martes, noviembre 30, 2010

Apoteosis de una idea

Una humillación combinada con una pesadilla, mezclada con un baño completo y un baile perpetuo. Esa podría ser una definición de lo ocurrido anoche, pero sería una definición prosaica, probablemente grosera y demasiado simplista. Prefiero pensar que hemos visto un momento mágico, el de un colectivo sublimando el fútbol, ejecutando una sinfonía portentosa. Ha sido un partido asombroso e histórico, pero no por lo que estaba en juego, ni por la tensión competitiva con que se llegaba, ni por la formidable fortaleza del Madrid, que ahora parece capitidisminuida, ni siquiera por el apabullante resultado final.

Ha sido excepcional y grandioso. Y singular y majestuoso, y descomunal e incluso superlativo porque ha sido un partido que supone la culminación de una idea, de un modo de practicar este deporte. Un estilo distinto, difícilmente imitable, basado en unas premisas nada frecuentes, un estilo casi contracultural y a contracorriente de lo acostumbrado: que defiende atacando y convierte al balón en el eje sobre el que gira todo su mundo. Desde la simiente labrada por Cruyff y Rexach, abonada por Van Gaal y cosechada por Rijkaard, el mago Guardiola ha levantado un monumento al arte, una pieza de orfebrería local, fabricada con gente propia, surgida de los hornos de la cantera, escrutados en campos modestos cuando apenas eran infantes, formados en largas tardes por maestros sigilosos, cultivados en el silencio como ocurre con el buen vino. Nueve de ellos formaron anoche en este acontecimiento planetario que ha resquebrajado muchas certezas precoces. Nueve de ellos, casi un equipo completo, certificando las bondades de esa idea de juego tantas veces cuestionada.

El Madrid ha caído con estrépito, pero sería erróneo enterrarlo precipitadamente, pues ha sido siempre un gran competidor y volverá a serlo pese al batacazo morrocotudo del Camp Nou, a mi entender más hiriente que el 2-6 del Santiago Bernabéu, ya no por los goles, ni la superioridad aplastante, ni tampoco por la sensación de quiebra anímica, sino especialmente por el abismo que le separa de la idea futbolística con la que el Pep Team está regando sus exhibiciones. Hoy es un día grande para el Barça por la apoteosis de esa idea prodigiosa.

lunes, noviembre 29, 2010

Dos mundos dentro de un rectángulo

Sabemos desde tiempo inmemorial de las dificultades de los ricos (¿o era la facilidad de los camellos?) para atravesar el ojo de una aguja. Pero ¿caben dos gigantes en el ojo de esa aguja? ¿Hay sitio para dos monstruos en la cima del mundo? Esto es lo que se debate este lunes: jerarquía, liderazgo, un sitio en la cumbre. El fútbol no acostumbra a permitir las bicefalias y siempre acaba eligiendo un único dominador.

Miremos donde miremos se repite idéntica ecuación: si sube el Barça, baja el Madrid; si crece el Inter, mengua el Milan; si resucita el Liverpool, pincha el Manchester y mil ejemplos más. Parece como si el fútbol tuviese el capricho de permitir una presencia exclusiva en las cimas heladas del éxito y las últimas décadas nos recuerdan que aquí ha ocurrido también: dominó el Dream Team, mandó la Quinta del Buitre, venció el Barça de Van Gaal, le sucedió el Madrid Galáctico y llegó el círculo virtuoso iniciado por Rijkaard, interrumpido dos años por dejadez propia más que méritos ajenos, y sublimado por el Pep Team. A cada dominador del ciclo le ha correspondido un rival hundido y desorientado.

Llegan ahora Barça y Madrid es su mejor momento. Estado pletórico de forma, plantilla completa, dominio abusivo del campeonato, autoestima al máximo, certezas confirmadas, automatismos engrasados… No hay merma en ninguno de los bandos, ninguna excusa a la que acogerse, ningún factor que les disminuya. Llegan ambos como habían soñado hacerlo y no se vislumbra nada que pronostique el fin del ciclo barcelonista ni el predominio del madridista. ¿Podrán convivir ambas jerarquías? No me refiero solo a ganar títulos, que son muy importantes, por supuesto, sino a jerarquía auténtica, a dominio aplastante y evangelización de un modelo y estilo de juego. El Barça de Guardiola ya tiene todo esto (títulos, gloria, honores, aura y altares) y el Madrid de Mourinho pretende algo similar y posee armas para conseguirlo.

¿Será posible una bicefalia, un duopolio en el fútbol europeo? No se percibe la menor flojera en el vestuario de Pep, ninguna sensación de estar saciado. Al contrario, el formidable rival le estimula como nadie hizo antes, exigiéndole lo mejor de sí mismo. Esta generación de megacampeones asume semejante desafío hercúleo no con la vocación de permanecer en la cima, sino con la de construir nuevas cumbres más altas. Tampoco se adivinan incertidumbres en el vestuario madridista, administrado con mano de hierro y teatro del bueno, lanzado al galope tendido hacia sus años de gloria.
Ya se oye el ruido de la hierba creciendo, como le gusta decir a Juan Villoro, temerosa de los bisontes que se partirán el espinazo en este duelo inmortal. El choque resultará formidable, más allá que el partido pueda defraudar. Las grandes expectativas siempre son decepcionantes en el deporte y entra en lo posible que este acabe siendo solo un pobre partido entre dos equipos ricos. Pero sus consecuencias serán relevantes. Barça y Madrid se enfrentarán más veces esta temporada, en el Bernabéu, desde luego, y quizá en Copa y Champions, y también a distancia cada semana, mirándose por el rabillo del ojo, midiendo y replicando, y de semejante fragor surgirá una jerarquía, un liderazgo, un dominador. Coe u Ovett. Phelps o Thorpe. El mar o el rompeolas. El Sol o la Luna. Mozart o Beethoven. Roma o Cartago. Dos mundos persiguiendo la eternidad sobre un rectángulo verde.

domingo, noviembre 28, 2010

Elegidos para una incierta gloria

Todo el mundo verá el Barça-Madrid. ¿Todo el mundo? No, los dos últimos presidentes del Gobierno español no podrán verlo: sendos viajes han unido el destino de Zapatero y Aznar, que sólo sabrán del duelo a través del teléfono móvil. Ausencias de peso de dos grandes forofos: Zapatero ya ha pronosticado un 4-2 para el Barça. De Aznar sabemos por amigos íntimos que espera un revolcón del Madrid. Ausencias relevantes. Otra ausencia de peso es la del ex presidente Laporta a quien no vemos, porque la ley electoral lo impide, en esas fotografías hechas ayer en ese Camp Nou que fue suyo. Rey destronado sin acceso a palco. Curioso que los líderes principales que pelean hoy por el trono de la Generalitat se retraten en el estadio blaugrana, muestra de ese contrapeso que representa el Barça en la sociedad catalana.

Los pronósticos están claros. Zapatero dice que ganará el Barça (4-2); Esperanza Aguirre que lo hará el Madrid (1-2); y Rajoy se abstiene (2-2) como hace casi siempre en casi todo. He hablado con Esperanza Aguirre para que me explicara en qué fundamenta su pronóstico: “Cuando he dicho 1-2 para el Madrid no sabía que Zapatero había pronosticado un 4-2. Pero como en todas las radios madrileñas estaban dando la vara con que nos conformamos con un empate, pues he dicho que 1-2. Porque ¿qué es eso de empatar? Tenemos que ganar”. Ya ven que la presidenta de la Comunidad de Madrid nunca está en la onda que marca Rajoy.

Otro que no tiene dudas es el presidente del Parlament de Catalunya, Ernest Benach, que me atiende durante el día de reflexión y da un resultado rápido: “Un 2-0 sin ninguna duda”. Sus argumentos los dedica a esos dos mundos tan contrapuestos que son Barça y Madrid: “El modelo del Barça es una historia forjada hace muchos años. De joven, yo me enfadaba porque había poca gente de la cantera en el primer equipo y fue así hasta que se encontró una línea a seguir. Una cantera necesita tiempo y paciencia para dar sus frutos y aquí están hoy los del Barça. El Madrid no hará algo parecido porque su modelo es el del esplendor y la ‘grandeur’. El de ejercer de capital del Estado y ser el centro de todo. El modelo Barça se genera a largo plazo; el del Madrid, que ha tenido y puede volver a tener grandes éxitos, es cortoplacista. Son modelos opuestos que si los permutáramos seguramente fracasarían fuera de su hábitat natural”.

PEP & MOU

Esos dos mundos contrapuestos se ejemplifican en Guardiola frente a Mourinho; en Messi ante Cristiano; en el toque frente al contragolpe; en la cantera frente al cheque. Barça y Madrid son dos mundos. Dos mundos contrapuestos en una infinidad de materias de las que hablo con ambos presidentes. Menos futbolera, Esperanza Aguirre afirma sentir “admiración por Guardiola. Es fantástico, me gusta. Pero me identifico al máximo con Mourinho porque Mourinho es políticamente incorrecto. O sea, como yo”. Más metido en el fútbol, Ernest Benach profundiza en el detalle: “Mourinho es un grandísimo entrenador. Grandísimo. Y además de entrenador también es un personaje que se ha construido él mismo. Sabe utilizar todo un mundo de recursos como casi nadie: la ironía, la mala baba, la exageración en las formas… No me gusta el personaje, pero le reconozco su valía indiscutible. No es un entrenador que se limite a entrenar, sino que busca ser y es protagonista. Un tipo listo, sin duda”.

De Guardiola se confiesa metafóricamente enamorado: “Con Pep soy poco objetivo: es inteligente, trabajador y culto. Cultura y fútbol han sido siempre un matrimonio complicado. Pep es un pozo de sabiduría y un gran gestor de emociones. Es un ejemplo a seguir, no sólo para el fútbol sino para el país”.

Les pregunto a ambos presidentes por la crisis de liderazgo que vive la política (en las encuestas prácticamente todos salen malparados a cualquier nivel que miremos) y si Guardiola y Mourinho, precisamente dos grandes líderes en el fútbol, deberían servir de referencia. Esperanza Aguirre, que acaba de comerse un pan con tomate en Lleida y recuerda desde el AVE entre risas sus referencias a las ‘collonades’ (“Hay muchas collonades en la política”), es muy rotunda: “Tenemos mucho que aprender de ambos. Muchísimo”. Benach se extiende más: “No hay duda de que el liderazgo político en general está cuestionado por la ciudadanía. No sólo el político, sino también el empresarial, social y el del sistema en general. Del liderazgo de Pep emanan grandes lecciones: su sistema de trabajo, su capacidad de análisis, la labor en equipo, sus silencios en las entrevistas y sus palabras en ruedas de prensa. Claro que no podemos extrapolarlo todo: mal iría un político si se negase a conceder entrevistas, por ejemplo. Pero me apunto al estilo de Pep, su rigor, el no dejar nada al azar. El futuro pasa por ahí. Y creo que la generación de Guardiola, la de la gente de 35-40 años, nos dará grandes alegrías en el ámbito político”.

MOZART & SALIERI

Dos modelos opuestos lanzados a todo tren uno contra el otro. Con el máximo respeto por el rival, porque hoy es muy pequeña la diferencia de rendimiento entre Barça y Madrid o entre Leo Messi y Cristiano Ronaldo, jugadores que llegan al mismo objetivo por caminos muy distintos: “Messi me gusta mucho –asegura Esperanza Aguirre-, pero Cristiano mucho más. Me encanta y, además, creo que todavía no le hemos visto en su máximo esplendor. Posiblemente, será este lunes cuando lo alcance”.

Esta vez no hay un David ni un Goliat, sino dos gigantes dispuestos a liarse a mamporros por la jerarquía. Si en el partido electoral de hoy las encuestas dan un favorito claro, un perdedor evidente, algún ascenso inédito y más de un descalabro, en el futbolístico de mañana las distancias se han reducido a la mínima expresión. El Madrid ya fue un rival formidable en sus dos últimas visitas al Camp Nou, pero ahora llega mucho más reforzado, rotundo, contundente y trabajado. Gladiadores de hierro mezclados con velocistas desbocados dirigidos todos ellos por un maestro de las artes escénicas. Un Madrid hercúleo, en suma. Jugando en casa, el Pep Team se vestirá con sus ropajes más sedosos y la ligereza etérea de las grandes citas. Equipo cuajado desde la frialdad emocional y un estilo indesmayable de juego: toco y paso, me muevo y combino, abro por fuera para acabar por dentro, vuelvo a tocar y mareo y adormezco al rival para aguijonearle en el instante inesperado. Todas las armas de Guardiola y Mourinho puestas sobre el rectángulo: violines contra tambores; arcos frente a jinetes; horizontales ante verticales; Wolfgang Amadeus Messi contra Cristiano Salieri…

Dos mundos tan distintos como distantes buscando dominar las olas del mar. Existen dos mundos y ambos caben perfectamente en este mundo.

- Publicado en Sport (28-XI-2010)

sábado, noviembre 27, 2010

El factor inteligencia emocional

Mourinho es un entrenador inteligente. No sólo un entrenador excelente o un tipo inteligente, sino también y sobre todo un entrenador inteligente. Luego están las formas, los aspavientos, el teatro y las zarandajas. Pero como táctico futbolístico es excepcional. Así que nadie espere inocencia, sorpresa o despiste en su planteamiento del lunes. Creo que tiene dos factores tácticos con los que maniobrar: de un lado, la banda izquierda donde pueden coincidir algunos de sus hombres más relevantes frente a algunos de los barcelonistas más decisivos. Estoy pensando en Marcelo, que pese a cierta endeblez defensiva es quien inicia el juego en corto del Madrid, y en la variante que ya ha experimentado en algún encuentro de reforzar esa banda izquierda aún a costa de montar un equipo extremadamente asimétrico. Con ello busca crear superioridad sobre el lateral derecho del rival y abrir un boquete que le resquebraje. Me extrañaría mucho que Mourinho no hubiese analizado esta posibilidad, pues las espaldas de Alves son las más etéreas del Barça como pudimos comprobar con sus alegrías ofensivas ante el Panathianikos, una frivolidad temeraria si enfrente está el Madrid más poderoso de la década. Un error en esa zona no perdona.

El segundo factor que maneja el técnico portugués es su excelente defensa posicional. Ya la demostró con el Inter. En puridad, Mourinho no es un entrenador defensivo, pero sí tremendamente organizado y ordenado. Sabe que contra un movimiento perpetuo (el “Perpetuum mobile”) del Barça en línea de tres cuartos, donde todos combinan con todos en un ballet interminable y la Teoría del Caos se hace jugador de fútbol, donde los colores blaugrana se entremezclan sin cesar buscando mover el balón a la velocidad de la luz, el único remedio fiable es mantener las posiciones sin desordenarse. ¿Lo conseguirá? Creo que ahí puede estar uno de los meollos del partido. Escuchamos sin cesar que la clave será el número de balones que el Barça pierda en esa zona de creación, sobre todo algún pase horizontal, y los contragolpes que a partir de ellos pueda generar el Madrid. Es cierto, pero para que se produzca esa pérdida de balón de los barcelonistas tiene que ocurrir algo importante: que los seis madridistas encargados de la organización defensiva mantengan su posición en el campo. Si la pierden aunque sólo sea medio metro o llegan media décima de segundo tarde, no sólo no podrán robar esos balones sino que se arriesgan a ser superados sin remisión.

Al Madrid le interesa un partido frenético, efervescente, eléctrico y febril. El Barça precisa controlar sus emociones, no dejarse llevar por la adrenalina y jugar con la cabeza fría. Vencerá quien imponga su mayor inteligencia emocional.

- Publicado en Sport (27-XI-2010)

martes, noviembre 23, 2010

Los 6.000 euros que costó Fontàs...

A finales de enero, el equipo tinerfeño del San Isidro recibió 300.000 euros procedentes del FC Barcelona en concepto de bonificación por la consolidación de Pedro en el primer equipo blaugrana. Esa cantidad se sumó a los 24.000 euros ya abonados en 2008 por un concepto similar después de que el jugador canario recalara en la cantera del Barça en 2004, a los 17 años.

El ascenso de Andreu Fontàs al Pep Team, todavía no concretado en forma de ficha estable, no le reportará ninguna bonificación al Banyoles, club en el que se originó este central zurdo. En realidad, el Banyoles cedió a Fontàs al Girona todavía en edad juvenil, donde jugó una temporada pero al debutar con el equipo de Tercera, el propio Girona adquirió los derechos del jugador. En su día, Barça y Girona firmaron un traspaso por 6.000 euros (rubricado por José Ramón Alexanko) y el Banyoles recibió la mitad del dinero más la participación del Girona en un partido amistoso.

Cuento estos detalles porque los 6.000 euros que costó Fontàs y los 324.000 con que se recompensó la labor formativa al club en que se forjó Pedro sirven para contabilizar el coste de fichajes del equipo que venció el sábado en Almería: concretamente 99.424.000 euros, repartidos prácticamente en cuatro futbolistas (Villa, Alves, Mascherano y Maxwell) más los flecos simbólicos que he explicado. Esta cifra total de casi cien millones podría parecer tramposa porque contabilizo a los jugadores canteranos a coste cero, pero como la inversión estructural en cantera no se considera (todavía) un activo tampoco es amortizable, luego contablemente es así.

Por tanto, siete de los titulares que golearon al Almería (podríamos añadir también a Bojan y Thiago) supusieron en su día coste cero para el club, a nivel contable, lo que da muestra del valor incuestionable de apostar por la formación y creación de futbolistas propios. Comparemos estos 99,4 millones del cómputo total del equipo con los prácticamente 70 en que estaba valorado Ibrahimovic el curso pasado y promediaremos rápido entre coste y eficacia.

El valor que le otorgo a todo esto no es sólo el obvio de que fomentar la producción propia es generadora de ahorro, energía emocional y éxito, sino también otro muy apreciable: después de meses de catastróficas noticias sobre la gestión financiera en el Barça (tan catastróficas como ciertas), quizás también sea bueno apuntar otra versión positiva en lo financiero. Es posible y cierto construir un equipo, y renovarlo gradualmente, con un coste mínimo en la inversión. Este modelo, que el aficionado ha tenido casi siempre en mente, pasa por ser el único viable en estos tiempos de cataclismos económicos: gente de casa más algunas grandes figuras mundiales. Ya no son épocas para el derroche.

lunes, noviembre 22, 2010

La retórica y la porra

“Menos mal que hay Champions y nadie hablará del Clásico hasta el jueves”, me advirtió ayer por la mañana un amigo ingenuo. ¡Cómo no hablar del Clásico si llevamos cinco meses haciéndolo! Desde que Mourinho firmó por el Madrid y se intuyó el fútbol de barricadas que se nos venía encima. El Clásico es esa premonición evangélica que advierte del fin del mundo, acontecimiento que se repite dos veces por año sin que ocurran mayores desgracias, algo así como el famoso “Efecto 2000” que el indescriptible Álvarez Cascos monitorizó con el éxito conocido: nos amenazó con el Apocalipsis informático y amanecimos con la resaca de siempre pero el chip intacto.

El Clásico contiene en su esencia dos productos imperecederos: la retórica y la porra. A su vez, la retórica se divide en dos tipos de estrategia elemental: el pavoneo y el ocultismo. La primera categoría es dominada por quienes alardean de su favoritismo innato: aunque le amordacen institucionalmente, siempre hay quien se salta las barreras establecidas y acaba proclamando que es el mejor y el más guapo y pronostica apalizar al rival. Ahora mismo hay algún pavo suelto por el corral. En la otra categoría se han ido refugiando quienes aseguran que más vale el silencio que el ruido, pero empieza a haber tantos en esa categoría de la ocultación de intenciones que apenas caben en el barco. No está escrito qué categoría es más útil aunque sí parece claro dónde se alinea cada uno de los protagonistas del partido que nos caerá encima dentro de siete días. Y no olvidemos que si no hay más protagonistas en uno y otro bando no es por falta de ganas, sino por presión fortísima de quienes mandan en el circo, o sea los dos entrenadores.

La porra es el otro gran producto nacional. Es como la Lotería de Navidad pero del Clásico. No sirve para nada más que llenar páginas de periódicos, minutos de radio y demás huecos sociales. De hecho, es un símbolo de nuestros tiempos vacuos, pues la porra lo mismo sirve para completar una pieza del Telediario en el Congreso de los Diputados que para llenar el silencio impenetrable de un ascensor lento. Nadie está exento de semejante epidemia: ¿quién ganará? ¿qué resultado prevés? ¿goles de quién? Fruslerías mayúsculas y vanas, pues la porra sólo es otro latido del corazón y no hay racionalidad alguna en ella. Lo peor es que siempre acierta alguien y entonces se las da de catedrático, salvo en el caso de mi frutero, un madridista acérrimo como corresponde a una frutería cercana a Valdebebas, que tras ser convocado tarde al concurso de la porra decidió apostar por un 2-6 favorable al Barça y ya saben lo que ocurrió aquella noche. Un buen dinerito a la buchaca de mi frutero, que desde entonces vende lotería a manos llenas en cuanto llega las navidades, cual émulo de la Bruixa d'Or.

Así que por más Champions que aparezca por medio nos espera una semana de retórica y porras a la que sólo podemos hacer frente reconfortándonos con las certidumbres que deja el fútbol: el Barça llega como se había planificado, puntual a su cita, en plena forma, con la gente enchufada, los automatismos pulidos y los almirantes al timón; el Madrid lo alcanza como pretendía su entrenador, con un once de gala bien engrasado, la caballería al galope y los puñales afilados. Si nadie cae herido durante la semana se reunirán 13 campeones del mundo sobre el césped del Camp Nou, probablemente un récord universal nunca antes visto, tres de los cuatro aspirantes al Balón de Oro y los dos futbolistas más resolutivos del momento. En ese instante, toda la retórica y el 'bla bla bla' quedará reducido a cenizas y las porras se evaporarán en una nube de realidad: hablará el fútbol y ganará quien posea las palabras más certeras.

El plaer

Vuit gols més tard, sembla que la cosa no estava tan malament com preveien tots els qui van pronosticar un cataclisme per la marxa de Touré, l’arribada de Sandro Rosell, el triomf al Mundial de seleccions, la tendinitis de Xavi, les angoixes de Villa i Bojan i el no fitxatge d’Ozil. Jo voldria fer una crida a fruir del que estem vivint. El Barça pot guanyar o perdre partits i títols; enfrontar el Clàsic contra el Madrid i sortir viu o mig coix. Tot això no ho sabem, però el que resulta indiscutit i indiscutible es que aquest equip acumula ja dues temporades i mitja desenvolupant un joc meravellós, probablement el més estètic i rendible que hem conegut mai i encara que hi hagi dies foscos i nits espesses, continua endavant amb la seva proposta de joc, sense dimitir mai d’un concepte que embadaleix el mon del futbol, que diferencia aquest equip respecte tants d’altres.

Aquesta diferència en l’estil de joc, en la proposta ofensiva, en la generositat del model és el que farà que el Pep Team estigui a tots els llibres d’història del futbol, més enllà dels títols que continuï guanyant. Jo us convido a fruir del joc: els resultats seguiran caient per si sols.

- Publicado en RAC-1 (22-XI-2010)


Ocho goles más tarde parece que las cosas no estaban tan mal como pronosticaron un cataclismo con la marcha de Touré, la llegada de Sandro Rosell, el triunfo en el Mundial de Sudáfrica, la tendinitis de Xavi, la ansiedad de Villa y Bojan y el fichaje no realizado de Özil. Me parece que deberíamos disfrutar lo que estamos viviendo. El Barça seguirá ganando o perdiendo partidos y títulos; enfrentará el Clásico contra el Madrid y saldrá vivo o renqueante, pero es indiscutible que este equipo acumula ya dos temporadas y media desarrollando un juego maravilloso, probablemente el más estético y rentable que hemos conocido nunca y aunque regresen días oscuros y noches espesas, seguirá adelante con su propuesta de juego, sin dimitir jamás de un concepto que entusiasma al mundo del fútbol y diferencia a este equipo de otros muchos.

Esta diferencia en el estilo de juego, en la propuesta ofensiva y en la generosidad del modelo hará que el Pep Team permanezca en los libros de historia del fútbol más allá de los títulos que continúe sumando. Os invito a disfrutar del juego; los resultados ya caerán por sí solos.

sábado, noviembre 20, 2010

Días de ruido y furia

La forma de acercarse a la alta competición es muy relevante. Uno puede hacerlo desde el silencio, la discreción, la humildad y la confianza muda o bien desde el exabrupto, el desafío, el pavoneo y la extroversión. Ambos caminos son productivos, legítimos y fundados. Empíricamente hemos comprobado que no hay uno mejor, sino sólo caminos distintos que garantizan ser coherente con uno mismo y nada más. Algo parecido podríamos decir sobre los prolegómenos logísticos de una competición: hay quien viaja el mismo día, no se concentra, llega justo de tiempo al estadio y también quien se enclaustra 48 horas antes y ejerce una vida monacal como preludio competitivo. Ambos métodos contienen virtudes interesantes pero ninguno es garantía de rendimiento superior.

Reflexiono al respecto porque en estos bulliciosos días de ruido y furia parece como si hubiera que decantarse por una forma idónea de acercarse al gran Clásico y que en Barcelona se tuviera claro que lo mejor es el silencio que predica Guardiola y en Madrid plantearan que el éxito reside en el griterío que levanta Mourinho por donde pisa. Creo que no hay un método mejor que el otro, sino más adaptado a las personalidades de un equipo. Calla el Barça, que no es poco en estos tiempos, porque su entrenador es así y lo prefiere. Pep ha leído a Goethe y sabe que se tiende a poner palabras allí donde faltan las ideas, con lo que decidió hace tiempo centrarse en las ideas futbolísticas, sin más. Conoce que el silencio es el elemento en el que se forman las cosas grandes y ha hecho bandera de ello, insuflando dicho espíritu a sus jugadores y convirtiendo el vestuario en una ‘secta’ de gente discreta y silenciosa, donde un simple ‘miau’ desentona.

Mourinho prefiere encomendarse a Churchill (“A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada”) para transitar brillantemente por el fútbol mundial. ¿Es peor ese método? Ciertamente, no. Si acaso, no gustará a quienes preferimos otros valores, pero ello no le resta efectividad. En realidad, ambos entrenadores aciertan en sus métodos. A un Madrid sostenido por la adrenalina y la efervescencia el método estrepitoso de Mourinho le va como anillo al dedo, aunque resquebraje muchas costuras de la institución, peaje que pagará el Madrid de Florentino por haber entregado su alma al portugués. Y a un Barça entregado casi religiosamente a un modelo de juego, el silencio franciscano de Guardiola es la mejor receta posible. Alguna vez que intentó cambiarlo y emplear el camino opuesto (en la semifinal de vuelta de Champions frente al Inter, por ejemplo) quedó comprobado que la adrenalina excesiva le sienta fatal. El Barça florece en el silencio; el Madrid, en el ruido.

martes, noviembre 16, 2010

Vencer y convencer

El ruido es la nueva unidad de medida del fútbol. Por eso cada día se grita más alto, con la esperanza de que elevando la voz se llegue más lejos. Esperanza vana, pues hay tanta hojarasca y tal frenesí que ya nadie se hace oír por encima de nadie, ni siquiera escribiendo a gritos. Dijo cierto día Juanma Lillo que la guarnición se había comido el solomillo y que cada vez importaba más el tramo de lunes a viernes y menos los propios partidos. Así es. Parece más trascendente lo que se dice y escribe de fútbol que el fútbol en sí. Como ya imaginan por qué y por quién digo todo esto, no abundaré.

Posiblemente, sea yo quien esté equivocado pero siempre he creído que en el deporte no se trata solamente de vencer, sino también de convencer. Por supuesto, si no vences no convences. Pero mucha gente vence y no convence, sea por los métodos que emplea, los atajos que recorre, el estilo que utiliza o por la forma con que acoge sus victorias.

Hay quien llama romanticismo a esta actitud. No creo que lo sea; si acaso, un cierto espíritu naïf que pretende preservar un modelo de hacer las cosas que nos enseñaron los verdaderos sabios que nos precedieron. De hecho, no debo ser el único que piensa de esta forma: en casi todas partes se explica que el deporte es una escuela para la vida porque compites, te esfuerzas, luchas sin bajar los brazos y aceptas con sobriedad los triunfos y con serenidad las derrotas.

Gente poco arraigada está levantando mucho ruido en nuestro fútbol y con tanto griterío quieren reclamar la razón. Pero no la tienen. El silencio parece no tener fuerza, pero es el caldo de cultivo imprescindible para que los futbolistas mejoren, los equipos se conjunten, los errores se corrijan y las promesas crezcan. El silencio puede ser, en realidad, un arma más ensordecedora que el ruido sin fundamento. El silencio es más poderoso que las palabras vacías, los gestos bravucones y las chulerías de vuelo bajo aunque a simple vista uno tenga la sensación contraria.

Quien quiere vencer y convencer no necesita lanzar aspavientos ni fuegos artificiales: le basta con trabajar y aplicar sus planes. En alguna ocasión tropezará, pero a medio plazo conseguirá sus objetivos. En cambio, quien alardea de todo es posible que termine desnudo: vencerá algunas veces, pero no convencerá jamás. Cada club, cada entrenador, cada grupo de jugadores y también cada afición y la prensa de esa ciudad deben elegir su modelo de actuación. Pueden optar por el griterío y la cháchara, el pavoneo y la conspiración perpetua; pero también pueden hacerlo por la discreción y el trabajo silencioso que caracteriza al deportista clásico. En ninguna parte está escrito que las victorias y el reconocimiento general se alcanzan a base de gritos.

lunes, noviembre 15, 2010

Un orden napoleónico

Del Madrid de Mourinho ya podemos afirmar que ha adquirido el orden de las tropas napoleónicas. Tras aquella semifinal del Inter en el Camp Nou, el portugués se ganó fama de entrenador defensivo, pero eso no es lo que caracteriza verdaderamente a sus equipos, sino el orden con que se estructuran. Sus legionarios transitan por los campos bien organizados, juntos los dos pivotes a los cuatro defensores para evitar que el rival filtre pases entre líneas.

Al compás de dicho orden, los cuatro de delante flotan a la espera de espacios abiertos y errores del contrario. Digamos que sus equipos poseen orden napoleónico detrás y mucho barullo delante y que la fórmula funciona bastante bien. Sobre todo frente a equipos alegres, abiertos y de líneas separadas. En esos casos, el orden genera aplastamiento. Sin embargo, contra equipos compactos y cohesionados, de los que no dejan aire entre sus líneas y encima muerden el tobillo ajeno (caso del rabioso Sporting de ayer), las tropas mourinhistas se colapsan sin remisión. Vencen, sí, pero se colapsan, ahogadas por la falta de espacio, la ausencia de oxígeno y el agobio que genera el enemigo.

Lo que más le duele al Madrid no es enfangarse en batallas ásperas, terreno donde posee grandes artistas. Lo que le duele es la falta de espacio en que desenvolver su velocidad electrizante. El Sporting no le dejó ni un metro para respirar, pero el Barça le regalará kilómetros para correr. Este es uno, como decía el poeta. El otro es el mito que se extiende sobre la invulnerabilidad de la defensa madridista. No es así: su defensa desde luego no es impenetrable; su doble pivote Xabi Alonso-Khedira, sí. Son los dos medios quienes centrifugan al rival y le enjaulan entre gruesos barrotes, quienes le maniatan e impiden que alcance con facilidad el área de Casillas.

Avisado queda el Barça: si quiere cortocircuitar a las tropas de Mourinho deberá presionar, juntar líneas y no regalar ni un centímetro a estos lanceros bengalís vestidos de blanco. Además de quebrar el espinazo del doble pivote: en ese caso tendrá un autopista hacia al cielo.

S’ha acabat l’acústic

El Barça venia fent concerts en acústic. No perquè faltés corrent elèctrica sinó per previsió. La música era la mateixa però no sonava igual: era un Barça unplugged. Ens van anunciar que a principis de novembre engegarien les guitarres elèctriques i endollarien els amplificadors i ha estat cert: això ja sona a tot volum.

Aquesta no es una qüestió petita, la de la puntualitat en les previsions. Es pot jugar bé al futbol o molt bé i es pot jugar molt bé durant un cert temps. Però jugar molt bé justament quan toca fer-ho, quan s’ha dit que es faria, quan s’ha planificat i assenyalat amb tinta vermella, és un mèrit excepcional dels entrenadors. A l’agost i també al setembre i fins i tot a l’octubre ens van dir que la orquestra funcionaria a ple rendiment quan arribessin les grans fites del novembre. Ja hi som i han complert la paraula. Han endollat les guitarres i el Barça torna a sonar com els millors concerts.

- Publicado en RAC-1 (15-XI-2010)

El Barça venia actuando en acústico. No porque fallase la electricidad, sino por previsión. Era la misma música, pero sonaba distinta: era un Barça unplugged. Nos anunciaron que a principios de noviembre enchufarían las guitarras eléctricas y los amplificadores y así ha sido: esto ya suena a pleno volumen

No es esta una cuestión baladí, la de la puntualidad en las previsiones. Se puede jugar bien al fútbol e incluso muy bien y se puede jugar así de bien durante cierto tiempo. Pero hacerlo justo cuando toca, justo cuando se ha dicho que se iba a hacer, justo cuando se ha planificado y marcado con tinta roja, eso es un mérito excepcional de los entrenadores. En agosto y también en septiembre e incluso en octubre se nos dijo que la orquesta funcionaría a pleno rendimiento en cuanto llegasen las grandes citas de noviembre. Bien: llegó el momento anunciado y han cumplido su palabra. Han enchufado las guitarras y el Barça vuelve a sonar como en sus mejores conciertos.

sábado, noviembre 13, 2010

Afellay > Cesc > Thiago

Afellay es una ganga por precio y por perfil: 3 millones de euros por un tipo de jugador que el Barça no tiene en el primer equipo… y tampoco en los filiales. Afellay es un interior con aires de delantero. Un interior-llegador. Es decir: tiene recorrido en largo, puede recibir al espacio sin sufrir, zancada amplia, técnica excelente, llegada con mucha facilidad al área y buen remate. Podría parecer que son características de extremo, pero no lo es aunque puede ocupar ese espacio tal como hace Iniesta. Pero donde Iniesta actúa con regate, pausa, toque y asociación, Afellay lo hace con velocidad, desborde y potencia. Como interior no posee ese sexto sentido de los canteranos del Barça para tocar sin mirar y asociarse continuamente: es mucho más directo y vertical, lo que al aficionado quizás le suene mejor, pero que supone un cierto handicap inevitable: no será el Barça quien cambie por él su modelo de juego, sino que será Afellay quien deberá desaprender lo sabido y empezar de nuevo, aprendiendo un nuevo estilo. Si lo consigue rápido podrá aportar esa riqueza complementaria que posee: la verticalidad.

1.- ¿Cierra este fichaje la opción Cesc? En principio, no. Afellay y Cesc sólo se parecen en una cosa: su excelente llegada al área desde segunda línea, pero si de Afellay apuntamos que podría parecer un delantero, de Cesc jamás diríamos algo parecido. Se mueven en algunas zonas comunes del césped y les catalogamos a ambos como medios, pero parten desde posiciones muy distintas: Cesc, bastante más retrasado. El catalán es un organizador nato que se suma al ataque; el holandés, un interior con vocación exclusivamente ofensiva. Con los años, Cesc sería el sustituto de Xavi; Afellay nunca podría serlo.

Si algo frenará el fichaje de Cesc Fábregas no será la contratación inminente de Afellay, sino la situación económica del Barça, que es de una gravedad mayúscula más allá de declaraciones oficiales. La deuda (tanto bruta como bancaria) es descomunal y la perspectiva del presente ejercicio no es optimista: el margen de crecimiento de los ingresos es muy reducido y el de recorte de gastos muy escuálido, lo que arrojará un resultado mínimo. De este modo, difícilmente se podrá invertir mucho dinero en nuevas incorporaciones. Y el Arsenal pedirá mucho por Cesc. Este es el problema real, no Afellay.

2.- ¿Cierra este fichaje las puertas de Thiago? Rotundamente, no. Son dos perfiles sin ninguna relación entre sí por más que el miércoles pasado Thiago acabara jugando de extremo izquierdo y sus combinaciones con Messi resultaran espectaculares. Thiago no es Xavi, tampoco es Iniesta ni Deco, sino un mix de los tres más la visión vertical que poseía De la Peña. Está marcado ya con tinta roja para tener ficha del primer equipo en enero y partirá con ventaja respecto de Afellay. En principio, ambos irán al banquillo, jugarán Copa y saldrán en Liga para dar aire a los volantes titulares, pero siempre respetando sus perfiles: Thiago para tocar, filtrar y asociarse; Afellay para correr y disparar.

3.- ¿No había nadie en el filial con este perfil? No. Ya hemos definido a Thiago. En cuanto a Jonathan dos Santos, su perfil es Xavi y ningún otro. Se le exige mejorar su rendimiento en el Barça B. Sergi Roberto es perfil Cesc, pero con 18 años apenas: necesita año y medio más de rodaje antes de tener ficha en el A. Los demás son incluso más jóvenes: Javi Espinosa, Rafa Alcántara, Pepe Palau, Nando Quesada, Sergi Samper... niños y ninguno de ellos con el perfil Afellay de verticalidad.

4.- ¿Es un buen fichaje? Es barato: 3 millones por media temporada (en verano sería gratuito). Aporta un complemento que no existe en la plantilla ni el filial, lo que permitiría jugar un fútbol directo en algún momento; y al poder ocupar posición de interior, pero también de falso extremo, oxigenará a los titulares. Fichaje correcto que empieza a dibujar la futura plantilla del próximo curso con Afellay, Thiago, un par de defensas del filial y otras dos incorporaciones.

¿Plantilla corta?

La realidad nos coloca a todos en nuestro sitio. Pero la realidad es cambiante. No es una foto fija, sino una imagen en movimiento que muta sin cesar. La plantilla del Barça es corta, escuchamos a menudo este verano; en realidad, desde hace varios veranos. Pero, ¿corta respecto a qué? Y se nos respondía: corta respecto a la del Real Madrid, que posee una profundidad mucho mayor, un fondo de armario muy consistente. Y, sin embargo, en menos de tres meses de competición resulta que Guardiola ha empleado ocho futbolistas más que Mourinho (28 frente a 20) para obtener resultados muy similares en las tres competiciones que disputan. Así que ¿dónde queda aquello de la plantilla corta?

Sabemos por Mark Twain que hay tres clases de mentiras: las mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas. Es indudable que 25 jugadores son más que 19, pero confundidos por el rugido de las olas mediáticas tendemos a creer que no hay más factores que el estadístico, como si los 25 o los 19 jugasen todos al mismo tiempo y el fútbol se decidiera a peso. La realidad, repito, nos coloca a todos en nuestro sitio y acaba por confirmar que Guardiola no mentía cuando decía contar con los hombres del filial, brillantemente catalogados por Zubizarreta como “el desplegable”, circunstancia que no se contradice con aprovechar una ganga como la de Afellay. Lo confirma Pep en cuanto a confianza personal en los promesas, concediéndoles oportunidades puntuales pero constantes. Y lo confirma asimismo con su planificación de la temporada, con una salida lenta y gradual que ha exigido la utilización de muchos jugadores (por tanto, de muchos chicos del filial) para adentrarse ahora en un tramo de máxima forma.

Al optar Mourinho por un camino radicalmente opuesto de salida en tromba y utilización reiterada de un mismo once titular, el resultado conjunto de ambas estrategias es que el Barça llega a la primera meta volante de la temporada con más de 21 jugadores utilizados (descuento a Milito y Jeffren y añado a Thiago, Fontàs, Bartra y Nolito), relativamente frescos y a punto de alcanzar la plena forma en tanto el Madrid llega al mismo hito con 12 futbolistas (los titulares más Arbeloa) profusamente utilizados, en gran forma y con los automatismos muy aprendidos, pero a una distancia enorme respecto de los suplentes: en lo táctico, lo físico y lo emocional.

Mourinho es como el corredor de 1.500 metros que decide salir muy rápido para adquirir ventaja y confiar que el pelotón no le atrapará. Guardiola ha optado por preservar fuerzas para el sprint final. La distinta estrategia escogida ha cambiado radicalmente la diferencia numérica que parecía existir al principio y que tanto temor generaba: Mourinho va lanzado con un pequeño grupo y Guardiola corre a ritmo con muchos más efectivos. ¿Plantilla corta?

martes, noviembre 09, 2010

Cuidado con los treintañeros

Compungido por su inesperado abandono en la Maratón de Nueva York, el legendario Haile Gebrselassie, multicampeón de fondo, uno de los más grandes atletas de toda la historia, ha anunciado su retirada. Horas más tarde, el periodista Fernando Palomo (@Palomo_ESPN), antiguo atleta también él, matizaba en Twitter que probablemente sólo sea un calentón y que el genial etíope quizás continuará su longeva carrera. Se retire o no, ese anuncio nos ha sorprendido... porque no consideramos a Gebre excesivamente mayor. ¡Y tiene 37 años!

Esto viene al hilo de que tendemos a retirar a los futbolistas en cuanto ya les tenemos muy vistos. No es la edad, sino el tiempo que hace que les conocemos sobre el césped. En este sentido, la precocidad es gran enemigo de la longevidad futbolística, pues nos vemos afectados por ese vampirismo que exige sangre fresca cada pocos meses, sin percatarnos que el buen futbolista también necesita tiempo y discreción, como el vino, para madurar. Lógicamente, los hay que envejecen mal, sea por lesiones graves, por un desgaste excesivo en su vida competitiva o por la falta de cuidado en la extradeportiva. O incluso por genética o morfología. Pero aquel que trabaja y se entrena con continuidad, sin altibajos, tiene cierta fortuna en accidentes y lesiones y dedica tiempo y energía al ‘entrenamiento invisible’ (descanso, recuperación, alimentación, sueño) puede alcanzar edades importantes con poco deterioro del rendimiento. Eso está documentado en especialidades de resistencia y fuerza y, aunque parecía algo menos cierto en deportes explosivos, ahora ya sabemos que estos últimos también admiten una longevidad impensable hace pocos años.

El fútbol es uno de ellos. Con la ayuda de amigos twitteros ayer recolectamos un listado de jugadores con 30 o más años que pone los pelos de punta. Algunos están ahora mismo en baja forma y otros sufren lesiones, pero muchos otros poseen un rendimiento y una jerarquía espectaculares. Probablemente ya no son capaces de protagonizar 70 partidos al año, pero sí 30 de alto nivel, seleccionando mejor sus energías y priorizando los esfuerzos. Una lista de treintañeros podría ser esta, Porteros: Van der Sar, Palop, César. Defensas: Puyol, Carvalho, Ferdinand, Abidal, Capdevila, Carragher, Lucio, Ooijer, Samuel, Weir. Medios: Xavi, Pirlo, Scholes, Seedorf, Zanetti, Makelele, Stankovic, Lampard, Van Bommel, Keita, Pep Martí, Senna, Rivera, Gilberto Silva, Landzaat, Albelda, Gerrard, Verón. Delanteros: Del Piero, Raúl, Van Nistelrooy, Pippo Inzaghi, Drogba, Diego Milito, Anelka, Giggs, Totti, Kanouté, Forlán, Olic, Gronkjaer, Klose, Niang, Kevin Davies. Demasiada gente demasiado buena como para prejubilar a los treintañeros anticipadamente.

- Publicado en Sport (9-XI-2010)

lunes, noviembre 08, 2010

La que se avecina

Observas un partido del Chelsea y parece que ha perdido aquel empaque defensivo que le hizo consistente como una roca. Ves un partido del Madrid y encuentras la respuesta a por qué John Terry parece estos días una monja ursulina: la respuesta la tiene un portugués que no se apellida José Mourinho, sino Ricardo Carvalho, el cemento que solidifica las defensas donde habita.

Los focos se centran en el otro portugués, el entrenador, pero el pegamento lo pone Carvalho, un pulpo en las coberturas sean del efervescente Pepe, sean del frenético Marcelo. Advertidos de cuánto aporta Carvalho a una organización defensiva, podemos calibrar cuánto ha perdido el Chelsea con la marcha de este treintañero que nunca hace ruido y aún celebra los goles al estilo clásico, sin fanfarrias ni confeti.

Todo lo anterior no significa que el Madrid actual posea ya la entera consistencia de aquel Chelsea que reinaba sobre las olas de la Premier y apenas tropezaba en los últimos suspiros de la Champions. El Madrid ha crecido respecto de los últimos años, se organiza con coherencia y sensatez alrededor de Xabi Alonso, defiende con una seriedad inédita desde que el virus galáctico inundó el Santiago Bernabéu y sigue golpeando con la misma fiereza del lobo, incluso con saña.

En todos los sentidos, este Madrid es mejor Madrid que los de las temporadas anteriores: ha subido varios peldaños en lo colectivo, mejorado sus puntos débiles y conservado sus fortalezas genéticas. Compite, muerde y no se compadece de nada ni nadie, como si oler sangre le estimulara. Es un vampiro futbolístico que llegará al Clásico lanzado, convencido de sus fuerzas y sus estratagemas, hambriento de revanchas planetarias.

Del Barça lo sabíamos todo, pero faltaba por confirmar que el maquinista de la locomotora era puntual y ahora ya podemos confirmar que sí, que lo es. Que el tren de alta velocidad llega puntual a su cita de cada año, cumpliendo escrupulosamente la hoja de ruta diseñada, sin apartarse un milímetro del recorrido ni retrasarse un segundo del horario previsto. Ya oímos llegar a la locomotora lanzada a ritmo de crucero, con todos a bordo y el depósito cargado. De repente, el Mundial de Suráfrica parece convenientemente alejado en el tiempo y de las resacas posteriores hemos dejado de tener noticia.

Los tendones de Xavi, de acuerdo, todavía están ahí para recordarle al emperador que es humano, pero el resto vuelve a ser el ejército disciplinado que arrasó cuantas legiones tuvo que enfrentar. Un ejército de gente especial, elegida una por una no sólo por su calidad como futbolistas, sino sobre todo por la voluntad de sacrificar sus egos en el altar de la colectividad. Una secta de elegidos que llegan a la cita máxima revestidos del convencimiento interno y silencioso de que no hay quien pueda con ellos y que nada, por poderoso que parezca, les detendrá.

Soroll i silenci

Falten tres setmanes, però ja comencem a ensumar les flaires del Barça-Madrid i el que olorem son dos trens llençats a tota velocitat l’un contra l’altre. Això no es nou. Els darrers anys també ha estat així i les lligues gairebé s’han decidit en els duels cara a cara. Aquest cop em sembla que trobarem un Barça més silenciós que mai. Com si l’entrenador i els jugadors volguessin posar-se en forma i seguir creixent sense fer cas de tot l’enrenou que s’ha engegat al Madrid i al voltant de Mourinho. Com si el remei per tant de soroll que s’organitza a la capital fos caminar de puntetes i per l’ombra.

El Madrid que arribarà al Camp Nou serà un equip formidable, molt millorat en tots els aspectes, reforçat en la moral i embolicat en paper de regal. Es trobarà un Barça que arriba puntual com un rellotge suís a la seva cita, tal com s’havia previst, amb les eines esmolades i la boca tancada. El soroll xocarà amb el silenci i ja veurem qui pren mal.

sábado, noviembre 06, 2010

No es el dinero, es la gestión del dinero

Barça y Madrid no necesitan que gente ajena a ellos les defienda en su propuesta del reparto del dinero televisivo. Se defienden solos con un argumento irrefutable: las audiencias les avalan como grandes motores del negocio. Sin embargo, proliferan argumentos por doquier contra ese duopolio ante el temor, razonable, de que nuestra Liga acabe convertida en un mano a mano perpetuo. La amenaza es cierta, pero los argumentos empleados son erróneos. Los restantes clubs merecen percibir un porcentaje justo y razonable de los derechos de TV; un porcentaje acorde con su rendimiento deportivo plurianual y con el propio derecho por ser partícipe de un gran campeonato. Pero es falso que el dinero vaya a sentenciar las ligas: es falaz y abundan los ejemplos.

Nunca ningún club invirtió más dinero que el Real Madrid de Florentino Pérez, en su primera etapa o en la segunda, para obtener menos rendimiento en forma de títulos (hasta la fecha). En esta década, el Madrid ha ingresado cientos de millones de euros por diversas vías (márketing, entradas, derechos televisivos y hasta un pelotazo urbanístico) e invertido algunos centenares más en comprar jugadores. Nada de ello le ha garantizado títulos. Nunca el Barça tuvo tanto dinero disponible como con Joan Gaspart, ni fichó tanto y a tan enorme precio, y ahí está el balance amargo y gris. Es cierto que la indescriptible inversión a fondo perdido de Abramovich en el Chelsea le ha dado gran primacía en Inglaterra, pero no le ha permitido todavía saborear las mieles de la Champions siete años más tarde. Y qué decir del Manchester City y su jeque ultramillonario, al que ni todo el petrodinero aleja de palizas estrepitosas como la que le endosó anteayer el modesto Lech Poznan de José Mari Bakero.

Quiero decir con todo ello que el dinero, ni siquiera el dinero en cantidades obscenas, garantiza el triunfo. Los éxitos del gran Sevilla, y fueron éxitos aplastantes y memorables, se consiguieron con fichajes inferiores al millón de euros (Alves, sin ir más lejos). Tampoco hay ninguna gran inversión, antes al contrario, en el Mainz o el Borussia Dortmund, líderes indiscutidos de la Bundesliga en puntos y buen juego, con una ventaja sideral sobre el equipo que más dinero ha recibido (de su sponsor ruso) e invertido: el Schalke de Magath, auténtica piltrafilla del campeonato alemán. Mucho dinero no equivale a buena gestión. Ahí está el Mallorca, año tras año, sin un euro y peleando como un señor.

Insisto: lejos de mi intención avalar con estos datos que Barça y Madrid deban percibir mucho más dinero televisivo que el resto. Ya lo negociarán ellos. Pero el argumento de la bipolaridad a la escocesa es falso de toda falsedad. No es el dinero, es la gestión del dinero.

jueves, noviembre 04, 2010

Preselección para confeccionar el TOP-30 de Octubre

Dado que hay discrepancia sobre los criterios a emplear para elegir los TOP-30 (que si consagrados, que si no; que si jóvenes o no) creo preferible fijar el criterio en que haya libertad completa de elección. Todos elegibles, tanto da si son campeones del mundo como casi desconocidos. Añado, por tanto, a la lista de preselección todos los nombres que aportásteis ayer, sin más.

Primera preselección para el TOP-30 europeo de Octubre. Cerraremos la lista tras la jornada del fin de semana. Favor de aportar nombres y sugerencias a favor o en contra en Twitter:

- Bale
- Hulk
- Marcelo
- Di María
- Götze
- Lukaku
- Silva
- Rossi
- Adam Johnson
- Vossen
- Krasic
- Ogunjimi
- Pitroipa
- Marko Marin
- Huntelaar
- Pastore
- Illicic
- Banega
- Kagawa
- Sahin
- Grosskreutz
- Schürrle
- Lens
- Coutinho
- Coentrao
- Tévez
- Afellay
- Andy Carroll
- Dsuszak
- Holtby
- Szalai
- Diego Castro
- Inzaghi

Añadimos los propuestos ayer:

- Cristiano Ronaldo
- Messi
- Eto'o
- Fritzler
- Lucas Barrios
- Lavezzi
- Llorente
- Nilmar
- Wilshere
- Song
- Muniaín
- Iniesta
- Alves
- Fernandes
- Chicharito
- Bryand
- El Hamadoui
- Muslera
- Ménez
- Abate
- Gronkjaer
- Demba Cissé
- Mulumbu
- Carcela-González
- De Guzmán
- Mario Gómez
- Carvalho
- Özil
- Scott Carson
- Nolan Roux
- Kennedy
- Mickael Pereira


Ya supera los 60 hasta el momento para una lista final de 30.

martes, noviembre 02, 2010

Chequeo a Barça y Madrid a un mes del Clásico

A cuatro semanas del Clásico podemos establecer ya algunos factores indiscutibles. Por parte barcelonista sabemos que el físico está mejorando. La condición física no lo es todo en el fútbol: el talento, la coordinación y los sistemas de juego pesan más; el físico es la plataforma a partir de la que puedes expresar tus auténticas virtudes. La condición física no marca goles, pero ayuda a meterlos. Sin pretemporada y con mil dificultades, el Barça ha afrontado este nuevo curso con enormes problemas y una hoja de ruta medida y detallada. La está cumpliendo y avanza hacia el buen estado de forma. Una semana de carga como la pasada y otra como la que llega dentro de siete días servirán para afinar definitivamente a los jugadores rezagados, los vertebrales en el Pep Team, los campeones del mundo.

Otro hecho indiscutible: la riqueza de variantes tácticas que ha ensayado Guardiola para desactivar los antídotos rivales. Algunas han salido mejor que otras, pero todas son fruto del esfuerzo en el estudio y la preparación de los partidos y forzada a su vez por el progreso de los contrarios. Lo más relevante no es acertar cuál ha sido el dibujo más eficaz, sino que los jugadores del Barça han aprendido en vivo y en directo muchas variantes tácticas que, a la hora de los grandes partidos, podrán aplicar sin el menor titubeo.

Tercer factor: el Pep Team se ha enfrentado a rivales potentes y ha podido con ellos. Además de la Supercopa, Atlético de Madrid, Athletic, Valencia y Sevilla han sido derrotados. Rivales contra los que se sufrió, estoy generalizando, en las dos últimas temporadas (o se perdió). Este es un paso importante en la mejora del equipo.

En el bando del Madrid, otros tres hechos indiscutibles: Mourinho manda sin ningún titubeo y aplica su metodología. Ha designado un once titular (más Arbeloa, duodécimo hombre) y lo juega todo con los mismos. Se han puesto en forma de inmediato, tal como dicta una planificación a corto plazo, y la disputa de partidos cada tres días por parte de los mismos hombres incrementa ese estado de forma de los titulares. Como punto débil quedan los suplentes, bastante lejos de los titulares en físico, táctico y mental.

Segundo hecho indiscutible: el Madrid se ha hartado frente a defensas adelantadas y líneas separadas y cuando ha podido contragolpear con espacio abierto. Ante defensas cerradas y líneas juntas, no ha sabido resolver el agobio con fiabilidad. Tercer factor: el juego blanco tiene siempre la misma línea de creación: Carvalho por izquierda a Marcelo y, a partir de ahí, bien a Xabi Alonso para cambio de orientación, bien a Cristiano para intentar la resolución individual. Así están hoy las cosas en ambos bandos. Veremos dentro de un mes.

lunes, noviembre 01, 2010

Guardiola y la Teoría del Caos

Una mariposa bate sus alas en la selva brasileña y ese ligero movimiento genera modificaciones consecutivas e inesperadas hasta que un tornado se abate miles de kilómetros más allá, en el desierto tejano. Un pequeño cambio en las condiciones originales genera un resultado inimaginable. Esto es el efecto mariposa, la consecuencia más conocida de la Teoría del Caos, bastante simple de comprender: variaciones muy leves en las condiciones iniciales pueden generar diferencias muy profundas en el desenlace.

Aunque no nos consta que en la biblioteca de Pep Guardiola figure el volumen Caos en sistemas dinámicos, de Edward Ott, da la sensación de que lo ha leído y comprendido, pues en cada nuevo partido nos deja pequeños movimientos que buscan generar grandes efectos. Heredó un modelo de juego que se dibujaba como un 4-3-3 y a día de hoy ha conseguido preservar el modelo y su espíritu (presión, posesión, combinación, ir a por los partidos) pero revolucionar los dibujos hasta el punto que ya se cruzan apuestas sobre los nuevos inventos. Introduce en cada partido pequeñas variaciones sobre la misma música, modificaciones que parecen ligeras y leves pero que muchos minutos más tarde, como el aleteo de la mariposa del ejemplo, provocan efectos inesperados. Más aún: las evoluciones se multiplican dentro del partido para enloquecimiento de los locutores, que asisten enfebrecidos a un carrusel de modificaciones tácticas que se suceden sin solución de continuidad.


¿Locura táctica? No, locura sería quedarse quieto cuando los rivales ya conocen tu 4-3-3. Guardiola está generando evoluciones a ritmo frenético como reconoció Mourinho cuando calificó de «update» al Barça. Muchos planes diferentes que a su vez evolucionan en otros muchos durante el mismo partido, pero todos ellos con la misma filosofía. Así, en cada encuentro vemos aplicaciones distintas del mismo dibujo buscando que un pequeño batir de alas en un espacio del césped desate un tsunami en el otro extremo. La mariposa es Messi, que revolotea aleatoriamente en libertad mientras sus compañeros se desordenan ordenadamente y provocan el marasmo del contrario. Es la Teoría del Caos (nombre peligroso para una teoría decisiva en la vida moderna) aplicada al fútbol.