¿Qué sería de Inglaterra sin el pie incorrupto del rey Beckham? Poco más que sudor, fe y energía. De entre las brumas siempre aparece el gesto perfecto de Beckham para desatascar las cañerías. El fútbol inglés se ha quedado en casa, quizás por miedo al sofocante calor alemán, y sólo de vez en cuando surge ese mágico pie del capitán para poner todo en orden. El resto es vacío. Pocas veces el fútbol inglés ha estado tan hueco como en este Mundial, en el que sigue adelante pero dejando un reguero de dudas, escasez de juego y ausencia de ideas.
Dijimos que el problema era Eriksson, pero ya no estoy tan seguro. Frente a Ecuador ha planteado un esquema sensato, con Carrick de mediocentro y Crouch en el banquillo. Pero la máquina no va. Cuando no es Gerrard quien se enreda es Terry quien pifia o Lampard quien se embrolla. Nada en este equipo convoca a la ilusión o la solidez. Apenas la feroz convicción de Rooney y la fe colectiva. Poco fútbol. Pero siempre les quedará el pie mágico del capitán.
Foto: AFP.
