miércoles, marzo 08, 2006

Reaparece Ronaldinho el día que el Barça se viste de Chelsea para llegar a cuartos


Los grandes equipos han de tener varios disfraces para acudir a todas las fiestas a las que están invitados. El disfraz principal del Barça es el del ‘jogo bonito’, pero hemos visto que tiene otro muy eficaz: el mono de trabajo, el disfraz del sudor. El día que el Barça se ha puesto el disfraz habitual del Chelsea ha echado al Chelsea de la Champions. No lo ha hecho con la brillantez, elegancia y filigranas con que se pasea en la Liga, sino con espesura, pero es que el Chelsea no es un equipo del montón de la Liga de las estrellas, sino un conjunto fantástico, capaz de plantarse en el Camp Nou sin miedo ni errores, con novedad táctica (Robben de media punta) y voluntad de remontar sobre hierba de verdad su desastre de ‘Stamford Beach’.

No había que ser adivino para intuir que sería la noche de Ronaldinho porque apenas se hablaba de él y sí mucho de Messi. Pero ha sido la noche de Ronaldinho porque primero ha sido la del trío Edmilson-Motta-Deco y sobre todo la del cuarteto defensivo, impecable, soberbio, concentrado y casi siempre con una milésima de segundo de anticipación. Gio y Oleguer han jugado uno de sus mejores encuentros defensivos desde que están en el Barça (pese a las dificultades aéreas a balón parado) y Márquez ha vuelto a marcar la raya con una soberanía imperial. Gracias a esa solidez, Ronaldinho ha emergido. Y al trabajo infatigable de desmarque de sus dos compañeros de ataque, que han presionado y abierto líneas. El rostro de Ronaldinho antes del partido era el símbolo de lo que pretendía: resucitar. Luego han llegado sus virguerías, los pases imposibles y el desenlace cuando ha emigrado a esa zona que le hace impactante: el rostro de los centrales contrarios. Ahí ha sido demoledor, se ha llevado por delante al trío Lampard, Terry, Carvalho y ha martilleado.

El Barça ha madurado. Lo ha hecho a golpes. Sufriendo y cayendo en muchas eliminatorias. Pero ha madurado. Hasta ahora conocíamos su potencia de fuego, su talento pelotero y su estética años 00. Pero desde esta noche sabemos algo más: el equipo de Rijkaard, el técnico que ya es el alma del conjunto, tiene el plus de la solidez, de la madurez. Para ser grande de verdad no basta el talento. También se precisan virtudes menos brillantes como la concentración, el esfuerzo, el espíritu solidario y la capacidad defensiva. Ahora, el Barça de Ronaldinho suma genialidad y trabajo.

Apenas ha ganado nada, pero tiene mucho futuro por delante. Quedan grandes batallas, como la previsible contra la ‘armada italiana’ que se avizora en el horizonte más próximo (la Juve ha ganado en el minuto 87 de regalo inverosímil). Pero este Barça es un arma cargada de futuro.

Vídeos: El gol de Ronaldinho (gentileza de Fútbol Arte.com) en versión castellana de Canal + y también en versión catalana de RAC-1 (gentileza de Miniestadi.blogspot.com). Los dos goles del Vila-real-Glasgow Rangers (Fútbol Arte) más el de Micoud a la Juve. Y el inverosímil gol de Emerson, tras regalo de Wiese,
que salva a la Juve frente al Werder Bremen (sin sonido).









Fotos: El gol de Ronaldinho (AP) y su celebración (AFP); Messi , con rotura fibrilar de isquiotibiales (AP).