto advierte un resquicio y allí que va. Diez, veinte, treinta metros arriba, como el bisturí sajando la carne. Rompe todas las líneas, abre para el extremo Alves y por dentro llega Villa para calmar su sed y darle sentido a la apuesta que Pep está haciendo por él. Jaque mate.

8.- El segundo tiempo pertenece al orgullo del Rayo por mantenerse en pie. Como del Bernabéu, también del Camp Nou sale goleado, pero en absoluto humillado. Entrenador hábil, listo y versátil. Futbolistas comprometidos, con la autoestima pletórica.

9.- Messi firma otra maravilla de las suyas. Son tantas las que acumula que nos lo tomamos con la calma de lo cotidiano, cuando en realidad linda con la voluptuosidad de lo excepcional.

y 10.- Piqué no gana nada retratándose así. Gesto feo y actitud recriminable.

- Barça-Rayo Vallecano (Liga, 17ª jornada) 29-Noviembre-2011. Camp Nou. 4-0 (Alexis, Alexis, Villa, Messi)

Toril y su aplastante Castilla

He ahí a un técnico de futuro. Alberto Toril. Entrenador del Castilla desde hace once meses, líder incuestionable del grupo I de Segunda B. El balance de esos once meses es impactante. Vean:

Se hizo cargo del Castilla el 4 de enero de 2011, sustituyendo a Alejandro Menéndez. En ese momento, el filial merengue sumaba 24 puntos en 19 partidos: 7 victorias, 3 empates y 9 derrotas. Balance muy preocupante para un equipo que a principios de año marchaba apenas a cuatro puntos de los puestos de descenso. Con Toril llegó la revolución, pues logró concluir invicto los 19 restantes partidos de la liga regular: 14 victorias y 5 empates. Tercera posición final del campeonato, con 71 puntos (21 victorias, 8 empates, 9 derrotas), 73 goles a favor por 38 en contra. Si Menéndez había sumado 24 puntos en media liga, Toril logró 47 en la otra media. Prácticamente, el doble. Con la misma plantilla.

Debutó el 9 de enero frente al Coruxo, al que venció por 1-4, y encadenó otras ocho victorias consecutivas, antes de ceder un empate en terreno del Conquense. Añadió tres victorias más, cedió tres empates (uno frente al Lugo, ganador del campeonato, único cedido en Valdebebas), consumó tres nuevas victorias y terminó el torneo regular empatando en Getafe. Con esta trayectoria, el Castilla se ganó la opción de pelear en los playoffs de ascenso a Segunda.

En un Bernabéu con 45.000 espectadores, el agarrotamiento descentró al filial, que encajó un 0-2 a manos del Alcoyano. En el partido de vuelta, un 1-2 a diez minutos del final dio esperanzas, pero el 2-2 les acabó eliminando. Más que hundirles, ese nuevo año en 2ª B les ha espoleado. Por el camino, tres jugadores fundamentales como Fran Rico (Granada), Juan Carlos (Zaragoza) y Pablo Sarabia (Getafe) abandonaron el club para jugar en Primera. Otros cinco miembros menos relevantes también abandonaron la plantilla. A cambio llegaron los juveniles Jesé y Omar Mascarell, así como Lucas y Óscar Plano del RM C y se fichó al central Pedro Mendes (Sporting Portugal) y al lateral zurdo José Antonio Ríos (Sevilla Atlético). El grueso de la plantilla se mantuvo idéntico al pasado curso dado que Álvaro Morata decidió renovar por el club.

Con estas armas, Toril ha cuajado un inicio de curso pletórico: 15 partidos (33 puntos), 10 victorias, tres empates y dos derrotas, con 28 goles a favor y 10 en contra. Su primera derrota se produjo el 2 de octubre en campo de La Roda (4-2), en la séptima jornada de la temporada, cerrando en 25 el número de partidos en que el equipo se ha mantenido invicto en liga regular (19 el pasado curso más las seis primeras de este).

Balance demasiado potente como para pensar en casualidades. Toril maneja el equipo con maestría. Plantea un 4-2-3-1 como base, por lo general muy directo con tres etapas: de centrales a mediocentros (junto a Álex Fernández se ha aposentado Mandi tras el inicio de Omar), combinaciones por dentro y aperturas rápidas a banda. En una de ellas habita a veces Morata, espacio poco natural para el delantero centro, que ha dejado la punta para Joselu. En la otra, Jesé confirma semanalmente su tremendo potencial. El estilo de juego aún posee ciertas irregularidades, del mismo modo que la defensa sufre si no está Nacho Fernández en ella. Por el contrario, sus dos laterales, Carvajal en derecha y Casado en izquierda, poseen una vocación ofensiva espléndida.

Demasiado pronto aún para tener la certeza de que el Castilla concluirá la temporada al mismo ritmo espectacular de su inicio, pero este liderato lleva grabado el nombre de Toril, técnico de gran porvenir, y deja el aroma de que el equipo está preparado para competir hasta el final por el ascenso.

Pep

Con los ojos morados por el KO en Getafe, salió Pep Guardiola y dijo: “Los árbitros no existen para nosotros. No tengo nada que decir sobre eso”. Sin más. Un deportista reivindicando la deportividad, rasgo tan poco habitual que dejó boquiabierto a más de uno, acostumbrado a que la industria del estiércol enfoque en exclusiva los errores arbitrales. Cuesta encontrar deportistas en el deporte. Los vemos en el rugby, donde las decisiones arbitrales se acatan. En otras especialidades hay que espigar para encontrar ese rasgo: la deportividad. Salió Pep, dijo lo que dijo, mandó una lección mayúscula en el más amargo de sus días y ganó una de sus mejores batallas.

A mediodía del domingo, en un partido de fútbol femenino, el árbitro pitó falta por manos de la portera fuera del área, que consiguió frenar un balón que iba directo a gol, pero no expulsó a la guardameta sino que le mostró tarjeta amarilla. Las chicas perjudicadas se lanzaron a por el colegiado reclamando justicia hasta que su entrenadora les pegó un grito: “¡Chicas, a jugar! ¡Respeto al árbitro!”. Se hizo un silencio espeso y acataron. Perdieron el encuentro, pero sacaron una lección importante: el deporte no consiste en ganar, sino en competir y respetar, incluso cuando la injusticia o el error te perjudica. Sobre todo, en estos casos. Lección para la vida, que no está compuesta precisamente de victorias mayúsculas, sino de pequeñas derrotas diarias a las que debemos sobrevivir.

De vez en cuando vemos a un entrenador, derrotado por sus flagrantes errores, mayúsculos, gigantescos, escupir porquería sobre el vencedor, como si verter basura pudiera esconder sus meteduras de pata. Y eso vende: la porquería copa portadas. No hay tertulia deportiva en televisión o radio, ni periódico en Barcelona, Madrid, Valencia o Estambul que no centre sus historias en esa miseria insensata. Se argumenta con un pretendido interés del público, al que se le han vampirizado gustos e intereses. Más que el fútbol, lo que parece agradar es el griterío alrededor del estiércol. Demasiado complicada es la vida como para que sigamos degradando al deporte, uno de sus escasos reductos donde valores como la nobleza y el respeto aún encuentran acomodo. Al que levanta esa bandera le acribillan tachándole de meapilas o hipócrita, cuando en realidad es un ejemplo a imitar. 

Guardiola, que en otros asuntos yerra o no acierta, dio un golpe importante en plena derrota. Mientras tantos teóricos amigos suyos se subían al carro facilón del “yo ya lo dije”, carro cargado por una derrota en medio de infinitas victorias, Pep ha soltado un mensaje tan simple como enorme. Si todos hiciéramos como él, nuestro fútbol sería bastante mejor y no se venderían menos periódicos. 

- Publicado en Sport (29-XI-2011)

lunes, noviembre 28, 2011

La grandeza, como el estilo, no se discute

Basta un grano de arena para estropear un reloj de alta precisión. Y basta una ausencia para que el hilo del collar de perlas se deshilache. Iniesta, Andrés Iniesta. Una ausencia grave como la voz noble de un bajo. Añadamos la de Cesc y ya tenemos a los dos hombres que viven entre líneas y comprendemos las causas de que el Barça no consiga romper las líneas rivales y su juego se convierta en intrascendente. No es vana aquella frase de Xavi recordando que él es él y sus socios. Sin los socios, Xavi no puede ser él porque no tiene a quién pasarle el balón entre líneas, lo que es sinónimo de intrascendencia.

La doble ausencia de quienes juegan entre líneas, como primera causa. La fatiga mental, como segunda. Competir cada tres días es un esfuerzo hercúleo si estás en la élite y debes hacerlo de forma continuada, año tras año, resistiendo el asalto de aspirantes famélicos. El deporte está repleto de ases que prolongaron sus éxitos más allá de toda lógica y necesitaron sucumbir ocasionalmente para restablecer su dominio con más fuerza. Capablanca o Kasparov, Federer o Nadal, Carl Lewis o Michael Phelps. Ninguno fue imbatible y todos ellos son gigantes. Vencieron, volvieron a vencer, cayeron, dudaron, persistieron, resurgieron, triunfaron de nuevo.

Este Barça, translúcido en Getafe y dubitativo en algunos pasajes de la temporada, pertenece a esa estirpe de gigantes del deporte cuya máxima es competir siempre aunque a veces no consiga la victoria. Comete errores, sin duda, como desaprovechar las bandas ante un rival enrocado y triplemente amurallado y sufre mermas importantes por planificación, accidente o azar, pero su alma contiene la valentía original del deportista completo. Hoy está mentalmente fatigado y dolorido, pero muy pronto dará nuevas lecciones de lo que significa levantarse y seguir compitiendo sin mirar atrás. Si su estilo no se discute, su grandeza no se cuestiona.

domingo, noviembre 27, 2011

Causas y no causas

A) Tres causas que ayudan a explicar la derrota del Barça en Getafe: 

1.- Sin los que viven entre líneas 

El principio básico del juego de posición es generar superioridad detrás de cada línea de presión. Para ello son fundamentales los futbolistas que viven entre líneas. Iniesta y Cesc, dos de los mejores en ese rol. Ausentes ambos. Getafe junta a sus hombres dejando poco aire entre líneas. Es decir, hay poco espacio y no están los que dan oxígeno. La combinación deviene en asfixia. 

2.- Sin utilizar las bandas 

Mover por dentro para abrir fuera, desordenar y concluir por el pasillo interior. Este era el movimiento habitual. El Milan lo cercenó regalando las bandas y cerrando pasillos con sus interiores. Granada le imitó. A la tercera, el Mallorca copió antídoto y Pep replicó aprovechándolas con Cuenca y Adriano. Getafe aplica el mismo método y, en esta ocasión, a Guardiola le cuesta verlo o corregirlo. La solución no es abrir para centrar y que cabecee un interior de 1,70 sino abrir para sentenciar por dentro. En días espesos, la cuesta se empina.

3.- Con la mente embotada 

Tres años y medio compitiendo al máximo cada tres días. No son las piernas las que pesan, sino la mente. El desgaste de la élite. Djokovic dijo ayer: “Me siento saturado”. Su temporada ha sido gloriosa, pero infernal. Las últimas tres del Barça han sido un lujo, pero también un infierno. La mente se embota y esa es la causa de que cueste arrancar en situaciones complejas. El porqué de la baja intensidad inicial en Getafe. 

Y el Getafe, no lo olvidemos. Inteligente en su plan: presionando sin perseguir ni desordenarse. Entorpecer, a la espera de una oportunidad. Se dio. La aprovecharon. 

B) No son causas de la derrota: 

1.- La condición física 

Las piernas funcionan. En el minuto 93, bajo el diluvio de San Mamés o en el frío de Getafe, el Barça galopa sin dudarlo. Termina los partidos en el área pequeña del rival, sin escatimar energías. La condición física está en su punto. 

2.- La complacencia

El Barça de Rijkaard se desvaneció entre volutas de autocomplacencia. El de Guardiola mantiene la ambición y el hambre. El técnico jamás bajará los brazos ni permitirá que el equipo se duerma. Se equivocará, pero no se dormirá. Tampoco sus capitanes: Puyol, Xavi, Iniesta y Valdés. Por ahí no hay peligro. 

3.- El estilo de juego 

Los errores no están en el estilo de juego, sino en su aplicación. Basta un grado inferior de intensidad o una menor implicación en los movimientos sin balón para que la maquinaria parezca imperfecta. Guardiola no se cuestionará el estilo. Buscará corregir los errores y, quizás, sustituir alguna pieza del engranaje.No hay más. No habrá más.

sábado, noviembre 26, 2011

Intrascendencia ante el enroque

1.- Lo que plantea el Getafe no es ninguna sorpresa: regala bandas, construye un castillo enmurallado y se agazapa en busca de una oportunidad. Es su única opción. Luis García lo sabe, como lo sabían Allegri cuando el Milan planteó esto mismo en el Camp Nou o Marcelino con su Sevilla. Regalar bandas y encastillarse.

2.- Podríamos utilizar la metáfora del enroque. El Barça ayuda a que la metáfora adquiera cuerpo: Guardiola, como ante Sevilla o Milan en la ida de Champions, desaprovecha las bandas y sus jugadores desperdician el primer tiempo. Pep porque, quizás, yerra su análisis previo del rival; los futbolistas porque malgastan 45 minutos jugando con sordina.

3.- Todo muy pulcro y académico: defensa de cuatro, salida limpia de balón, Alves alto, Maxwell bajo, juego por dentro, Messi en derecha para que Alexis y Villa se encarguen de los otros tres defensores. Todo muy pulcro y académico, pero a ritmo lento, sin esa velocidad mental que hace la diferencia. Se hablará del físico, recurso barato, cuando la clave está en la mente.

4.- Tras partido grande, noche pequeña. Historia habitual y conocida. Milán fue jornada mayúscula y su resaca era probable. Getafe, plaza fría, donde cuesta más ser sublime. Ese era el reto para los de Guardiola. De tan acostumbrados a los partidos grandes, están desperdiciando los pequeños. Grave error.

5.- Primer tiempo atípico en el que Barça no somete al contrario. Tiene el balón y el ritmo, pero sin esa jerarquía, futbolística y anímica, que le ha hecho imperial. Movimientos correctos, circulaciones de manual, pero intensidad baja, como esperando vencer al Getafe por el peso de la púrpura más que por la potencia de las acciones.

6.- Guardiola supedita el equipo a la posición de Villa, al que intenta recuperar de su bache. Para ello manda a Messi a la derecha e hipoteca circulaciones. Villa condiciona, Pep no acierta, los jugadores ronronean en vez de morder. Siguen moviendo de lado a lado, pero son pases intrascendentes, sin la rapidez o la intención de desordenar al contrario. El rival lo percibe: se enroca más; sus centrales ni siquiera caen en la trampa de perder la posición.

7.- La fatiga siempre está en la mente. Ahora lloverán tópicos: la condición física, el hambre de títulos, la sequía de Villa… Las dos únicas realidades son: a) Persistir en el éxito agota incluso más que remontarse desde abajo; y b) Pequeñas decisiones generan errores importantes. No hay casualidades, sino causas.

8.- Ciclo corto: 72 horas entre partido y partido más dos viajes. Les ocurre a todos los equipos. El miércoles, desgaste máximo en San Siro. El sábado, rival con la navaja entre los dientes. El ciclo corto es un factor determinante en el fútbol actual. Su gestión decide partidos.

9.- Mente: seguir ganando cuando has ganado tanto es lo más difícil del deporte. No hablo de complacencia, eso es otra cosa. Nada que ver con Ronaldinho, Deco y Rijkaard. Hay una certeza: Guardiola nunca bajará los brazos. Pero cada día le costará más mantener tensos a sus hombres. Ya son tres años y medio sin parar.

10.- Decisiones: te regalan las bandas y las desprecias. ¿Cuál es, por tanto, el plan para asaltar el castillo? Si te enfrentas a un embudo ¿qué haces? Este equipo siempre atrae por dentro, abre por fuera y busca terminar por dentro. Si no vas afuera ¿adónde vas? Por ahí ha perdido el partido. Para cuando ha corregido, la muralla ya era doble y el Barça, apenas un grupo preso por la ansiedad. Centrar balones sin ton ni son nunca fue un recurso para este equipo. Si han recurrido a ello es un síntoma de su impotencia.

11.- Salvo el de San Mamés, el resto de partidos en que se ha tropezado este curso han sido similares: muralla que asaltar, bandas inutilizadas, embudo por dentro, circulación anodina. Pep lo sabe, pero no ha acertado a descifrar la solución, salvo el día del Mallorca. Puede argumentar varios eximentes, pero prefiere la sobriedad de guardarse para la intimidad del vestuario las correcciones necesarias.

12.- Getafe espléndido en su plan. Cada media hora ha dado varios pasos atrás, hasta defenderse en el área pequeña. Por alto eran imbatibles y entre Miku, Sarabia y Diego Castro han mantenido la tensión en el círculo central, mientras Lacen y Michel rodeaban a Messi como leones encelados. Buen trabajo.

y 13.- Noche que puede marcar el campeonato. En cualquier sentido. Sois mortales”, dijimos tras Anoeta. Y lo son. Probablemente, les bastará con repasar los fundamentos que les hicieron grandes: intensidad permanente, circulación trascendente, posesión de calidad, profundidad sin miramientos, inteligencia táctica. Basta el menor desajuste para que un mecanismo de precisión se atasque.

- Getafe-Barça (Liga, 14ª jornada) 26-Noviembre-2011. Coliseum Alfonso Pérez. 1-0 (Valera)

La tuneladora sigue su camino


1.- Manzano anula a Xabi Alonso a través de Diego. Torre sobre reina. ¿Acierto? No lo sé, pero suena mal aunque debemos reconocer que también fue efectivo. En igualdad numérica, la torre frena a la reina y el movimiento da buen resultado.

2.- Ya que no puedes cerrar las gigantescas puertas interiores del Bernabéu, secuestra al dueño de las llaves. Si maniatas al Quarterback, dejas en la sequía a las pirañas de arriba. Así han sido los primeros veinte minutos. Sacrificio de Diego, anulación de Alonso. Peaje duro para el Atleti, pero la medida ha surtido efecto.

3.- La expulsión de Courtois provoca un cambio radical de planes. Fuera Diego, libertad para Alonso, puertas abiertas, pasillos gigantes. La trituradora reemprende su camino. ¿Tenía otra opción Manzano? Habrá mil versiones, pero ninguna idónea, probablemente.

4.- Xabi Alonso tira de catálogo y reparte a bandas o por dentro, según el momento. Ahora hacia fuera, ahora hacia dentro. El Quarterback en su mejor expresión, aunque sus compañeros no hayan estado a la altura del tolosarra.

5.- Di María mejora a Özil. El argentino se apropia de la banda derecha y el alemán regresa entre líneas, donde es mejor. Özil es Özil si está Di María. Otra cosa ha sido su lectura del partido: francamente mejorable, sin ayudar apenas a Xabi ni imponer un mínimo de pausa.

6.- Benzema genera el efecto tornado en ataque y Marcelo es el gran agitador. Cuando cruza los tres cuartos provoca turbulencias por doquier, pero la precipitación de ambos se ha comido los beneficios de su agitación.

7.- Desbordado, el Atleti se ha acogido a la supervivencia a través de la dureza o lo que se ha dado en llamar el fútbol de hombres, dulce cuando lo practicas tú, amargo cuando te lo aplican.

8.- Los gestos técnicos de Adrián son de altos vuelos; la calidad general de Arda Turam, una maravilla. Adrián se desmarca con la suavidad del esgrimista y el turco pincha bolas de granizo como un funambulista. Dos bailarianes en medio de la tormenta.

9.- La defensa del Madrid es espléndida en los momentos de contundencia, pero parece tener el suelo de cristal en cuanto el contrario triangula y toca en corto. Lass seca y frena, dominando el oficio del barrendero, pero no aporta más. Sergio Ramos, en su mejor versión como central, es capaz de dejar un breve interrogante por segunda semana consecutiva.

y 10.- Las expectativas eran tan altas que el rendimiento madridista parece un peldaño inferior a lo esperado. Como si la intensidad se hubiera confundido con el atolondramiento. Más que vértigo, por momentos parecía fútbol precipitado, como si las emociones le pudieran al juego. Dicho lo cual, la tuneladora sigue su marcha imparable.

- Real Madrid-Atlético de Madrid (Liga, 14ª jornada). 26-Noviembre-2011. Santiago Bernabéu. 4-1 (Adrián, Cristiano, Di María, Higuaín, Cristiano)

El cerebro más rápido del Oeste

"No tengo un físico privilegiado; por tanto, debo pensar rápido. En el fútbol hay dos tipos de velocidad. Por un lado, la velocidad para la acción, como la que tiene Messi, que puede hacer 200 cosas en un segundo, o Cristiano Ronaldo. Y también está la velocidad mental. Algunos tienen en la cabeza un tope de 80 kilómetros/hora, otro de 200 km/h. Yo intento llegar al 200. Esto significa saber siempre dónde estás ubicado en el campo para saber qué hacer con el balón antes de que te llegue. Eso se aprende desde pequeño en el Barça. Cuando se me acerca un jugador, en el 99% de los casos es más fuerte que yo. Por tanto, solo tengo una solución: pensar más rápido. Dar un paso, un movimiento, desmarcarme, hacer una finta, tirar un pase al hueco. Este tipo de velocidad es hoy casi más importante que la pura velocidad física”.

La actuación de Xavi Hernández el pasado miércoles en San Siro me obliga a releer la extraordinaria entrevista que concedió a Javier Cáceres el pasado mes de julio para el periódico alemán Süddeutsche Zeitung. La velocidad mental. Superar con las neuronas la potencia física. Podría parecer que hablamos de ajedrez en vez de fútbol y, en ocasiones, los movimientos tácticos que ordenan algunos técnicos nos lo hacen creer. Xavi es el cerebro más rápido del Oeste. Cuando el Barça era víctima del desorden y el descontrol al que le abocaba un Milan bravo, Hernández fue el primero en comprender que el equipo necesitaba calma y temple y, desde la jerarquía, recordó a sus compañeros que el balón es lo que organiza al Barça. Lo pidió, se apropió de él, descendió a los principios fundamentales del juego de posición y convocó a sus colegas a una fiesta de la asociación pausada y el pensamiento veloz.

Rescato otra idea que expresa Xavi en la entrevista: “Si noto que Messi no ha estado en contacto con el balón desde hace cinco minutos, entonces pienso: Así no va. No puede ser. ¿Dónde está? Y cuando le encuentro, lo agarro y le digo: ven, acércate, comencemos a jugar, ven... Leo es un atacante y los atacantes se apagan a veces. Como si estuvieran en off. A veces, cuando no recibe el balón o sufre un marcaje estrecho, Leo se amarga. Pero cuando se acerca al mediocampo, se alegra de nuevo. Eso lo disfruta porque puede tocar la pelota una, dos, tres veces... y entonces todo vuelve a girar y comienza un ataque. A mí me ocurre igual: cuando no tengo contacto permanente con el balón, me falta algo. Por eso voy siempre donde está la pelota para ayudar al compañero a lograr superioridad numérica”. Xavi, cuya descomunal dimensión futbolística echaremos en falta cuando no esté, es el gran lector de partidos, el cerebro que decodifica lo que está ocurriendo, el médico que aplica el remedio certero. 

viernes, noviembre 25, 2011

Óscar García sigue en el Juvenil A del Barça


Óscar García Junyent ha decidido continuar en su puesto de entrenador del Juvenil A del Barça, tras reunirse con Andoni Zubizarreta y Narcís Julià. El técnico emergente tiene sobre la mesa tres ofertas de equipos ingleses de distinto nivel, pero ha decidido seguir en su actual puesto, para el que tiene contrato en vigor hasta el 30 de junio de 2013.

La noticia es excelente para el equipo y sus jugadores. Al menos cuatro de ellos han hablado personalmente con él para pedirle su continuidad y la plantilla al completo lo repitió en el vestuario. Óscar es uno de los entrenadores más potentes de cuantos hay ahora mismo en la cantera blaugrana. La temporada pasada logró el triplete, éxito que sólo había conseguido el equipo que entrenaba Juan Carlos Pérez Rojo en 2005 y en el que militaban Pedro, Víctor Vázquez, Sito Riera, Toni Calvo o Marc Valiente. En el presente curso, y tras un cambio casi completo de la plantilla, el Juvenil A ya se ha clasificado brillantemente para cuartos de final de la NextGen Series (junto a Aston Villa, Olympique de Marsella, Sporting de Portugal, Liverpool, Tottenham y Ajax; pendientes de Inter o Basel). Su probable rival será el Aston Villa.

En el RCD Espanyol, sin embargo, se ha producido una baja mayúscula, nada menos que la de Luis Fradua, director de la cantera espanyolista, disconforme con la reciente decisión del club de dar la baja a Miguel Ángel Sampron como entrenador del Infantil A y su sustitución por el brillante Dani Fernández, hasta ahora entrenador del Cadete A, que ha sido suplido por José Antonio García Escribano, del Martinenc.

Juveniles presionando como lobos

Visita rápida al MiniEstadi para ver el cierre de la fase de grupos de la Champions juvenil (NextGen Series). Barça contra Celtic de Glasgow, el rival más compacto: 5-1 con dominio avasallador, primero de grupo, a cuartos de final probablemente contra Aston Villa. El vencedor, a la Final Four que se disputará en Londres.

El Juvenil A de Óscar García Junyent vuelve a ser un conjunto imponente. Del campeón del triplete del curso pasado, apenas tres titulares sobre el césped. Ocho piezas claves ascendieron al Barça B y el equipo se ha recompuesto al completo, pero no de cualquier modo: en una competición donde se admiten tres titulares nacidos en 1992, el Barça ha alineado cuatro chavales del 95 (Samper, Dongou, Sandro, Grimaldo), pero no parece notar la diferencia de edad. Se aferra al juego de posición, domina y somete.

Algunos detalles muy interesantes: la locomotora avanza a ritmo sostenido, con porte y pautas de fútbol profesional; el fichaje de Miguel Bañuz da una solidez inaudita a la portería: un juego de pies excelente y una personalidad arrolladora; Ayala sigue progresando como central; Dongou no solo golea con una facilidad aplastante con ambas piernas, sino que es capaz de fajarse como lateral cuando el Barça se queda con 10 en los últimos minutos por lesión de un compañero; Sandro, otro jovencito, que está reconvirtiéndose de 9 clásico en atacante por banda sin perder gol; la potencia inagotable de dos motores diésel como Patric Gabarrón y Jordi Quintillà; o el desborde de Sáiz-Maza por banda izquierda, todavía con dificultades de coordinación con Grimaldo, el pequeño puñal.

Y dos asuntos deslumbrantes. Sergi Samper como mediocentro de posición: Óscar le ha fijado ahí para que tome las medidas del puesto. Con instrucciones de jugar a un toque siempre, máximo a dos, y ubicarse de tercer central en los últimos veinte minutos. Está haciendo un máster del oficio. Se ofrece, ocupa el espacio vacío, descarga, divide al rival, hace las coberturas y se aleja de los focos a base, precisamente, de ahorrar en toques. En 90 minutos, solo una vez ha tenido que dar tres seguidos. Deja el aroma de un híbrido entre Busquets y Xavi.

Y la presión tras pérdida de balón: copia exacta del primer equipo. A un grito de Bañuz o de Óscar, el equipo salta como un muelle hacia delante y lobos famélicos rodean al dueño del cuero para arrebatárselo. Por momentos, uno se queda con la impresión de que estos chicos están jugando a recuperar balones contrarreloj, como si hubiese un premio en juego, tal es la voracidad con que presionan. Un espectáculo en este arte que considerábamos menor.

miércoles, noviembre 23, 2011

Triunfar en el desorden

1.- El control, el control. El Barça es control. Triunfa porque controla y somete. Adquiere el balón en propiedad y a partir del cuero, controla el ritmo y el tiempo. El cuando y el donde. Con el balón y el control domina al rival. Lo somete. Lo conquista.

2.- El desorden garantiza espectáculo, pero la base del Pep Team ha sido el orden y el control. Su espectáculo siempre ha llegado a partir de esas pautas básicas. Por lo general, con pocos riesgos y mucha organización.

3.- No ha sido así en Milán. Si lo fue en Bilbao, aunque la presión del Athletic le hizo sufrir más y sacar un resultado menor. En San Siro ha habido el mismo grandioso espectáculo, partidazo exuberante, que en San Mamés, pero el Barça no ha controlado el pulso del encuentro, que ha sido un latido anárquico.

4.- Brillante, abierto, intenso, por momentos apoteósico, pero descontrolado. Mérito de un Milan que juega con mascarilla de oxígeno, pero posee una calidad superior: Ibra potente e impresionante; Boateng, autor de una obra de orfebrería prodigiosa en el segundo gol; Seedorf, maravilla táctica, inteligente en la posición, soberbio en toda su dimensión.

5.- Sin cuero y sin control, el Barça es menos Barça y, en esos casos, su defensa parece de agua. No lo es, pero lo parece. Si ataca mal, se defiende mal. El Barça se defiende atacando; se defiende poseyendo el balón; se defiende sometiendo. Sin esas condiciones, su estructura defensiva se resquebraja y no es cuestión de número de defensas, sino de organización. Ya hemos dicho en ocasiones que el mejor defensor es Xavi.

6.- Hasta el descanso, desorden sideral. Un bravísimo Milan provocando un correcalles. Un Barça desorientado, por más que el marcador soplara a su favor. El Barça es orden para desordenar al otro. Y ha sido el otro quien desordenaba a los de Guardiola. Primer tiempo de esfuerzos individuales.

7.- También de errores. Puyol en la marca a Ibra, Busquets en su ausencia de coberturas y Mascherano en sus salidas: casi todas, por el lado equivocado. Esa suma de errores individuales hace más grande a Piqué, que acostumbra a elegir siempre bien. Pero los errores simples son menos relevantes que la organización general. El Barça ha atacado mal y por esa razón ha defendido peor.

8.- Segundo tiempo más controlado. No como acostumbra. No se ha cumplido la Paradoja de las Judías Secas, un hecho casi inédito en este equipo. Pero el desorden ha menguado tras el descanso. Cuatro hombres han sido claves para ello: Busquets alternando mejor sus dos roles; Keita inconmensurable, interceptando casi todas las transiciones rivales; Thiago empezando a ser el Mazinho 2.0 unido a un talento fuera de serie. Y Xavi.

y 9.- El máquina. A falta de orden colectivo, Xavi ha impuesto el suyo individual. El metrónomo en tierras de Albertini. Su participación en los tres goles es anecdótica en comparación con su influencia en el juego. Cierto: el tercer gol es una joya de la geometría no euclidiana, trazada con el compás mágico de Messi y la aparición suave de Xavi. Pero el fútbol de Hernández es mucho más que todo eso: convoca al balón, lo atrae como una sirena, lo acuna y sobre él detiene el tiempo. El partido es un desorden, pero Xavi lo reordena a partir de su influjo. Messi es un mago; Xavi es el dueño del tiempo y del orden.

- Milan-Barça (Champions, 5ª jornada Grupos) 23-Noviembre-2011. San Siro. 2-3 (Van Bommel pp, Ibrahimovic, Messi, Boateng, Xavi)

Cambios en los banquillos de tres canteras


Barça, Real Madrid y Espanyol mueven banquillos en su fútbol formativo. Para decirlo con toda corrección: el Barça, aún no, pero probablemente muy pronto. No hay ninguna coincidencia en los tres casos, salvo la temporal. En el caso del Barça, la inminente marcha de Óscar García Junyent, exitoso entrenador del Juvenil A, obedece a una oferta de alto rango: el banquillo de un equipo de Premier League. Frente a ello, el Barça sólo puede argumentarle una incierta hoja de ruta. A finales de la pasada temporada, y tras ganar el triplete con su equipo (Liga, Copa de Campeones y Copa del Rey), Óscar vio cómo la plaza que dejaba Luis Enrique en el Barça B no era para él, sino para Eusebio. De hecho, la primera opción de la dirección deportiva del club sí era Óscar, pero criterios superiores decantaron la elección en favor de Eusebio.

Aunque estuvo cerca de aceptar una propuesta inglesa para dirigir el fútbol base de un equipo puntero, Óscar acabó aceptando la propuesta de renovación por dos años que el club le presentó a finales de junio. Dicha decisión tuvo otro efecto colateral: la marcha de Sergi Barjuán, anunciada el 29 de agosto, a la vista de que se producía un efecto tapón en los banquillos. Pese a la renovación casi completa de la plantilla, el Juvenil A de Óscar ha continuado su marcha triunfal en estos primeros meses de curso, donde ha afrontado un reto muy interesante, el de la NextGen Series, una suerte de Champions juvenil que ha obligado al equipo a competir cada tres días. Para ello, club y entrenador decidieron dar un salto cualitativo hacia la profesionalización: así, los entrenamientos pasaron a realizarse por la mañana, lo que motivó la implantación de estudios de bachillerato por la tarde en La Masia; los partidos se trasladaron al MiniEstadi y la competición europea acabó de cerrar el círculo.

Los resultados de la operación han sido espléndidos hasta la fecha, pese a que en la plantilla fueron incorporados juveniles de primer año como Sergi Samper o Álex Grimaldo. Mañana jueves, el Barça concluirá la fase de grupos de la NetxGen Series, enfrentándose en el Mini al Celtic de Glasgow, con la clasificación ya certificada y el primer puesto incluso virtualmente logrado. Óscar tiene pendiente cerrar algunos flecos con el equipo inglés, así como pactar fecha y detalles de salida con el Barça. Si ambos aspectos concluyen positivamente, el técnico de Sabadell dejará el club en breve. Su recambio será, muy probablemente, Francesc Xavier García Pimienta, entrenador del Juvenil B.

En la misma categoría, el Real Madrid realizó el martes una permuta que venía fraguándose desde hacía cierto tiempo: Tristán Celador abandonó el Juvenil A para hacerse cargo del Juvenil B, en tanto Luis Miguel Ramis hacía el viaje opuesto. Los segundos entrenadores se mantienen en sus puestos, sin cambiar: Rubén de la Red seguirá en el Juvenil A y Santiago Sánchez, en el B. Las causas del cambio son dos: la dirección técnica de La Fábrica ya contempló la pasada temporada los grandes progresos de Ramis, entonces en el Juvenil C, magníficamente expresados en la semifinal del Mundialito Sub-17, donde perdió en los penalties contra el Barça de Sergi Barjuán, pero dejó un excelente impresión en el segundo tiempo. No sólo mostró habilidades tácticas, sino que Ramis se ha distinguido también por la fluidez de trato con sus jugadores y mucha agilidad estratégica en el banquillo.

En paralelo, los malos resultados han apuntillado a Tristán Celador. Su Juvenil A estuvo intratable el curso pasado en la Liga madrileña y se plantó en la final de la Copa de Campeones contra el Barça de Óscar, pero en dicha final fue aplastado por el equipo de Rafinha, Deulofeu y Espinosa. Su arranque de esta temporada ha sido altamente deficiente. Hasta once jugadores fueron ascendidos por edad a Castilla o Real Madrid C, con lo que la plantilla es prácticamente nueva. El conjunto marcha en cuarta posición del grupo quinto de División de Honor, a 10 puntos del Atlético de Madrid y a seis de Valladolid y Rayo, habiendo ganado cinco partidos, empatado cuatro y perdido dos. Por el contrario, el Juvenil B es líder de su categoría, con cinco puntos sobre el Getafe B y seis sobre el Rayo. La suma de estos factores es la que ha provocado la permuta entre Ramis y Celador, que ayer martes intercambiaron banquillos y plantillas.

Terremoto también en el fútbol base del Espanyol. Por sorpresa, la dirección destituyó ayer a Miguel Ángel Sampron como técnico del Infantil A y ocupó su puesto con Dani Fernández, entrenador del Cadete A. El Infantil A blanquiazul es el actual líder de la Liga catalana, con un punto más que el Barça, no habiendo perdido ni un solo encuentro. Pese a estos resultados, Sampron fue destituido de su puesto. La sustitución por Dani Fernández es otra sorpresa incomprensible, pues su Cadete A está realizando una magnífica temporada, marchando tercero en la División de Honor, a sólo tres puntos de Barça y Nàstic.

Dani Fernández es, además, uno de los técnicos más prometedores de la cantera espanyolista. La pasada temporada brilló en el Cadete B y fue ascendido al equipo superior, por lo que choca ese descenso de dos categorías en mitad del campeonato y con excelentes resultados. Le sustituye en el Cadete A José Antonio García Escribano, entrenador del Martinenc de Primera Catalana hasta ayer. Las razones de estos cambios no han sido explicadas por el club.

martes, noviembre 22, 2011

Sesión de baño y masaje

1.- Sahin acompañando a Xabi. Lo más esperado. Lo menos exigido. Ensayos inservible por incomparecencia de la defensa rival. Una pena porque han sido muchos meses esperando al turco y la noche era propicia para ver a esa pareja de lujo. Esperaremos otra mejor ocasión.

2.- Maravillosa la movilidad de los delanteros blancos. Nada nuevo, por supuesto, pero maravillosa. Benzema es el número uno en desordenar rivales. Se orienta hacia la izquierda y si arrastra centrales, crea espacio; si se quedan fijos, crea superioridad en banda. Benzema es el gran desordenador.

3.- Seis por detrás del balón y cuatro descolgados arriba. Operación clásica de este Madrid. Asentado atrás, una pareja al timón y el póker de delanteros sin freno. Presión alta, robo rápido, poco desgaste para entrar en el área contraria. Goleada inevitable.

4.- Jornada fructífera para la recuperación de energías mentales. Cristiano, Pepe y Casillas de entrada; Xabi, Özil y Ramos en el descanso. Ventaja de haber hecho pleno en las rutas anteriores.

5.- Dulce taconazo de Higuaín para Benzema en el sexto de la noche. Dulce, suave, preciso. El gesto.

y 6.- Dinamo Zagreb, Oletul, Bate Borisov y tantos otros. El Dinamo ha necesitado 440 minutos para conseguir su primer gol (ante la defensa suplente del Madrid). La Champions tiene un problema que debe resolver pronto en beneficio de la competición.

- Real Madrid-Dinamo Zagreb (Champions, 5ª jornada Grupos) 22-Noviembre-2011. Santiago Bernabéu. 6-2 (Benzema, Callejón, Higuaín, Özil, Callejón, Benzema, Beqiraj, Tomecak)

Los planes ya están listos

Llegados a este momento procesal, los dos equipos ya se han afilado. Todo lo que había que probar se ha probado (a expensas de que Mourinho empiece a rodar a Sahin). Variantes tácticas, movimiento de piezas, sistemas de juego, alternativas en caso de apuro... Todo ha sido ensayado y aprendido por quienes deberán interpretarlo sobre el Bernabéu dentro de tres semanas. No son veinte días de trámite los que quedan, pues ambos equipos deben afrontar retos competitivos importantes y ahí están siempre los riesgos de lesión y sanción, pero el planteamiento genérico ya puede intuirse: un Madrid similar al de Mestalla y un Barça parecido al de Bilbao, aunque con distintos nombres.

El principal cambio respecto del duelo de hace un año, concluido en el contundente 5-0 del Camp Nou, es que Mourinho no ha perdido de vista lo que ocurrió cuando quiso jugarle abierto al Barça. Si lo planteó así fue porque los resultados y el desarrollo de los encuentros hasta ese momento habían entusiasmado al madridismo, que parecía impulsar al entrenador a un duelo entre iguales en cuanto a las formas. Llevado en volandas por el crecimiento anímico, Mourinho presentó en el estadio blaugrana un equipo abierto, en el que sólo Khedira protegía a Xabi Alonso. Es cierto que tras el descanso añadió a Lass y que el resultado incluso empeoró, pero para entonces el Barça ya era un gigante demoledor. Aprendida la lección, el técnico portugués afrontó los cuatro Clásicos de abril con otro espíritu más metalúrgico y el balance global que hizo de esas semanas fue positivo.

Pienso que el 4-2-3-1 de Mestalla, con Khedira por delante de Xabi y Lass, es un ensayo casi definitivo para el Bernabéu, donde Özil debería dejar su sitio a Di María. Es decir, un equipo bastante clásico de Mourinho: 6 por detrás del balón y 4 por delante, con el matiz importante de que uno de estos cuatro sería el alemán Khedira, muy potente en la persecución. Este sistema augura una presión muy arriba para torpedear la salida de balón del Barça, buscando un robo alto y facilidad para rematar desde cerca. Parecido, por tanto, a la ida de la Supercopa, donde el Madrid maniobró de forma excelente, aunque ese día sí estuvo Özil. Guardiola conoce bien este planteamiento y sabe que debe buscar dos objetivos: asegurarse una salida limpia de balón, lo que pasa por un triángulo en la base formado por Piqué, Puyol y Busquets; y garantizarse el dominio en el centro del campo con la perspectiva de crear el desorden en alguna zona elegida.

Los planes de ambos mariscales ya han sido trazados con precisión. Todo lo hecho hasta ahora, además de sumar puntos, tenía por objeto diseñar las líneas maestras de lo que cada entrenador presentará el día 10. Los planes están listos. 

lunes, noviembre 21, 2011

Todo el mundo a bordo

Como esas fiestas paganas que dan la bienvenida al verano, el regreso firme de Piqué y Puyol a la defensa blaugrana ha sonado a chupinazo. Como si la pretemporada se hubiese alargado durante meses, a la espera de que todos, grumetes, marineros y capitán, estuvieran a bordo. En cuanto la doble P del Barça ha ingresado en el arca, la nave parece haber partido por fin de puerto. Guardiola ha pasado lista y ya están todos a punto: se han terminado los ensayos y empieza el curso de verdad.

Con Puyol y Piqué regresa la normalidad atrás, la sensación de que la casa está bien protegida y nada malo puede ocurrirle. En su larga ausencia, Mascherano y Abidal han sido fenomenales correctores, pero llegados a las nuevas semanas de la verdad, la seguridad emocional retorna con el capitán y su teniente. Posiblemente, porque el fútbol empieza a resolverse siempre en lugares sin focos y esa pareja se mueve por la base del campo, ahí donde un resbalón quiebra las faenas y jamás puede perderse el sentido, la posición y la intensidad. Con ellos dos en el punto de partida, el Barça reconquista sus certezas, lo que no es poco en un deporte repleto de incertidumbres.

El resto es memoria. Aunque somos nuestra memoria, como dijo Borges, todo se olvida con facilidad en este mundo clínex y lo que no se recuerda, se repite. Se acerca otro clásico y todo vuelve a parecerse, en especial el enfoque sobre el estado de los dos grandes dominadores del fútbol moderno. Como en un bucle inagotable, ambos entornos repiten argumentos, quizá por el deseo de verlos convertidos en realidad. Pero lo único que no olvida la memoria es que el Barça es el número 1 en fútbol agregado, mientras el Real Madrid lo es en fútbol disperso. El resto es hijo del olvido.

A veinte días del día 10, una de las pocas certidumbres que tenemos es que, cuando pintan bastos, el Madrid se encomienda a su juego del curso pasado y el Barça a su juego de siempre. En las noches agrias, todo equipo necesita agarrarse a un salvavidas. El madridista se compone de coraje, intensidad sin límites y contundencia en cada acción. El barcelonista está formado, a partes iguales, por pausa, triangulación y búsqueda de pasillos dentro del laberinto. El salvavidas blanco le permite superar temporales sin necesidad de practicar un juego construido: desde la dispersión y el vértigo, el Madrid continúa siendo implacable. El salvavidas blaugrana ya posee un historial meritorio de rescates imposibles en noches de naufragio. Cuando hay riesgo de que la nave zozobre, el estilo de juego siempre está ahí, aportando su pausa, juntando al equipo como el hilo que recoge todas las perlas.

Nos esperan veinte días de palabrería vana antes de la nueva batalla naval. Mourinho ya ha demostrado que su Madrid es capaz de interpretar varias melodías dentro de un mismo partido, pero que es en la dispersión y el vértigo donde mejor se siente. Así jugará en el Bernabéu. En cuanto a Guardiola, probadas ya todas las variables tácticas que caben en el manual -probadas y aprendidas-, sus certezas se resumen en dos: el estilo y el retorno de sus hombres vitales. Ya los tiene a todos a bordo, sin rasguños. Y la nave va.

domingo, noviembre 20, 2011

La quinta marcha


1.- Partido jugado en quinta marcha, sin respiro. Acelerado en todos los sentidos, lo que ha propiciado cierto descontrol, especialmente en las emociones, desbocadas por doquier. En la sobreexcitación, el Madrid es más fiable que el Valencia, a quien el pálpito del corazón acostumbra a nublarle las ideas futbolísticas (aunque no el gatillo a Soldado).

2.- La arrancada del partido lo confirma: ¿qué propone el equipo local? Tapar a Xabi Alonso con el inédito Parejo y protegerse atrás. Poco plan para un Valencia al que este año hemos visto bordar el juego. Que el contrario se tape atrás, algo que el año pasado era antídoto eficaz, empieza a gustarle a un Madrid más versátil y con alternativas. Si encadenan a Alonso, el resto conoce otras salidas.

3.- Xabi se retrasa entre los centrales, a lo Busquets en el Barça, y es Ramos quien saca el balón. Este simple movimiento de atrasar una pieza y adelantar otra no ha sido leído por el Valencia, que se ha visto dominado por ahí. Por ahí y por la fuerte presión arriba de Benzema, Özil y Cristiano, a quienes se ha sumado Khedira.

4.- Choca la posición de Khedira. Incluso para el propio Madrid, que por momentos parecía preguntarse qué hacía el alemán en la media punta en fase ofensiva. En el 4-2-3-1, Sami ocupaba la posición central de la tercera línea, reafirmando que es mejor como escudero que como llegador.

5.- El gol del Quarterback. Listo y rápido, sí, pero sobre todo preciso. No han sido cinco metros, sino cincuenta. Los locales se interrogaban sobre una falta cuando el balón ya surcaba los aires. Balón al pie de Benzema con texto del remitente: "Hola Karim, soy el mensajero. Tienes un regalo". Firmado: Quarterback Alonso, Cartero Xabi.

6.- Pas à deux de Benzema. Otro paso de claqué. Pincha con la derecha el misil que le llega desde 50 metros y, con la elegancia del bailarín, lo certifica de izquierdas. Pim pam, uno dos, pas à deux. Claqué.

7.- El descanso embota al Madrid. Por primera vez en la temporada he tenido la sensación de que no reculaba voluntariamente tras el descanso, sino fruto del rival. La presión arriba ha desaparecido, con Özil y Khedira presos de la falta de oxígeno y todas las líneas han retrocedido 15 metros. ¿Decisión voluntaria? Más bien, pienso que atrevimiento valencianista, que se ha ido a por el balón.

8.- Tino Costa ha pensado que también él podía ser Banega y ha sacado escuadra y cartabón. Los laterales han olido sangre y se han ido a por Marcelo y Arbeloa. La entrada de Albiol ha sido un caramelo para los locales, bien organizados ya a partir del cuero. Jordi Alba y Mathieu han despedazado esa banda y provocado un hecho desconcertante: que Xabi Alonso se lanzara a perseguir al hombre para intentar tapar la sangría.

9.- Cabezazo de manual de Sergio Ramos. Marcando los tiempos, levitando sobre las cabezas en un vuelo sin motor. Matador.

10.- El segundo y el tercer gol del Madrid te llevan al banquillo del Valencia y al rostro de Guaita. Cuando un portero yerra, el retrato siempre es cruel. Diego Alves ha sumado dos retratos seguidos y el aficionado piensa de inmediato en Guaita. Es lógico, aunque hace siete meses, el retratado en el mismo partido fue precisamente Guaita. No hay nadie infalible.

y 11.- Real Madrid de momentos. Implacable cuando llega, pero de acciones puntuales, sin la continuidad exhibida en partidos anteriores. Para entendernos, un Madrid más del curso pasado que del actual. Sin el control de los tiempos ni el dominio de la posición mostrados el último mes.

- Valencia-Real Madrid (Liga, 13ª jornada). 19-Noviembre-2011. Mestalla. 2-3 (Benzema, Ramos, Soldado, Cristiano, Soldado)

sábado, noviembre 19, 2011

Ha vuelto el dúo dinámico

1.- Han vuelto Piqué y Puyol. Han vuelto de verdad. Han pasado desapercibidos en defensa. Es decir, han vuelto. Piqué es la posición, Puyol la concentración infinita. Es el dúo dinámico. Juntos, el juego del Barça vuelve a tener sentido desde el primer paso. Valdés tiene el balón, sus centrales se abren, se inicia el movimiento colectivo… 

2.- Hoy, Puyol y Piqué, al revés de lo clásico. Puyol en derecha, Piqué en izquierda. ¿Casualidad? Ahí hay algo. No sabemos qué, pero intuimos un movimiento por alguna razón. La conoceremos dentro de unas semanas. Con el retorno de ambos, la temporada real ha empezado. 

3.- Otra vez el 2-3-3-2 para que el equipo pueda apoyarse en cuatro líneas. Y el otro principio fundamental del curso: con cuatro por dentro (como mínimo). Esto conlleva que arriba sólo haya dos y tengan que estar muy abiertos: son las estacas. Alexis y Cuenca, con instrucciones precisas para estirar la lona y abrir al rival en canal. Los extremos guardiolianos. 

4.- Desde la banda, Alexis tiene la misión de tirar diagonales hacia dentro. Lo de Villa, pero con más naturalidad. Desde la banda, Cuenca tiene la orden de correr la banda y dejar el interior para Alves. Parten de fuera, uno va hacia dentro, el otro sigue por fuera. 

5.- Los contratos dicen una cosa, pero los rendimientos explican otra. Hace un año había dudas de que Isaac Cuenca regresara de su cesión al Sabadell. Hoy, acumula méritos indiscutibles para formar parte del primer equipo. No lo dice en ningún contrato, pero lo gritan sus actuaciones. 

6.- Keita acumula minutos. Se va en enero y Pep intenta refrescar a Busquets, esencial en los grandes partidos. Keita no es el mediocentro que necesita el Barça: no circula con fluidez, ni marca el ritmo; el partido transcurre a su alrededor sin que el malí influya. Pero está cumpliendo un papel importante. Oxigenar a Busquets. 

7.- Sobresaliente la presión para recuperar balón. Sólo un recordatorio: la presión no es causa. Es efecto. Efecto de la organización del equipo y de la correcta aplicación del juego de posición. El equipo recupera fácil porque está junto y cerca del lugar de la pérdida. Maxwell, el Sylvinho contemporáneo, es ejemplar en esta faceta. 

8.- El Zaragoza le ha regalado tiempo a Cesc y espacio a Messi. El otro dúo dinámico no ha perdonado. Refundado en falso 9, Fàbregas deja atrás su papel de creativo constructor y ya se viste con la ropa del llegador. La realidad ha modificado los pronósticos de pretemporada: Cesc debía ser el constructor y Thiago el hombre del último pase. Y está siendo al revés. 

y 9.- El doble Messi ya es norma de la casa. No hay un falso 9, sino dos. Los cadetes del 87 se reúnen para maliciar fechorías con balón. Uno descarga y atrae, con lo que genera el hueco para el otro. Dame hueco, grita Cesc. Y Messi fabrica el hueco. Por ahí entra Fàbregas. Como un trueno. 

- Barça-Zaragoza (Liga, 13ª jornada). 19-Noviembre-2011. Camp Nou. 4-0 (Piqué, Messi, Puyol, Villa)

El fútbol como un todo

A base de observar las partes del fútbol como segmentos independientes estamos cerca de perder de vista el todo. No sólo se trata de esa corriente tan estúpida de los galardones individuales en un deporte colectivo, sino especialmente de las varas de medir que empleamos: la mayoría de ellas enfocan el fútbol desde la perspectiva del individuo y no del colectivo, lo que es un contrasentido. De hecho, la propensión a medirlo todo y construir con esas mediciones un muro de estadísticas es otra tendencia perversa, pues conseguimos con ello reducir el análisis del fútbol a un montón de cifras sin sentido: los kilómetros que recorre un portero o el número de balones que recupera un mediocentro, despreciando si el guardameta tiene influencia real con sus paradas o la iniciación del juego y si el mediocentro, tras recuperar esos balones, se limita a perderlos de inmediato dada su enorme torpeza.
 
Sin duda, todo ello es fruto de la banalidad imperante, que se ha propuesto descontextualizarlo todo para analizar partes muy pequeñas al microscopio y gritar “¡Eureka!”, creyendo haber descubierto la sopa de ajo del balompié. Frente a semejante aberración se alzan algunos entrenadores y analistas sosegados que nos recuerdan que el fútbol necesita mirada amplia, casi de telecospio, dada su red de interrelaciones sociales que contiene la vida de un equipo, donde nada ocurre sin causa previa. Son técnicos de variadas categorías y renombre, situados en clubs de todo tipo, muchos de ellos en categorías inferiores, algunos en paro, que están intentando quebrar esta tendencia que los periódicos han puesto de moda. Técnicos que nos aleccionan sobre la complejidad del fútbol, pues basta un movimiento en una zona del campo para desencadenar consecuencias importantes en la otra punta y nada de todo ello es mesurable con una estadística torpe y reduccionista.

Personalmente, siento predilección por estos entrenadores y su difícil intento. Son gente como Pep Guardiola o Raúl Caneda, como Juan Ignacio Martínez o Dani Fernández, como Sandoval, Mourinho, Lluís Carreras o Adrián Cervera. Hay muchos más. No hablo de sus personalidades, ni de los personajes que interpretan, ni de sus resultados, sino del esfuerzo por definir el fútbol como un todo y no como la suma de las partes, como si se tratara del despiece de un ternero. Frente a ese fútbol que sólo mide kilómetros y remates, porcentajes y ratios, recuperaciones y despejes, hay otro mucho más rico y complejo que nos habla de movimientos colectivos y decisiones conjuntas. Es el fútbol que reivindico, más humano y terrenal, menos numérico y segregado. También, es verdad, más difícil de comprender y mucho más exigente para ser explicado. Un problema para los periodistas.

- Publicado en Sport (19-XI-2011)

martes, noviembre 15, 2011

Dislexia en el mediocentro

Los estilos de juego son como los idiomas: variados, distintos, ricos y complejos. Los intérpretes de cada estilo futbolístico son como los hablantes de un idioma, vocalistas de un lenguaje singular, nacidos todos de troncos comunes que fueron derivando en especializaciones sucesivas. Nadie como un nativo para hablar su idioma, con lo que no puede extrañar que los italianos se sientan cómodos defendiendo juntos y encerrados, ni los ingleses corriendo arriba y abajo o nosotros interpretando el juego de posición. Ni tampoco debe sorprender que hablar un estilo opuesto al idioma “materno” se convierta en una acumulación de problemas y torpezas hasta que se alcanza la adaptación óptima.

Como en la vida real, hay idiomas futbolísticos para cada identidad y así, el francés suena dulce para el amor, el italiano para la lírica, el inglés para los negocios y el alemán para la instrucción. Lo que tiene poco sentido, sea dicho como un simple ejemplo, es organizar un catenaccio con sólo tres defensas o jugar al contragolpe con futbolistas lentos e imprecisos. En esta línea, deseo anotar la dificultad de practicar el juego de posición con dos mediocentros, al hilo de los que emplea Vicente del Bosque en la selección. El juego de posición, en efecto, contiene algunos principios que no pueden contravenirse a expensas de quebrar su desarrollo fluido, uno de los cuales es colocar a los jugadores a diferentes alturas para facilitar la creación de líneas de pase. Busquets y Alonso, siendo perfiles muy diferentes (Busquets se aleja del compañero, Alonso se acerca a él), se alinean a alturas similares, lo que reduce y entorpece la generación del juego interior. Inteligentes y hábiles como son, ambos corrigen sobre la marcha esa disfunción y tratan de superarla a través de movimientos que no les son naturales: Xabi Alonso, abriéndose hacia una banda, con lo que pierde la amplitud de horizonte que hace de él un auténtico quarterback del fútbol; y Sergio Busquets, echándose hacia atrás para buscar esa diferencia de altura entre ambos. El resultado final es una cierta dislexia en el juego de posición, defecto que desemboca en los pies de Xavi en forma de balones sucios, un pecado mortal en este estilo de juego que exige que el balón salga limpio desde atrás y se generen superioridades detrás de cada línea de presión.

Esta dislexia futbolística, ya anotada en el brillante Mundial conquistado, es un problema a señalar, pero no una enfermedad de la selección, donde Del Bosque se ha erigido con razón en líder incuestionable, por más que ahora se le critique por causas alejadas a su desempeño. Incluso con este problema a cuestas, la selección posee el idioma más fructífero del fútbol mundial a día de hoy. Cuestión distinta es preguntarse si dicho idioma será cuestionado si no se conquista la Eurocopa.
 

sábado, noviembre 12, 2011

El contexto y el falso debate

Ronda por todas partes un falso debate que pretende medir quién es mejor: ¿Messi o Cristiano Ronaldo? Es falso por un motivo fundamental: el fútbol, en tanto que deporte colectivo, no posee una vara de medir con precisión a los individuos por separado. Las estadísticas aportan datos sueltos, pues miden un número de acciones o de goles o de kilómetros recorridos o de pases de gol, pero son cifras no relacionadas con el desempeño del colectivo. Fulanito recupera tantos balones, es cierto, pero es posible que sea un tuercebotas que se haga expulsar cada dos partidos, dejando siempre a su equipo en inferioridad. Menganito es un gran goleador, sí, pero es incapaz de defender, insolidario con el grupo y un follonero. Y así podríamos citar cien ejemplos, algunos ficticios, otros reales, que desembocarían en la certera afirmación que hizo en su día Adrián Cervera, el joven entrenador del Marbella, uno de los mejores cerebros del panorama español: "El fútbol es un deporte de interacción colectiva; no existe el jugador como individual. Según el contexto, el jugador se manifiesta de una manera u otra".

El contexto es fundamental en el fútbol aunque no puede medirse, del mismo modo que es imposible medir con cifras lo que diferencia a Messi de Cristiano (lo que les diferencia, al margen de los gustos de los aficionados respectivos, es su mayor o menor capacidad para ser muy influyentes dentro del colectivo sin que esa influencia quiebre o disminuya la interacción colectiva de que habla Cervera). El contexto es lo que separa al Barça campeonísimo de la Argentina trastabilleante. El contexto es la diferencia abismal entre un Real Madrid estruendoso y un Portugal cojitranco. El contexto significa que, cuando están bien integradas en un todo, las partes suman un total muy superior a la simple suma de las partes. De ahí que Messi, siendo Maradona cada cinco minutos, no consiga con Argentina ser el Messi del Barça y algo parecido podemos decir de Cristiano: los contextos de sus selecciones son menos enriquecedores que los que encuentran en sus respectivos clubes.

En cuanto al falso debate entre ambos jugadores, puesto que no existe vara de medir fiable toda discusión pertenece al terreno voluble del gusto personal. Es más interesante disfrutar de su brillantez que perderse en disquisiciones imposibles, por más que comprendo que un puntal clásico de la conciencia social es el dualismo, basado en la contraposición de dos elementos de perfiles contrapuestos. La sociedad se entusiasma siempre con esas parejas antagónicas: Frazier contra Alí; Kárpov ante Kaspárov; Nadal y Federer; Borg contra McEnroe; Coe frente a Ovett; Phelps ante Lochte; Anquetil contra Poulidor; Carl Lewis y Ben Johnson... Todos ellos, deportistas individuales, sin más contexto que sí mismos. Queda bonito en los periódicos, pero es un debate falso. El fútbol es interacción colectiva.

- Publicado en Sport (12-XI-2011)



jueves, noviembre 10, 2011

El Real Madrid iguala al Barça en lesiones musculares


Los jugadores del Real Madrid han sufrido 12 incidentes musculares en lo que llevamos de temporada, de los que nueve caben considerarse propiamente como lesiones y los otros tres, como simples percances. La cifra de lesiones se sitúa en el promedio estadístico que maneja el fútbol europeo desde que en 2003 la UEFA inició sus estudios globales. Dichas estadísticas calculan unas 20-24 lesiones musculares por temporada para una plantilla que deba disputar unos 60 partidos, que es la previsión intermedia en el caso del Real Madrid.

De los 12 incidentes musculares, tres han sido contusiones, cuatro pueden considerarse lesiones leves (1 a 3 semanas de baja) y cinco de carácter medio. Han sido 11 los jugadores afectados, siendo Kaká el único que ha sufrido dos incidencias, una de ellas la que le mantiene actualmente de baja.

En cuanto a los músculos afectados, el bíceps femoral se lleva la peor parte, con tres incidencias, dos de ellas de importancia (Pepe y Di María). El sóleo y el aductor le siguen a continuación, con sendas lesiones cada músculo, teniendo el recto una única incidencia, la que sufre Marcelo en la actualidad. El brasileño, junto a Kaká y Di María, es una de las tres bajas que tiene el equipo en este momento por causas musculares. El número de lesiones musculares en el Madrid es superior al sufrido por el Barça si contabilizamos todos los incidentes habidos: 12 frente a 9 (11 jugadores frente a 7), pero si sumamos únicamente las lesiones se produce una coincidencia plena (nueve lesiones por bando). Las del equipo de Guardiola se han concentrado casi totalmente en el bíceps femoral (7), de las que tres han sido leves, cuatro moderadas y una grave (la de Alexis Sánchez). En términos generales, el balance de ambos conjuntos en materia muscular cabe considerarlo similar: al Barça le han supuesto 206 días de baja para sus jugadores y al Madrid, 171 días a fecha de hoy, cifra a la que habrá que añadir las jornadas que necesiten Di María, Kaká y Marcelo para recibir sus respectivas altas médicas.

Las nueve lesiones sufridas por los jugadores madridistas son las siguientes:

-          Khedira > 17-Agosto: Aductor durante Supercopa de España. Recuperación: 32 días (Alta, 18-Septiembre)
-          Kaká > 10-Septiembre: Sobrecarga durante partido contra Getafe. Recuperación: 8 días (Alta, 18-Septiembre)
-          Pepe > 18-Septiembre: Rotura fibrilar Semimembranoso pierna izquierda durante partido contra Levante. Recuperación: 26 días (Alta, 14-Octubre)
-          Coentrao > 18-Septiembre: Rotura fibrilar Sóleo pierna izquierda durante partido contra Levante. Recuperación: 26 días (Alta, 14-Octubre)
-          Benzema > 27-Septiembre: Rotura fibrilar porción proximal Aductor largo pierna izquierda durante partido contra Ajax. Recuperación: 17 días (Alta, 14-Octubre)
-          Lass > 15-Octubre: Lesión en bíceps femoral pierna derecha durante partido contra Betis. Recuperación: 14 días (Alta, 29-Octubre)
-          Kaká > 29-Octubre: Contusión en Sóleo pierna derecha durante partido contra Real Sociedad. Baja
-          Marcelo > 1-Noviembre: Lesión en Recto pierna izquierda. Baja
-          Di María > 6-Noviembre: Rotura en la unión miotendinosa de cabeza larga del Bíceps femoral pierna izquierda durante partido contra Osasuna. Baja

Los tres incidentes que no pueden catalogarse propiamente como lesiones fueron los siguientes:

-          Granero > 1-Agosto: Contusión en Cuádriceps durante entrenamiento en Guangzhou. Recuperación: 10 días (Alta, 10-Agosto)
-          Cristiano Ronaldo > 7-Octubre: Molestias musculares no definidas durante partido con Portugal. Recuperación: 6 días (Alta, 13-Octubre)
-          Arbeloa > 29-Octubre: Contusión Cuádriceps pierna derecha durante partido contra Real Sociedad. Recuperación: 5 días (Alta, 4-Noviembre)

martes, noviembre 08, 2011

Monólogo aplastante, diálogo memorable

Hay partidos diluidos en un monólogo aplastante y los hay, convertidos en diálogos memorables. El fútbol siempre se basa en dos fuerzas que se enfrentan en busca de un objetivo obvio, que pretenden alcanzar por caminos no necesariamente paralelos. De hecho, el buen entrenador es aquel que toma conciencia de sus propias fuerzas, evalúa con acierto las ajenas y elige el camino más adecuado. En ocasiones, para vencer. En otras, simplemente para no salir esquilmado. No hay caminos moralmente superiores a otros, ni propuestas con ética más elevada que otras, sino elecciones estratégicas de un equipo, ese ente compuesto por entrenador, jugadores y fuerzas emocionales.

El monólogo es habitual cuando Barça y Madrid se enfrentan a una mayoría de rivales. Conscientes de su inferioridad, esos rivales acceden al monólogo del equipo superior, buscando un inesperado milagro, una resistencia hercúlea, una compostura conmovedora o, por lo menos, evitar la goleada. En casos así, acostumbramos a loar las grandes exhibiciones de los equipos de Guardiola y Mourinho, que saldan dichos monólogos con abundancia de juego, potencia y habilidad, muchos de ellos coronados por goleadas escandalosas, como ese 7-1 que el Real Madrid endosa a Osasuna en sesión matinal. El equipo de Cristiano es una trituradora fenomenal, con el quarterback Alonso dirigiendo las maniobras, Arbeloa y Ramos cerrando todas las puertas y Benzema e Higuaín interpretando baladas sangrientas en el área rival.

En momentos inesperados, sin embargo, el fútbol nos regala un diálogo sensacional como ese Athletic-Barça de aroma inglés. Y en esos casos, la magia del fútbol enardece los espíritus. En el monólogo decimos que el Barça (o el Madrid) bordó su partido, pues sometió tanto al rival que hizo con él cuanto quiso. En el diálogo de San Mamés, ni siquiera la lluvia rocosa pudo someter a los duetistas, bestiales en su despliegue integral, físico, técnico y táctico, como si el diluvio desbordara los depósitos de gasolina emocional e impulsara a los protagonistas a un desempeño inaudito. Ese diálogo será memorable y no porque no existiesen los errores, que los hubo (goles, marcajes, desaprovechamiento de espacios, decisiones técnicas...), sino por la inaudita capacidad de unos y otros por seguir dialogando en sus respectivas lenguas futbolísticas, más allá de todo límite imaginado. Presionando, mordiendo, achicando espacios y aguas los bilbaínos; abriendo huecos imposibles con su tuneladora los barcelonistas. Por ahí parecían dialogar Talleyrand y Fouché tras el Waterloo napoleónico; Bogart y el capitán Renault en el aeropuerto de Casablanca; o Sócrates y Critón en su imprescindible debate sobre la injusticia mundana, poco antes de la cicuta. Diálogos memorables.