sábado, junio 17, 2006

Ronaldo ante el estrés


Ronaldo sufre una situación seria de estrés continuado. No es una situación agradable, ni debería hacer reír a nadie, por más rivalidad deportiva que sientan muchos hacia él. Su problema es común en el mundo de la alta competición deportiva y deberíamos analizarlo sin prestar atención a simpatías personales o de club. Ronaldo sufre un episodio de estrés elevado, causante de numerosos tropiezos físicos, que intento analizar a continuación.

En esencia, existen dos grandes tipologías de estrés: el estrés permanente y el estrés puntual o competitivo. El estrés continuo sume al deportista en un estado de ansiedad permanente que provoca mecanismos biológicos que alteran el buen funcionamiento del organismo. La persona afectada segrega hormonas del estrés (básicamente, cortisol), lo que le predispone a sufrir diabetes, hipertensión, accidentes cardiovasculares, cefaleas, náuseas, fiebre y un importante descenso en las defensas corporales. La otra gran tipología, aplicable claramente al deporte, es la del estrés puntual causado por el esfuerzo competitivo. Dicho estrés provoca una gran vulnerabilidad corporal y una importante reducción del sistema inmunológico. Se produce una alta predisposición a sufrir infecciones de todo tipo, en especial del tracto superior, gastroenteritis, mononucleosis, fiebre puntual...

Resumiendo, las hormonas del estrés, las desencadenadas por situaciones de estrés, especialmente en la alta competición, tienen un efecto positivo y otro perverso: elevan la capacidad del deportista para rendir extraordinariamente, pero le acarrean una enorme vulnerabilidad en las 48 horas posteriores al esfuerzo.

¿Qué le sucede a Ronaldo? Que sufre las dos tipologías de estrés, la continuada y la puntual. La continuada es fruto de sus problemas crónicos: la falta de títulos en su club estos tres últimos años; su convencimiento de no ser querido en el Madrid; las importantes lesiones sufridas a lo largo de una temporada negra; su sobrepeso universalmente conocido; en definitiva, una situación de estrés continuado del que no encuentra la salida. Con ese caldo de cultivo fisiológico en su cuerpo, Ronaldo afronta la segunda parte del problema: el Mundial, con su inmensa carga de estrés puntual. Y ahí se desencadenan todos los síntomas: su agresividad verbal e injustificada contra el presidente de su país, metedura de pata de la que seguro está arrepentido; dificultades puramente físicas (ampollas por culpa de las botas) que en cualquier otro jugador serían mera anécdota; la atención constante sobre su problema de peso; críticas desaforadas por parte de la prensa brasileña e incluso del mito Pelé; fiebre y resfriado desencadenados dos días antes del debut; náuseas durante el partido, según ha desvelado su madre y el propio jugador ha medio reconocido en su columna de “El Mundo”; náuseas y dolores de cabeza al día siguiente del encuentro...

Son todos los síntomas, uno por uno y sin discusión, de un episodio importante de estrés continuado y también puntual que se mezclan en un cuerpo con el sistema inmune disminuido y sometido a una vulnerabilidad extrema. ¿Solución? Que le dejen en paz. Como eso no es probable, entre tanto periodista en busca de morbo, la selección brasileña debe proteger a su crack. Ronaldinho lo hizo ayer con sus declaraciones, pero Ronaldo necesita ahora paz y tranquilidad para que su biología regrese a la normalidad. Necesita que sus compañeros y técnicos le arropen, no que le presionen más. Precisa que su afición le apoye incondicionalmente, no que le silbe por sus errores. Necesita la ayuda psicológica de un buen profesional que le libere mínimanente de obsesiones y presión. No va a ser fácil que salga de ésta, pero ya antes superó otras pruebas más difíciles.

* El sueldo millonario que gana un futbolista no tiene nada que ver con sufrir más o menos estrés. Eso es un argumento de barra de bar.

Referencias
- Su madre confiesa que jugó con náuseas
- Ronaldinho le apoya
- Tratado con medicación
- Fue un fuerte dolor de cabeza

Fotos: AP - AFP - EFE.