lunes, octubre 31, 2011

El scouting de Áxel Torres a Isaac Cuenca


A la hora de cerrar la edición del libro “Senda de Campeones/El Camí dels Campions” (primeros días de enero de 2011), la denominada Lista de los 50 era un dolor de cabeza: jugadores como Rubén Rochina oficializaron su marcha del club; otros, como Jon Miquel Toral, comunicaron su futuro adiós en verano; varios más eran dudosos. Y había uno que estaba jugando bien, pero lejos del Barça: era Isaac Cuenca. Militaba en el Sabadell, por entonces en 2ª B, donde era titular indiscutible de la banda izquierda. ¿Había que incluirle en la Lista? ¿Regresaría un cedido? Para colmo, un jugador que había salido dos veces del club, la primera por voluntad propia, la segunda porque no quedaban fichas en el Barça B.

Áxel Torres, el magnífico periodista de Gol TV, tuvo la respuesta y fue afirmativa. No había que dudarlo: Isaac Cuenca debía ser una de las 50 principales promesas de la cantera del Barça, por más que estuviese jugando en el Sabadell.

No fue un capricho. Desde el mes de octubre de 2010, Cuenca formaba parte de una primera preselección (100 nombres) para el libro. Pero al no tener opción de verle jugar en la Nova Creu Alta, le pedí a Áxel Torres que hiciera el scouting del extremo. Cada semana, con puntualidad germánica, Áxel me informaba de los avances del jugador y también de sus retrocesos, lesiones o dificultades. De vez en cuando me mandaba un vídeo con las evoluciones de Isaac. Su diagnóstico ya era claro en diciembre: triunfará y volverá al Barça.

A principios de año, y con la fecha límite de entrega del libro ya vencida, había que tomar una decisión: ¿49 de La Masia más un cedido? Parecía muy arriesgado. Si no había conseguido ficha la temporada anterior ¿por qué razón iba a lograrla jugando lejos del Mini Estadi? La tentación de incluirle era fuerte vistos los informes de Áxel. El riesgo de hacer el ridículo, también. Pasado el día de Reyes, Áxel y yo hablamos para tomar una decisión final: sí, estaría en la Lista de los 50.

Hoy, Isaac ya vive en el ascensor del Camp Nou. El scouting de Áxel Torres dio en el blanco.

Pep quiere una cantera a fuego lento

El tiempo no se puede comprar, acelerar, retorcer ni manipular. Es inexorable y puntual. No se puede correr más rápido que el tiempo, defecto en el que caemos cuando nos fijamos en futbolistas jóvenes. La cantera del Barça contiene un par de ejemplos recientes y sangrantes de ese vano intento de vencer al tiempo. Hay excepciones, claro, como Leo Messi. También lo fueron Bobby Fischer o Wolfgang Amadeus Mozart, pero esos casos no anulan la certeza de que la precocidad acaba siendo víctima de la dictadura del estancamiento.

Pep Guardiola lo vivió a su alrededor como jugador y lo ha sufrido como entrenador. Ha visto grandes promesas diluirse como azucarillos en cuanto se igualaron las fuerzas físicas o crecieron las dificultades rivales y surgieron los retos reales del alto nivel competitivo. Por estas razones, y aunque su historial como ascensorista sea espectacular, Pep quiere una cantera a fuego lento, sin prisas. Habría preferido que Bojan fuese ahora mismo el delantero centro del filial y Gio dos Santos, un efervescente extremo que encandilase el Mini Estadi. Con Guardiola no habrá precipitación pese a que los 19 canteranos que han debutado con él hagan creer lo contrario. El entrenador sabe que mucho más difícil que llegar al Camp Nou es quedarse en él, de ahí que exija que la maduración de los vinos que crecen en La Masia se haga con lentitud artesanal.

Los tiempos modernos buscan sangre fresca con la que alimentar la voracidad mediática, pero Pep posee su propio calendario. Conoce quiénes son los elegidos y cuál es el tiempo de cada uno y no quemará a ninguno de ellos en el fuego de la fatuidad precoz. Una cosa es estimular a un jovencito con unos minutos en el cielo (Muniesa en el 2009, Deulofeu ahora) y otra bien diferente pretender escamotear el camino feroz y áspero que empieza en La Masia y termina en el Camp Nou. Ahí, el darwinismo blaugrana se ensaña con los tibios y los que dudan; con quienes tienen un entorno farandulero o poco asentado; con los precipitados que se enamoran de sí mismos cuando se ven en las portadas. "Hay que dejar madurar el tiempo de los chicos y de sus entornos", explica Tito Vilanova, en su declaración de principios.

Ahora mismo hay seis chavales del Barça B subidos al ascensor: Montoya, Bartra, Muniesa, Jonathan dos Santos, Sergi Roberto e Isaac Cuenca. Lo harán a lo largo de la temporada, en partidos de Copa o de dificultad relativa. No son los únicos. Hay guardametas para cubrir una emergencia y promesas brillantes (Rafinha, Sergi Gómez, Tello, Deulofeu, Espinosa, incluso Riverola) que también tendrán su momento. Pero Guardiola exigirá paciencia y crecimiento pausado para que cuando lleguen al Camp Nou no sea de visita efímera, sino para quedarse para siempre. Por los antecedentes nefastos de la precocidad mal entendida tiene claro que el listón lo fijaron Iniesta, Busquets y Pedro. El primero, porque, aunque ahora parezca mentira, no fue titular de verdad antes de los 23 años. Los otros dos, porque nunca estuvieron en una lista de elegidos, sino que triunfaron en la sombra, cocinados a fuego lento, aprendiendo los fundamentos y respetando el tiempo.

- Publicado en El Periódico (31-X-2011)

domingo, octubre 30, 2011

Cuando no puedes correr...

1.- Pánico a la trituradora blanca: cinco defensas componiendo un autobús, siete titulares fuera del césped, declaración de intenciones de Montanier.  El autobús logra el objetivo: la Real sólo encaja un gol, bien distinto de los rivales madridistas machacados en las últimas jornadas.

2.- Marcelo, Khedira y Benzema, tres piezas capitales. Su ausencia parece generar  un anquilosamiento general en el Real Madrid. No es porque sus sustitutos (Coentrao, Lass e Higuaín) tengan menor calidad individual, sino por las interrelaciones colectivas que generan. Con Marcelo, la salida por izquierda es más certera; con Khedira, el Quarterback Alonso está bien protegido; con Benzema, la movilidad arriba no se cuestiona. Entiendo su suplencia, pero certifico su preponderancia.

3.- Si a un equipo de corredores le privas del espacio… Esa ha sido la consecuencia del autobús donostiarra. Corredores sin espacio; corredores sin piernas; corredores frenados en seco. De nuevo, la problemática del Madrid en ataque organizado, la vieja asignatura suspendida ante Levante y Racing y que parecía superada.

4.- El gol del triunfo, sin embargo, surge como una acción casi a contra natura: un hombre que siempre juega por fuera (Coentrao) se introduce por dentro y asiste dulcemente a un delantero (Higuaín) que interpreta un movimiento clásico de Benzema. Gol sorprendente por la forma en que lo fabrican Coentrao e Higuaín. Un gol más de Marcelo y Benzema.

5.- La anarquía de Lass –que contrasta con la disciplina germánica de Khedira- le ha generado problemas a Xabi Alonso, menos imperial que otras noches pese al regalo de sus compatriotas donostiarras, que le han marcado a distancia, como mirándole de lejos. Bergara y Mariga le han prestado a Xabi el oxígeno que Lass le arrebataba.

6.- La banda izquierda del Madrid podía haber desmembrado a la Real en el primer tiempo: cada ataque por esa zona era una martirio para Carlos Martínez, pero no ha habido persistencia para doblegarle. En eso se ha notado, también, la ausencia de Marcelo.

7.- Pocos apuros defensivos del equipo de Mourinho. En el centro, Sergio Ramos sigue dictando la ley de su potencia controlada; en la banda, Arbeloa sujeta a los rivales lejísimos de Casillas. El físico de uno y el rigor táctico del otro son fundamentales para comprender las certezas de la línea de atrás.

8.- Sin Illarramendi, la Real Sociedad es otra. Con el Özil desvirtuado del último mes, el Real Madrid también es otro. Sin embargo, ni uno ni otro marcan el partido. Los problemas merengues obedecen a la ausencia de espacios para sus corredores. Los txuri urdin, a causas más profundas que la simple baja de Illarra.

9.- Antoine Griezmann: tan bueno como inmaduro. Fuera del campo y dentro.

y 10.- Los mismos medios que fabricaron una crisis artificial alrededor de Messi la construirán sobre Cristiano Ronaldo. No creo que le ocurra nada anormal: una pizca de cansancio, algo de obsesión y un punto de desacierto. Sin más, aunque para los que prefieren gritar que analizar, será materia sobre la que picotear.

- Real Sociedad-Real Madrid (Liga, 11ª jornada). 28-Octubre-2011. Anoeta. 0-1 (Higuaín)

sábado, octubre 29, 2011

¿Me regalas las bandas? Gracias

1.- Noche de homenaje conceptual a Cruyff: si te regalan las bandas, las aprovechas. Más o menos es lo que habrá dicho Guardiola. Después de tres partidos con el contrario defendiendo muy apretado por el centro, concediendo los pasillos exteriores, el antídoto ha sido muy cruyffista: gracias por el regalo, lo aprovecharemos. Y por ahí ha roto al Mallorca: por fuera, muy por fuera.

2.- Adriano y Cuenca pegados en banda, dos estacas. La estaca es básica para el desarrollo del juego de posición. Fijas por banda a lo ancho para que el rival no pueda cerrar los pasillos interiores con facilidad. En la final de Champions, las estacas fueron Pedro y Villa. Con Cuenca y Adriano se comprueba que hay alternativas. Dos extremos que juegan por fuera y definen por dentro.

3.- Isaac Cuenca es el extremo ideal para el concepto de fútbol que posee Guardiola. No es el mejor extremo que tiene en el filial, pues Deulofeu tiene incluso más talento, más velocidad, más desborde. Pero Cuenca es tácticamente muy inteligente. En otra ocasión definiremos en detalle lo que busca Pep en su hombre por fuera. Digamos que Cuenca es ese prototipo, otro Pedro con distintas prestaciones pero el mismo perfil: sabe abrir por fuera, correr por banda, meterse hacia dentro y jugar de interior. Hijo pródigo por partida doble. El nuevo Pedro.

4.- Adriano ha sido decisivo. Ha jugado como Pedro en Wembley: fijo en la cal izquierda, estirando la defensa contraria hasta el límite del dolor para esos defensores. Y ha sabido interpretar el acordeón atacante con precisión. Estirar hacia fuera, pero presentarse dentro del área para definir en cuanto el Barça conseguía superioridad por el otro lado. Asistiendo para el gol a su compañero del otro extremo.

5.- Dibujo 3-2-3-2 de salida. Nada de 3-4-3. Son cinco por dentro y no cuatro. Busquets y Keita en la base, Thiago y Messi de interiores, Villa de enganche. Y las dos estacas arriba. Con estas posiciones, Villa sale perjudicado en lo individual, pues interviene menos que en banda izquierda, pero estira el campo en lo profundo mientras las dos estacas lo hacen a lo ancho. El beneficiado se llama Leo Messi.

6.- Segundo tiempo, Piqué al campo, cuatro teóricos defensas, dos en realidad: 2-3-2-3. Cuando juegan 4 atrás, el cambio es más ofensivo: pasan de tres defensas reales a dos, con los dos laterales muy arriba.

7.- Busquets es el amigo de todos, el gozne sobre el que gira el equipo. Keita es el interior en la sombra, siempre desapercibido, pero nunca innecesario. Ambos han bordado en el primer tiempo las diagonales cambiando el juego de banda. Acciones básicas para aprovechar las bandas de manera eficiente. La gasolina de los extremos.

8.- Algunas bajas en el equipo titular obedecen a cargas físicas personalizadas. Iniesta, Cesc y Busquets son los tres que están recibiendo dicho entrenamiento individualizado. Eso exige quebrar la norma de jugar partido cada tres días y pasar a hacerlo cada siete. De ahí las rotaciones. Mucho runrún sobre Fontàs: quizás juega el martes de titular.

y 9.- Gerard Deulofeu: primer canterano nacido después de Wembley’92 que debuta con el primer equipo. 17 años (13-Marzo-1994). Un talento inmenso, probablemente el mayor potencial de la cantera, el número uno en la Lista de los 50 en el camino entre La Masia y el Camp Nou. Pero varios defectos por pulir: de entrega en el trabajo, posicionales y de enfoque colectivo en su juego. Una vez haya celebrado como merece este emotivo debut hará bien en revisar el vídeo del partido para comprender lo que debe ser un atacante del Barça: le bastará con fijarse en Isaac Cuenca.

- Barça-Mallorca (Liga, 11ª jornada). 29-Octubre-2011. Camp Nou. 5-0 (Messi, Messi, Messi, Cuenca, Alves)

Johan, aquél que cambió el Barça


Cinco de la tarde de aquel domingo. Llega Johan vestido de frac y cambia la historia del Barça. Así: plas. Camiseta de manga corta, número 9 a la espalda, meses esperando el plácet, Barça en barrena, eliminado en la Copa de la UEFA, penúltimo en Liga, con 4 puntos y dos negativos (entonces existían los puntos negativos) tras seis jornadas. El Barça de entonces, vaya, una veleta. Llega Cruyff, agarra el timón y se dirige a puerto: desde aquel 28 de octubre de 1973, el equipo encadenará 17 victorias y 6 empates para conquistar una Liga que se resistía desde catorce años atrás. Johan marcará dos goles en su debut frente al Granada y 14 más en los siguientes encuentros.

El Camp Nou lo vivió como un milagro. Johan era un genio con levita. Treinta años más tarde, Ronaldinho produjo un efecto similar entre la afición, con su sonrisa, aquellos malabarismos, el gol trasnochado ante el Sevilla, sus galopadas en el Bernabéu y su magia. Pero quien cambió la historia fue Johan. Ronaldinho fue un mago, Cruyff un genio. Como futbolista nunca volvió a ser el de su primer año en el Barça, pero su mejor aportación no fue esa, sino la que advino en 1988, cuando regresó como entrenador.

Poca gente sabe que Johan vivió un cambio profundo en su mentalidad. Como artista era genial, pero sus conceptos futbolísticos estaban muy influidos por los entrenadores ingleses que había tenido en Holanda (Vic Buckingham le hizo debutar en el Ajax en 1964). Como jugador creía que el estilo británico dominaría el mundo. Ya retirado, reflexionó, regresó a sus orígenes (Jany Van der Veen fue su maestro en la cantera 'ajaccied'), filtró conocimientos y evolucionó. Cuando llegó al Camp Nou como técnico, sus ideas eran otras: dominar el balón, organizarse a partir del cuero, atacar como vocación... En fin, los fundamentos del juego de posición. Johan los inyectó hasta la médula espinal del Barça: desde el primer equipo hasta el último conjunto de la base. Frente a las reticencias históricas de un club que no poseía un estilo propio de juego y contra los vientos de las urgencias y los resultados, Cruyff inoculó una idea revolucionaria en el fútbol mundial.

Su aportación como técnico trasciende los triunfos que conquistó con el Dream Team. Aunque nunca supo articular intelectualmente los conceptos que aplicaba (otros lo hicieron por él y con gran acierto), su influencia resultó trascendental. Años después, Rijkaard y Guardiola en el Barça (y Luis Aragonés y Vicente del Bosque en la selección) sublimaron aquella idea y consiguieron éxitos nunca soñados. La influencia del genio con levita fue gigantesca como jugador, pero trascendental como técnico. Hombre de mil defectos, sin duda, pero sin el cual el Barça no sería lo que es hoy.

- Publicado en Sport (29-X-2011)

* La foto corresponde al debut de Johan Cruyff, el 28 de Octubre de 1973, en el Camp Nou, frente al Granada (4-0, dos goles de JC). Pertenece al archivo de El Periódico de Catalunya y su autor es Jordi Cotrina, uno de los mejores fotógrafos deportivos del país.

viernes, octubre 28, 2011

Jonathan Soriano: 94 días después vuelve a la rampa de salida

Noventa y cuatro días. Ese tiempo ha durado la recuperación de Jonathan Soriano, pichichi de Segunda División la pasada temporada: 32 goles con el Barça B, una cifra descomunal, pilar esencial para comprender cómo un filial lleno de imberbes pudo concluir tercero en esa Liga tan compleja.

Se rompió el miércoles 27 de julio. El Barça llevaba apenas unos días de pretemporada. Aquel Barça era, básicamente, el Barça B. En el primer partido amistoso, disputado en Split ante el Hadjuk, Jonathan Soriano disputó los segundos 45 minutos, sustituyendo a Villa. Tres días más tarde, jugó todo el partido frente al Inter (2-2) en la Copa Audi. El 27 de julio, en el Allianz Arena, también fue titular en la victoria frente al Bayern Munich (0-2), pero a los 65 minutos su rodilla sufrió una hiperextensión que sonó terrible. Le sustituyó, menuda paradoja, Isaac Cuenca, retirándose Jonathan en camilla entre los peores augurios: la rotura del ligamento cruzado de su rodilla izquierda parecía una certeza, pero al regreso las noticias mejoraron. No era rotura, sino elongación del ligamento, lo que reducía el periodo de baja a la mitad.

La lesión supuso la interrupción brusca de su trayectoria. Goleador supremo en Segunda, Jonathan tenía ante sí dos caminos: el salto a un equipo de Primera (español o extranjero) al estilo de Nolito; o convencer a Guardiola de su talento para ser recambio en el primer equipo. Estaba en ello. El miércoles 20 de julio realizó su primer entrenamiento dirigido por Guardiola junto a los componentes del primer equipo y otros 13 del B. Dos días más tarde, un miembro del cuerpo técnico del club transmitió el siguiente mensaje: Guardiola está entusiasmado con Jonathan Soriano, ha dado instrucciones para que Jonathan Dos Santos no se mueva de Barcelona y se ha prendado de dos chicos que no conocía: Isaac Cuenca y Cristian Lobato.

Tras esto llegaron las tres intervenciones de Soriano en los citados amistosos y lo que parecía su triunfo personal por convencer a Pep. Pero en el momento clave, con el billete cerrado para la gira USA, se machacó la rodilla y aquél sueño se esfumó. Hoy ha recibido el alta, 94 días más tarde, y mañana sábado puede jugar ya unos minutos frente al Nàstic. Su carrera vuelve a empezar. No es la primera vez que reemprende el vuelo.

jueves, octubre 27, 2011

Gurpegui, Canales, Rossi… más cruzados

Tres en cuatro días: Gurpegui, Canales y Rossi. Ligamento cruzado anterior de la rodilla. No son los únicos. Antes cayeron Afellay, Vadillo y algunos más. Es una lesión inevitable en el fútbol (o en rugby, donde hubo dos similares en el Mundial), que puede tener causas multifactoriales y también mucho de azar.

Ha habido varias epidemias tristemente famosas: la del Barça en la temporada 2004-2005 o la de la Liga española en la 2006-2007. La barcelonista encadenó cuatro roturas de ligamento consecutivas: Motta, Edmilson, Gabri y Larsson. Cien teorías, mil explicaciones, pero ninguna certidumbre. Se acusó al entrenamiento, al césped, a la alimentación, a los tacos de las botas y a las máquinas vibradoras. Sin certidumbre ninguna de las acusaciones. En el consenso popular se acabó mirando a las máquinas vibradoras pese a que dos de los lesionados jamás las utilizaron.

Dos años más tarde cayeron 17 futbolistas de la Primera División española entre el 28 de julio y el 30 de noviembre de 2006: Valerón, Moratón, Gonzalo Rodríguez, Pires, David García, Marchena, Bodipo, Cicinho, Óscar López, Tiko, Maxi Rodríguez, Petrov, Albelda, Gavilán, Moretti, Nihat y Regueiro. Una sangría indescriptible: 17 roturas ligamentosas en cuatro meses. Lo nunca visto. Sin causas aparentes respecto de años anteriores ni posteriores. Cinco jugadores del Valencia, tres del Villarreal, diez clubes implicados, la mitad de los que componen la Liga.

Desde entonces, y aunque el césped, los tacos, los entrenamientos o el número de partidos no han variado de forma significativa, el número de lesiones jamás volvió a acercarse a lo de aquella pesadilla. Ahora, Canales, Gurpegui y Rossi, tres en cuatro días, nos recuerdan ese otoño infernal de 2006 o la epidemia barcelonista de 2004. Sin duda, siempre hay causas que expliquen parcialmente una lesión: algunas son concretas, otras genéricas y también las hay que son difusas. Pero lo que no podemos olvidar, en ningún caso, es que el fútbol posee un alto componente azaroso.

La trituradora

1.- El Real Madrid ha encontrado su identidad de juego. Ahora se sabe y se siente una trituradora de rivales. Durante años sólo fue vértigo: en ocasiones sin mucho sentido; en otras, sin ninguno. Ahora, mérito indiscutible de Mourinho, cada pieza ha encajado en el puzzle y hay un tiempo para cada cosa: un momento para presionar, otro para correr, uno de parar, otro de ajustar y otro más para rematar.

2.- La identidad se compone de intensidad, verticalidad, movilidad, dominio espacial, variedad táctica y potencia. Lo que el año pasado eran virtudes dispersas, Mourinho y sus jugadores las han amalgamado en mezcla colectiva. Piezas sueltas se han engranado en una maquinaria productiva.

3.- La expresión de esta identidad sobre el césped se refleja en una estampa concreta: la defensa de cinco madridistas al borde del área rival. Cristiano, Benzema, Di María, Khedira y Kaká, defendiendo la salida de balón en las narices de Diego López. No digo que esta sea la clave de bóveda (aunque ayuda), pero es un símbolo de este equipo mayúsculo. Más que presionar, el Madrid ahoga la salida contraria, inutiliza a sus defensores, a quienes se les hace de noche.

4.- Aparte del factor presión hay varios ejes más que hacen jugar a este Madrid con las luces largas. El Quarterback Alonso es la bisagra, el gozne alrededor del que gira todo. Quien ordena el equipo. Xabi es El Imprescindible. A su lado, Khedira le sirve de bastón. La salida de atrás (cualquiera de las tres que se manejan) es limpia y clara. Sergio Ramos está sublimando las funciones de corte y Marcelo, las de conducción inteligente.

5.- Partiendo de un 3-3-1-3, con Kaká en la media punta, reeencontrándose a sí mismo en un retorno que preveíamos imposible, el Madrid escalona a sus hombres a partir de la movilidad, la asociación y la mezcla inteligente de juego corto y largo. Libertad para subir una línea y exigencia para cerrar la salida del rival.

6.- Sobre esta base, Di María y Benzema. El argentino ha evolucionado en su inercia descontrolada para devenir en un mayor conocimiento del juego y de la tecla a tocar en cada acción. Ya no corre como pollo sin cabeza. La ha levantado y lo que ha visto parece gustarle. Di María, Asistencias a Domicilio.

7.- Benzema es, además de un'9 y 1/2' , la pausa dentro del vértigo. Movilidad en el área, remates certeros, asistencias preclaras. Y pausa. Ejemplo, el contragolpe del tercer gol. Contragolpe de manual blanco: galope de los jinetes. Pero el galope exige un punto de pausa. Benzema lo comprende y lo interpreta. Control, pausa, asistencia. Gol.

8.- Curioso lo de los saques de esquina en contra. Desde hace años es la mejor jugada a favor del Madrid. Lo hemos escrito cien veces. Y el equipo contrario cae mil veces en la misma trampa. Signo de rival poco trabajado o, quizás, fruto del nerviosismo de los intérpretes. Me ha sorprendido en Borja Valero. De Guzmán le ha pedido que sacara el córner en corto. Se acerca a él, le pide el balón, Borja se lo niega y decide sacar en largo, buscando un remate por alto. ¡Contra Ramos, Pepe, Khedira y Cristiano! ¿En qué pensaba Borja Valero? Su decisión ha sido como dar una asistencia para el contragolpe blanco. No ha tenido suficiente con ello: en el segundo tiempo ha sacado otros dos igual y ha regalado sendas contras.

9.- La productividad del Madrid es excepcional. Desde su “semana negra” frente a Levante y Racing, ha logrado 28 goles en 7 partidos: 6 goles al Rayo; 4 a Espanyol, Betis, Málaga y OL; 3 a Villarreal y Ajax. Promedio: 4 por partido. La intencionalidad ofensiva no necesita más datos.

y 10.- Más allá de análisis, las sensaciones que deja el Real Madrid son fantásticas. Parece un equipo anímicamente indestructible, una trituradora de rivales, un gigante con mandíbulas de acero que tiene prisa por ajusticiar a quien tiene enfrente. Maravilloso.

- Real Madrid-Villarreal (Liga, 10ª jornada). 26-Octubre-2011. Santiago Bernabéu. 3-0 (Benzema, Kaká, Di María)

martes, octubre 25, 2011

Dedos grasientos

1.- La llave del baúl la tenía Xavi. A balón parado abre la puerta y por ella salen huyendo las cerraduras. Defensas cerradas, sin duda. Lo que peor le sienta al Barça. Y a todo equipo grande con vocación ofensiva y obligación de triunfo. Defensa cerrada no equivale a amontonar gente. Eso es defender “a la italiana”: por acumulación.

2.- Digo defensa cerrada y quiero decir equipo que cierra pasillos. Sea por fuera, sea por dentro. Y frente al Barça, sobre todo los interiores. El rival regala el exterior y bloquea el interior. Lo hizo el Milan, lo repitió el Viktoria y lo sublimó el Sevilla. Lo ha intentado el Granada. Regalan el exterior porque saben que no habrá centro del extremo/lateral del Barça. No lo habrá porque este equipo juega sin un 9 alto que pueda cabecear dicho centro. Está parido así y no hay vuelta de hoja.

3.- Esta organización defensiva pretende erigir un muro entre centrales y entre centrales y laterales. A cambio, entregas el exterior sin pedir nada a cambio. Frente a eso, el juego de posición blaugrana busca ejecutar uno de sus paradigmas: mover en una zona para definir en otra. Si el balón va por fuera es para intentar rematar la jugada por dentro. Si se mueve mucho por dentro es para intentar salir por el exterior.

4.- En definitiva, se trata de un pulso entre dos fuerzas poderosas: una busca abrir puertas (Barça) y la otra, cerrarlas (el rival). El éxito de uno u otro reside, en ocasiones, en un breve detalle: pretendes cerrar una puerta, pero dejas entreabierta una ventana. Patapam, por ahí se te ha colado el ratón.

5.- Correcto el juego de posición del Barça salvo en un factor fundamental: la esencia es provocar superioridades detrás de cada línea, pero ni Cesc, ni Xavi, ni siquiera Messi han generado dicha situación. Esa es la gran virtud que posee Iniesta: estar siempre libre moviéndose entre líneas. Los otros tres saben hacerlo, pero apenas lo han conseguido. En ese aspecto se nota mucho la inadaptación de Cesc, que parece no comprender dicha necesidad.

6.- La tela de araña granadina ha atrapado al Barça en su red interior, arrastrándole al error. Guardiola no estará satisfecho del rendimiento posicional de sus jugadores, que interpretaron mucho mejor las necesidades ante el Sevilla, aunque el marcador del sábado resultara peor que el de Los Cármenes.

y 7.- Busquets, el jugador más interesante del partido. Ha sabido convocar rivales para abrir espacios a sus colegas. En cada acción ha elegido correctamente. Barça muy espeso en su protagonismo: ha tocado la misma partitura, pero con los instrumentos desafinados. O con los dedos grasientos.

- Granada-Barça (Liga, 10ª jornada). 25-Octubre-2011. Los Cármenes. 0-1 (Xavi)

Donde se fabrican los sueños

La riqueza del fútbol ha generado equipos memorables: la Hungría de los 50, el Brasil del 70, la Holanda del 74, el Madrid de Di Stéfano, el Ajax de Cruyff, el Brasil del 82, el Milan de Sacchi, la Quinta del Buitre, el Dream Team, los Galácticos, la España de los bajitos, el Pep Team... Y todo lector añadirá, por lo menos, media docena de equipos fabulosos e inolvidable recuerdo. No hay 'numerus clausus' en el olimpo de los conjuntos legendarios, así que sería necio reducirlos a la mínima expresión. Dos de ellos, sin embargo, poseen un parecido incuestionable: el Brasil que cae en Sarrià y no conquista el Mundial de 1982, que le estaba predestinado; y la España que inicia en 2008 un camino triunfal del que no se avizora su final.

En ambos casos, sus centrocampistas resultan superlativos. Por Brasil se alinean Sócrates Brasileiro, Falcao, Toninho Cerezo y Zico, con dos ayudantes de lujo: Junior, lateral explosivo, y Eder, extremo volcánico. De hecho, ambos son dos centrocampistas más. Aunque, bien mirado, ¿qué significaba ser centrocampista en aquella selección? En realidad, el suyo era un juego fluido, casi líquido, de movilidad constante, donde las posiciones se mantenían y los hombres pasaban por ellas sin pagar peaje. Equipo de una sola dirección: atacar. Cerezo y Falcao se asimilarían a lo que ahora denominamos mediocentros; Sócrates y Zico, a lo que consideramos interiores con llegada. Cuatro futbolistas descomunales, que tejieron exhibiciones memorables... para acabar perdiendo. El fútbol devuelve tanto a sus protagonistas que ni siquiera semejante batacazo ha borrado de la memoria aquella selección de lujo.

La España actual es muy parecida, con la diferencia histórica que ha conseguido ganar los dos títulos mayores. Sus medios son su fuerza. Parece mentira que se hayan desperdiciado décadas en averiguar cuál era el punto fuerte de nuestro fútbol: sus centrocampistas. De todo pelaje, dimensión, corte y perfil. Medios, medios, medios. Un país de centrocampistas: Xavi, Iniesta, Busquets, Xabi Alonso, los mundialistas. Silva, Cesc, Cazorla, Mata, Thiago... Futbolistas diferenciales todos ellos en sus clubs. Los del Barça, sin palabras; Xabi Alonso en el Madrid, bisagra del equipo; Silva, la revolución en Inglaterra, que acaba de descubrir, boquiabierta, lo que vale uno de estos artistas; Mata en el Chelsea, deslumbrante; Cazorla, vaciando de contenido al Villarreal; Javi Martínez, ancla bilbaína. Y los que vienen detrás, garantizando la continuidad...

Sé sobradamente que hay otros muchos grandes equipos memorables, pero estos dos poseen el hilo conductor de sus medios. Ni siquiera su destino ha resultado parejo: Brasil se despeñó, España subió a los altares. Ambos han sido obra de futbolistas nacidos con un don: jugar donde se fabrican los sueños. En el centro del universo fútbol.

lunes, octubre 24, 2011

Lord JIM, el hombre que no quiere molestar


Juan Ignacio Martínez (JIM) es un agente comercial de seguros que posee una nota singular en su currículo: ha sido entrenador en todas las categorías posibles del fútbol español, desde benjamines hasta Primera División, y tanto en hombres como en mujeres. No pasará a la historia como un entrenador revolucionario, llámese Cruyff o Sacchi, pero nadie le quitará esa trayectoria que ahora le ha llevado, aunque sea consciente que es algo pasajero, al liderazgo de la Liga española. El objetivo de JIM como entrenador se resume en dos palabras: “No molestar”.

Gracias a los compañeros de Canal Plus, que me invitaron a la tertulia de @LALIGAADEBATE  conocí al técnico del Levante. Conocerle equivale a comprender porqué este equipo modesto, de presupuesto escaso y ambiciones centradas en la supervivencia, ha sido capaz de protagonizar este poderoso arranque liguero que, por efímero que sea, ya constituye un hecho significativo: en la Premier inglesa, el líder es el equipo más rico (Manchester City); en la Liga española, ese liderato corresponde al equipo con menos recursos (Levante).

Tres horas con JIM arrojan una conclusión: sus virtudes como gestor de un grupo se centran en facilitar la vida de dicho grupo. Permitir que sus jugadores se expandan y liberen lo mejor de sí mismos. Más que entrenador, Juan Ignacio se ve a sí mismo como un mayordomo de sus jugadores: “Lo primero que hice al entrar en el vestuario del Levante fue decirles que yo venía a aprender, a ponerme a sus órdenes, a no molestar”, nos cuenta tras el programa, mientras abre su ordenador portátil y muestra cuanto contiene: charlas técnicas que ha dado; vídeos específicos de los rivales; y también pequeñas piezas humorísticas que intercala para que sus jugadores se rían. JIM siente que esa plantilla ya ha vivido mucho y posee la madurez suficiente como para no atosigarla con largas exposiciones tácticas sobre el equipo contrario. Por esa razón, él mismo compacta imágenes muy específicas de enfrentamientos anteriores y los adereza con “bloopers”, pequeños vídeos de humor con caídas o escenas graciosas. Dice conseguir con ello que sus hombres mantengan la concentración.

En compañía de @JCarlosCrespo vemos el vídeo en el que analiza al Real Madrid. No hay nada que no imaginemos, salvo un detalle: todas son jugadas referidas al Levante-Madrid de la temporada pasada y todas esas acciones son positivas de su equipo. Un buen ataque, la recuperación de un balón, momentos de agobio para el Madrid. En cada una de esas escenas, un mensaje gráfico refuerza a sus jugadores, recordándoles los aciertos que tuvieron en el encuentro de hace un año. Interesante, pero nada extraordinario. JIM es un hombre de la calle, normal y corriente, que no conoce a Guardiola y apenas ha saludado, afable y brevemente, a Mourinho. Sólo quiere hacer bien su trabajo, como cuando entrenaba alevines. El vídeo del que más orgulloso se siente es un partido de los benjamines del Torrevieja. Ahí aparece Manolito: “Manolito era un fenómeno. Mira qué pierna izquierda y cómo se asociaban todos”.

El vídeo, la verdad, muestra un equipo que arrasa al contrario. Es el Torrevieja de JIM, con el zurdito Manolito al frente. Juego a un toque, asociaciones por dentro, paredes constantes. Una delicia. Los padres estropearon aquél equipo. Quisieron que Manolito y sus compañeros fuesen estrellas del fútbol y les mandaron a conjuntos de más relumbrón. Ficharon por mejores clubes, pero no tuvieron a un maestro como JIM para seguir enseñándoles los sencillos secretos de este deporte. Manolito está hoy en Tercera. El resto, desapareció. Para JIM, aquél Torrevieja alevín continúa siendo su paradigma.

Ahora intenta que el Levante juegue igual. Organización defensiva impecable, pasillos siempre cerrados y ningún defensa perdiendo la posición buscando robar un balón en inferioridad. A partir de esa seguridad atrás, control y pase en el centro, rapidez arriba. En tres meses se ha ganado a sus hombres, legionarios de mil batallas, llegados a Valencia en aluvión, procedentes de mil destinos, desahuciados de otros clubes, pero que todos juntos se sienten invencibles. El grupo por encima del individuo. Las emociones colectivas como motor del éxito. JIM se reafirma en su futuro inmediato, pues pretende seguir dirigiéndolo sin variar su lema inmutable: “No molestar”.

Los All Blacks evitan el Maracanazo

En Nueva Zelanda, el rugby no es una religión, sino algo mucho más sagrado. Es el aire que da vida a las islas negras. Aire de barrida neozelandesa en la final del Mundial a una Francia que parecía (y era) menor. Pronósticos de aplastamiento. Habíamos imaginado una marabunta devorando el cuerpo de un gallo exhausto. Miles de hormigas negras arrancando pedacitos de carne del pollo reventado. Una marea negra engullendo el malecón francés. El torneo presagiaba semejante destino. Nueva Zelanda se había mostrado invencible: jugaba a la mano, rompía en profundidad, percutía con lanzas de titanio. Francia era una veleta en manos de un técnico obsoleto. Hace años que el rugby francés dejó escapar las burbujas del champán y de sus maravillosos tres cuartos de los años 80 solo quedan recuerdos en color sepia. Apenas un respingo de grandeza en cuartos frente a Inglaterra. Superó a Gales en semifinales sin saber cómo. Llegó a la final como víctima en el altar propiciatorio de Auckland.


Pero ni marabunta, ni marea, ni tsunami. Mordiscos franceses a los tobillos negros para marcar territorio y sembrar el virus de la desconfianza. Hasta el minuto 4, ninguna mano black rozó siquiera el oval. Francia se quedaba el balón y el favorito jugaba desnudo. Y con el pie torcido: su medio de melé, Piri Weepu, siguió con la racha de fiascos que le llevó a fallar cinco de ocho golpes en semifinales. Ya en el momento supremo, cero de tres. Final aciaga para Weepu, que tras fallar con el pie lo hizo con la mano y, más tarde, con el espíritu, ausente, desconocido.

Peor fue lo ocurrido unos metros atrás. La maldición de los aperturas. En rugby, el medio de apertura es como Xavi en el Barça: el creativo. Nueva Zelanda fue perdiendo a sus creativos uno tras otro. Al segundo partido, a Dan Carter, el mejor 10 del mundo. Al quinto partido, a Colin Slade, suplente de lujo. Llamaron de emergencia a Aaron Cruden, 22 años, que debía andar en la playa practicando surf. Hace un año aún se recuperaba de un cáncer testicular. El novato debutó en cuartos de final y se consagró en semis contra Australia. Un cerebro con piernas. Pero a la media hora de la final, su rodilla derecha estalló en un placaje y el destino de Nueva Zelanda pasó a manos de Stephen Donald, el cuarto apertura, de vacaciones hasta la pasada semana, inédito en el torneo.

Y con estos mimbres, los blacks sobrevivieron. Un ensayo muy táctico de las primeras líneas a la salida de una touche (Woodcock) y un puntapié de Donald acumularon sus ocho puntos (5-0 al descanso), replicados por el ensayo bajo palos de Dusautoir, el jugador del partido, transformado por Trinh-Duc: 8-7, la final más escueta de la historia. Francia en las barbas blacks, dominando todo el segundo tiempo. Marea blanca en vez de negra, Nueva Zelanda boqueando, sin balón, aire ni ideas. Mentes agarrotadas por la tensión, ambiente de Maracanazo revoloteando Auckland, blacks en pánico durante una agonía inacabable. Solo una pequeña brizna de lucidez les permitió agarrarse a los restos del naufragio. Sufrir fue la medicina. Sufrir y frenar a los bisontes franceses, resucitados cual burbujas espumantes, recuerdos del champán, lanzados en pos de una Copa tres veces negada. All Blacks de rodillas, apelando a las últimas convicciones, a las heces del cáliz amargo que les tocaba apurar para salir ganadores de una batalla inesperada. Sobrevivir, resistir, agonizar, vencer… 

- Publicado en El Periódico (24-X-2011)

domingo, octubre 23, 2011

La tensión, la tensión...


1.- El Mundial de rugby tiene un favorito claro: Nueva Zelanda. El torneo lo confirma. El recorrido de los All Blacks es fenomenal. Pierde a su gran estrella, Dan Carter, pero gana a un joven prometedor: Aaron Cruden. Su historia es apasionante: hace un año se estaba recuperando de un cáncer testicular. Hace tres semanas estaba de vacaciones, surfeando, pero la lesión de Carter le hizo interrumpir el placer y regresar al tajo. Juega con una personalidad arrolladora, pero a la media hora de la final se rompe la rodilla.

2.- La maldición de los aperturas. Primero se rompió Dan Carter, probablemente el mejor 10 del mundo. A continuación, el segundo neozelandés, Colin Slade. Hubo que llamar de urgencia a Aaron Crude, que se ha roto en la final. Y tuvo que salir Stephen Donald, el cuarto apertura black, también de vacaciones hace 15 días. En la final de consolación, el australiano Quade Cooper se rompió los ligamentos cruzados. En la final, al imprescindible francés Morgan Parra le han partido la cara dos veces y ha tenido que jugarla Trinh-Duc. Maldición del 10. Final con suplentes.

3.- El pronóstico es rotundo: Nueva Zelanda destrozará a Francia. Las dudas me las plantea @AsFerminDLCalle el viernes por la mañana: “Me parece que Francia saldrá con el cuchillo en los dientes y puede haber Maracanazo”, me dice. Hasta ese instante yo no tenía dudas. El torneo black había sido tremendo: continuidad, profundidad, confianza. El torneo francés estaba siendo lamentable, en la línea de los últimos años: gaseosa barata en lugar de champagne. Sólo contra Inglaterra había mostrado su talento. Su semi frente a Gales fue lamentable. Así que el pronóstico era rotundo.

4.- La realidad ha sido como intuía Fermín. Francia mordiendo, NZ desconocida. Piri Weepu no ha interpretado bien ni siquiera la Haka (McCaw eligió la Kapa O Pango). Con los nervios atenazando manos, cerebro y pie, el medio melé black ha protagonizado una actuación desconocida. Pese a ello, un ensayo de libro ha abierto la vía: touche que lanza Mealamu a 5 metros, rebota y desvía Whitelock y aparece Woodcock con su cuerpo de tanque para ensayar con facilidad.

5.- A partir de ahí, festival de errores con el pie de Weepu y gran superioridad black. Parecía que sí, que llegaba el tsunami. Alarma de tsunami. Pero se ha roto Cruden y NZ se ha diluido. Es cierto que Stephen Donald, el suplente del suplente del suplente, ha pasado un golpe y sumado el octavo punto, pero ahí ha terminado Nueva Zelanda. El resto ha sido de Francia.

6.- No sólo ha ensayado Dusautoir, transformado por Trinh-Duc en el 8-7 definitivo, sino que los franceses han creído en ellos mismos por segunda vez en el torneo. Quizás demasiado tarde como para borrar tanta tristeza en el juego. Pero honorable reacción, llena de coraje, percutiendo para continuar por atrás, retazos de aquel rugby-champagne que enamoró al mundo hace décadas.

7.- Durante larguísimos minutos, los All Blacks han estado KO. Literalmente. Equipo noqueado, absorto en la negatividad. La tensión, el miedo, la sensación de que habría Aucklanazo, que la historia les apartaría de los honores. La tensión del deportista, esa cortina pesada que nubla la vista y espasma los músculos. Nueva Zelanda era un guiñapo por la tensión.

8.- Weepu fuera. El 9 black ha vivido una pesadilla y Andy Ellis le ha sustituido para evitar que la final se escapara. Medios suplentes en los locales: sin glamour, pero con la lucidez necesaria para sobrevivir. Francia jugando a la mano, combinando con acierto, apuntando al triunfo. NZ encomendándose al oficio de dormir el partido. Lucidez, la virtud de encender una pequeña lucecita en medio de la oscuridad.

9.- Y así ha muerto la final, la de resultado más breve de la historia (8-7), la segunda vez en 20 años que Nueva Zelanda no llega a los 10 puntos en un partido (6-3 contra Australia el 24 de agosto de 1991). Entre la lucecita neozelandesa y la furia francesa. Mucho mejor Francia en la final, mucho mejor NZ en el torneo. Francia recibe la misma medicina que le propinó a Gales en las semis.

10.- La historia cierra un círculo pendiente. All Blacks ganaron en este mismo Eden Park en 1987 frente al mismo rival (29-9). Saldan una deuda con el oval. Francia pierde su tercera final (1987, 1999, 2011). El rugby le debe una.

11.- Rugby es respetar al rival, acatar al árbitro, luchar sin tregua, sonreir en la derrota, honrar al derrotado, ser honesto. El rugby es la vida. Larga vida al rugby.

y 12.- Próximo Mundial > 2015, Inglaterra, el rugby vuelve a casa.

Tercio de Varas

1.- Los mejores reflejos de España. Un portero de balonmano, con escudos en vez de guantes. Actuación prodigiosa de Javi Varas, que recuerda aquella otra de Palop en Copa. 21 disparos a su alrededor, algunos cañonazos a bocajarro que parecían imparables. Portero que lleva meses construyendo su leyenda y ha erigido su estatua en el Camp Nou.

2.- Varas ha crecido a la sombra de Palop y diríamos que estaba destinado a la oscuridad. Asomó la cabeza hace dos temporadas y en la pasada jugó media Liga. Ahora es titularísimo e irrefutable. Desconozco si la llegada del magnífico Javi García como nuevo entrenador de porteros, procedente del Espanyol, ha influido en esta eclosión volcánica, pero lo parece.

3.- El juego de cerrar pasillos. Coberturas excepcionales en el primer tiempo sevillista. Por fuera, el interior se suma al lateral. Por dentro, el interior se junta con el central. Acordeón defensivo, sometido al vaivén atacante del Barça, gran especialista en la materia. Messi, Alves, Iniesta, Adriano y demás saben arrastrar hacia un pasillo y reorientarse hacia el otro en cuanto encuentran cerrado el primero.

4.- El acordeón exige mucha paciencia. El Barça la ha tenido; ha ensayado su partitura cien veces, pero no ha conseguido derribar la puerta. Ha estado cerca en varias ocasiones: por fuera, por dentro, en diagonal, por arriba y casi siempre por abajo. Cada equipo ha presentado su plan más coherente en función de las armas que posee. Ambos han hecho bien su trabajo.

5.- Cerrando puertas, Medel, Campaña y Armenteros han resultado esenciales. Sus ayudas como segundos defensas han sido prodigiosas, cubriendo huecos, tapando espacios y basculando con energía inteligente, sin brusquedades ni cometer apenas faltas.

6.- Intentando abrirlas, Iniesta es un artista formidable. Mientras todo el equipo basculaba en busca de un hueco, Andrés parecía tener la llave del baúl. Por dentro o por fuera, ha protagonizado acciones excelentes. Digamos que ha entreabierto la puerta suficientes veces como para inclinar el partido de forma decisiva, pero ahí estaba Varas para pillarle los dedos al Barça con la puerta.

7.- Marcelino ha realizado un buen movimiento táctico y Guardiola dos, uno bueno y otro que le ha salido mal. El de Marcelino ha sido la entrada de Kanouté para descargar por arriba arrastrando a Abidal y dejando sitio para Navas y Rakitic. Podía haber funcionado porque Kanouté ha hecho muy bien su trabajo, pero Navas no ha acompañado con acierto y el Sevilla ha desaprovechado que el Barça ya jugaba con un único hombre atrás.

8.- A Guardiola le ha salido bien retrasar a Adriano al principio: de extremo derecho a lateral zurdo. Suena a movimiento defensivo, pero es al contrario: con cuatro atrás, sus laterales parten del centro del campo y viven casi de extremos. Retrasando al brasileño, los locales han atacado mejor.

9.- A Guardiola le ha salido mal quitar a Keita por Pedro y retrasar a Iniesta. Sobre el papel era lógico y sensato, pero en la práctica Pedro no ha podido hacer lo que estaba bordando Iniesta: romperle la espalda a Martín Cáceres. Por esa banda, como en los viejos tiempos, Andrés era un puñal que parecía a punto de sentenciar y Pedro ha sido un tapón. Guardiola buscaba una solución, pero ha generado un problema. Cuando los entrenadores dicen que el fútbol es así, debe ser por cosas como ésta: aplicas un remedio que parece idóneo y el remedio acaba siendo peor que la enfermedad.

10.- Es el sexto penalty que Messi ha fallado (o le han detenido) con el Barça (vía @2010MisterChip ). Es la sexta expulsión de Kanouté en los últimos 10 años.

y 11.- Sevilla consigue sus objetivos: acordeón defensivo, portero estratosférico, empate conseguido. Su partido ha sido calcado al del Milan en Champions, con idénticas coberturas de los medios a sus defensas. El Barça no logra lo que quería: empezar por fuera para definir por dentro. Le ha ocurrido como aquella noche frente al Milan aunque sólo se ha visto apretado en una ocasión. Está construido para jugar así y así seguirá hasta el último aliento.

- Barça-Sevilla (Liga, 9ª jornada). 22-Octubre-2011. Camp Nou. 0-0

sábado, octubre 22, 2011

La marea negra

1.- Desde lo físico, desde lo táctico y desde lo emocional. Partido perfecto del Real Madrid ante un rival que promete, pero no cuaja (mantequilla en la defensa). Exquisitez futbolística de un conjunto cada vez más engrasado y soberbio. Tsunami blanco. Marea negra.

2.- Ya no es una tendencia: el 4-2-4 está establecido a fuego. Seis hombres detrás del balón y 4 descolgados arriba. Pequeña fragilidad cuando el rival llega en velocidad, pero a cambio fortaleza máxima en la transición defensa-ataque.

3.- El Madrid maneja 3 tipos distintos de salida de balón: 1) La principal es la “lavolpiana”: salida de 3, con Xabi Alonso entre los centrales; 2) La alternativa por izquierda, con Marcelo como intérprete; y 3) La “por si acaso”, horizontal hacia Arbeloa, pausada y sin prisa.

4.- Salida “lavolpiana” > Xabi se incrusta entre centrales y ordena el juego. En corto o en largo. Filtra para los interiores (Kaká y Di María) o para que Higuaín baje y descargue o para Khedira, la “muleta” en la que se apoya el donostiarra. En largo, ya sabemos: Alonso, el Quarterback. Si le frenan a él, Pepe se ocupa de la diagonal larga.

5.- Salida por izquierda > Marcelo es un puñal en fase ofensiva. Posiblemente, el lateral zurdo más profundo del planeta. Agujeros defensivos al margen, sabe salir en conducción, asociarse entre líneas, penetrar hasta el fondo o irse hacia dentro. En cuanto la salida original queda tapada, Xabi y Marcelo activan la alternativa y el balón fluye.

6.- Salida “por si acaso” > Si las dos anteriores resultan inviables, Arbeloa es la solución. Manejo en corto y desplazamiento hacia derechas. Arbeloa no es Marcelo: ni atacando, ni defendiendo. Es rigor atrás y sobriedad delante. Pero sabe profundizar y desdoblarse y con eso basta para poner el balón en tres cuartos.

7.- La defensa del Madrid es espléndida. Esta defensa, no otra. Muy adelantada, con dos centrales rapidísimos, laterales abiertos y cada cual donde mejor rinde: Ramos de central, Arbeloa en banda derecha. El interrogante consiste en saber si Mourinho les colocará de modo tan espléndido en partidos de mayor trascendencia.

8.- Con 6 por detrás del cuero y 4 arriba, el equipo se parte en ocasiones, pero Mourinho les ha trabajado muy bien y consigue un rendimiento excepcional. Los cuatro de arriba se mueven de maravilla: no presionan de modo rabioso, sino ocupando los espacios, con inteligencia. Esa ocupación espacial permite que los cuartos traseros se adelanten con solvencia y, por momentos, sólo quede atrás un triángulo formidable: Alonso, Pepe y Ramos. El 4-2-4 pasa a 3-3-1-3.

9.- La ocupación espacial es formidable. No le hace falta “morder” para robar balones. Le basta con moverse en los espacios de relevancia: estar donde hace falta. Estar para robar; ocupar para construir.

10.- Goles de lujo. La asistencia maravillosa de Di María en el primero y la resistencia de Higuaín por no caer en fuera de juego; el centro milimétrico de Di María en el segundo; el engaño de Kaká en el tercero, “aclarando” el espacio para Cristiano; el taconazo “cruyffiano” de CR en el cuarto, estrepitoso en su patada de kárate… Goles de orfebrería.

11.- Me parece superfluo el debate Benzema-Higuaín. Idóneos ambos. Pueden jugar juntos o por separado. El entrenador les utiliza en función del estilo del rival u otras variables. Me parece de más enjundia el Özil-Kaká. El alemán ha disminuido su presencia por el intento de recuperar al brasileño, todavía un guadiana en el campo. Personalmente, me quedo con Özil.

y 12.- Segundo tiempo sin lecciones. Paso adelante del Málaga, que recupera el balón y ahí es otro, pero con ese 0-4 al descanso, conclusiones nulas aunque ha fabricado ocasiones a porrillo. En modo ahorro de energía, el Madrid se ha vulgarizado, pero ahí estaba Casillas, como siempre.

- Málaga-Real Madrid. (Liga, 9ª jornada). 22-Octubre-2011. La Rosaleda. 0-4 (Higuaín, Cristiano, Cristiano, Cristiano)

El Sur y el Norte


En 1987, el Sur no existía. Mejor dicho: no sabíamos que existía. Sólo conocíamos el V Naciones. Nuestro mundo oval era, en realidad, medio oval. Mundo del Norte. Los sureños ya jugaban y vencían, pero en aquel mundo off-line, la desconexión resultaba inevitable. Había que rebuscar mucho en publicaciones especializadas para averiguar que Kirkpatrick, Lochore, Sid Going y Laidlaw habían vencido a Francia por 9-3 en Wellington una tarde de julio de 1968, poco antes de que Fosbury revolucionara el salto de altura para siempre. O para echarse las manos a la cabeza en verano de 1979, cuando Didier Codorniou conseguía el cuarto ensayo francés en el mismo Eden Park de Auckland donde este domingo se disputará la final del Mundial de rubgy. ¡Cuatro ensayos de Francia! ¡Qué tiempos del rugby champagne! 19-24 para los franceses, derrota impactante de los All Blacks, portada inmensa de L’Equipe, que tardó dos días en llegar a España. Noticia que no ocupó espacios en nuestro país, como no podía ser de otro modo: aquí no existía ni el Sur ni el Norte.

Rugby de otros tiempos. La Internacional Board era un nido de recalcitrantes victorianos. Aquel rugby de los 80 era amateur, odiaba la publicidad y rechazaba cualquier tipo de remuneración. Sancionaron al zaguero galés JPR Williams con 20.000 libras por publicar su autobiografía. Pese al puritanismo económico, la IRB decidió organizar un Mundial y eligió el Sur. Australia y Nueva Zelanda lo albergarían en 1987. Por entonces, yo había tenido la fortuna de tomar el relevo de Celso Vázquez como narrador del V Naciones en Televisión Española y faltaban pocos meses para que abandonara aquella casa en busca de otros horizontes, pasándole el relevo a Ramón Trecet. Dos leyendas del rugby y, entre medias, mi ligero paréntesis. Pero la ligereza nunca estuvo exenta de emoción. El debut de Sir Christopher Robert Andrew en Twickenham, con un drop milagroso para batir a Gales en el último segundo… La efervescencia francesa, champagne en estado puro, Serge Blanco, el hombre de los quiebros imposibles y su legión de tres cuartos: Philippe Sella, el gentleman Didier Charvet, un centro que parecía jugar con bombín, Didier Codoniou, un ángel de pies ligeros, y esos tres cuartos inolvidables: Bonneval, Pardo, Mesny, Chadebech, Belascain, Estève, Lagisquet, Camberabero… oh la la… El Land of my Fathers en el Arms Park de Cardiff, posiblemente el ritual hímnico más escalofriante de los siglos… El hielo que cubría Murrayfield… El tren de vapor que cruzaba Lansdowne Road, irlandeses unidos bajo el mismo trébol…

Preparamos un documental digno de la BBC. Hacíamos un programa memorable titulado Estadio-2 y conseguimos reunir a varios de los mejores jugadores de la historia. Al irlandés Bill McBride, protagonista de un ensayo legendario: capitán del trébol, se retiraba frente a Francia, tras 63 internacionalidades, en un partido que podía significar el Grand Slam para los galos. McBride no había logrado jamás un solo ensayo y fue a lograrlo en el último segundo del último partido de su vida, justicia poética. Conseguimos también a Jean-Pierre Rives. “Casque d’Or”, el majestuoso tercera línea francés, líder del “flair”, rupturista contracultural. Y, guinda definitiva, a Gareth Edwards. Palabras mayores. Posiblemente, el mejor jugador de rugby de la historia. Pelé, Di Stéfano, Maradona y Cruyff reunidos en el enjuto cuerpo de un medio de melé galés. 



Gareth Edwards, el cerebro más privilegiado del universo oval, rugbyman perfecto, bisagra de un Gales estratosférico en el que brillaban nombres de leyenda: Phil Bennett, que sustituye al gran Barry John; JPR Williams, Mervyn Davies, Scott Quinnell, JJ Williams, John Bevan… Un equipo inimitable que conquistaba el Grand Slam como quien se tomaba una cerveza. Hombre culto, elegante, educado, amable, Gareth Edwards rememoró para nosotros el legendario ensayo que consiguió el 27 de enero de 1973 en el Arms Park de Cardiff. Está considerado como “El Ensayo”, algo así como el gol de Maradona. Se enfrentaban los Barbarians, una especie de selección británica, contra Nueva Zelanda y durante 25 segundos la magia inundó el césped. Los All Blacks tenían acorralados a los Barbarians, pero Phil Bennett se zafó de un placaje, empezaron las combinaciones de esos hombres de patillas elefantiásicas, mezclaron y rompieron líneas negras y, por fin, como un relámpago, surgió Gareth Edwards, barrilete cósmico, en la jugada de todos los tiempos, para plantar un ensayo inolvidable. Gareth Edwards, mito absoluto.

Vídeo de "El Ensayo" >

 

Vivíamos en el Norte y del Sur apenas sabíamos nada, salvo que entonaban una danza guerrera antes de los partidos: la haka. La Haka Ka Mate, que sonaba ingenua en ocasiones, amenazante en otras, estimulante siempre. Recuerdo a mi hijo pequeño llorando cuando vio por primera vez aquella danza tribal maorí. Fue el 8 de noviembre de 1986, meses antes del Mundial, en una gira de los All Blacks por Francia. Transmitimos el partido desde Toulouse (7-19 para NZ) y a mi regreso, mi mujer me mostró la foto de Martí Jr. asustado ante el televisor por la Haka. El niño vestía la camiseta de Inglaterra, con la rosa en el pecho, porque le llamábamos Chilcott debido a sus mofletes rollizos que nos recordaba a Gary Chilcott, el pilier inglés. 


Veinticinco años después, veo a Martí Jr. sobre el escenario cantando (@somosmucho ) a los hijos del mal y creo ver en él a Piri Weepu, barba despeinada, cuello fornido, el medio de melé all black que dirige la nueva haka Kapa O Pango, más agresiva que la anterior. Veintinco años, qué cambio...   


Veinticuatro años más tarde, sabemos que el Sur existe y todo apunta a que hará morder el polvo al Norte. La Nueva Zelanda de Piri Weepu, Israel Dagg, Ma’a Nonu, Aaron Crude y Richie McCaw es el movimiento continuo. Quizás no es el rugby perfecto de otros tiempos: no posee la dulzura artística del Gales imparable de Gareth Edwards y sus colegas de largas patillas, pero tiene la virtud de la continuidad. Nueva Zelanda busca que el péndulo no se detenga, que el balón circule, rehuye las fijaciones largas, defiende con muy pocos y pretende ahogar al rival con una capacidad láctica descomunal. Aaron Crude (22 años), que hace un año se recuperaba de un cáncer de testículo y hace tres semanas surfeaba de vacaciones, llamado de urgencia al Mundial, es hoy el símbolo de unos All Backs desmelenados, valientes y ardientes. En cambio, Francia renunció al champagne hace tanto tiempo que ni recordamos la fecha del adiós. Hoy es un simple refresco carbonatado. Una broma de mal gusto para la historia de aquel rugby que burbujeaba y sembraba de escalofríos las gradas. Rugby a la mano, valiente y a pecho descubierto, del zaguero a sus centros y de ellos a los alas, Francia no jugaba: volaba. Hoy interpreta un rugby esclerotizado en el que el zaguero Médard, con sus patillas vintage que rememoran a los galeses, es el contrapunto a la fuerza bruta. Identidad sacrificada en aras de la eficacia, signo de los tiempos.

Aquella final del 87 no tuvo demasiada historia. El Sur era, simplemente, más potente que el Norte. Francia presentó a sus mosqueteros de las líneas de atrás (Blanco, Camberabero, Sella, Charvet, Lagisquet…), pero fueron masacrados por los neozelandeses en el mismo estadio que este domingo verá la final de 2011, el Eden Park de Auckland. Los delanteros blacks astillaron a sus homólogos: Pierce, los dos Whetton, Michael Jones. Los dos medios, David Kirk y Grant Fox, usaron el bisturí y descuartizaron a Francia. Atrás, un tal John Kirwan, tallo largo rubio y poderoso, 1,92 m por 92 kilos, semilla del futuro Jonah Lomu, sembró el pánico y su leyenda como uno de los mejores alas de la historia. 29-9 para Nueva Zelanda, soberbio revolcón para el champagne, que ya no volvió a burbujear. Final que se gestó a partir de las emociones: Nueva Zelanda temía un ensayo francés de 100 metros, de esos de leyenda. Temía a los jinetes ligeros. Francia olvidó que su victoria del 86 en Toulouse se fraguó en el cuerpo a cuerpo.

Ahora, todos los pronósticos dan favorita a Nueva Zelanda en esta repetición del 87. Por trayectoria, potencial y resultados. Y por esa hercúlea marea negra que pulverizó a los australianos en semifinales, engullidos por un torbellino de talento y potencia. La Francia más oscura y gris de la historia basará sus opciones en los grandes delanteros que pueblan sus tres primeras líneas. Los All Blacks sólo tienen una duda: ¿Qué Haka interpretar? Aún no está decidido si será la Ka Mate tradicional o la Kapa O Pango reciente. En el autobús hacia el estadio, el capitán Richie McCaw tomará la decisión y enviará un sms a sus compañeros. Como si fuera un guiño de la historia, las burbujas han cambiado de hemisferio y hoy son negras.

Que el rugby os acompañe.



XV NUEVA ZELANDA: Woodcock, Mealamu, Franks; Thorn, Whitelock; Kaino, McCaw, Read – Weepu, Cruden – Kahui, Nonu, Smith, Jane – Dagg

XV FRANCIA: Poux, Servat, Mas; Pape, Ballet; Dusautoir, Bonnaire, Harinordoquoy – Yachvili, Parra – Palisson, Mermoz, Rougerie, Clerc – Médard

TV: Canal + Deporte (nº 9 Digital Plus) a partir de las 9,30 horas (domingo, 23-Octubre-2011)