# R.E.M.

El segundo gran paso adelante ha sido la actitud de Luis y sus jugadores. Donde cabía la soberbia y el orgullo desmedido, la euforia y el jolgorio, han aparecido la mesura, la discreción y la prudencia. Será obra del psicólogo, del seleccionador o de la juventud de los futbolistas. O de la dinámica de grupo que se ha creado. O un poco de todo ello. Pero la realidad es que tras una gran victoria, un excelente debut, un espectáculo futbolístico y una declaración de intenciones mayúscula, ni una sola palabra ha sido más alta que otra, lo que es preludio de futuros aciertos. El entorno mediático grita, se emociona e incluso apunta ya a Berlin, en demostración evidente de la gran característica hispana: la exageración. Pero son los medios quienes van por esa vía, mientras el equipo ha tomado otro camino, justo el adecuado para el momento presente.

Argentina, Italia, Alemania e Inglaterra están en parecida situación. Cada una de ellas tiene su debate interno y su estilo propio, su pasión por un esquema, sus dudas y su oficio, pero con España son las cinco que han mostrado solidez y una idea clara. Holanda y Portugal deben acompañarles y quizás también Francia, decepcionante como Suecia, decadente en grado sumo. ¿Y Brasil? Brasil necesita menos debates y más reconversión. A base de márketing, anuncios y documentales, descuidaron la pizarra. Ese ‘cuadrado mágico’ es un embudo infernal en el que se enreda todo su talento. Parreira debería darle sentido al equipo, hacerle jugar en una dirección coherente, más cercano a un 4-3-3 que dejase pasar el aire entre los ‘cracks’.
17 partidos disputados y pocas certezas, salvo que no se va adelante a base de hinchar globos, sino con ideas claras, sacrificio colectivo, contundencia en la pegada y humildad en la mirada.
Referencias
- "L'Equipe": Seducción estilo Barça
- "Olé": España se floreó
Fotos: EFE.