domingo, mayo 28, 2006

Pésimos delante, efectivos atrás


No resulta fácil llegar lejos en un Mundial si no se posee pegada y gol. Ese es el problema de España. Problema de difícil solución a menos que Villa encuentre la fórmula magistral. Torres nunca la ha poseído y Raúl, que sí la tuvo y en grandes cantidades, actúa desde hace tiempo con el punto de mira retorcido. Pero las pésimas noticias delante se compensan con las buenas detrás. No se llega lejos sin gol, pero se cae pronto si el sistema defensivo es de mantequilla y no parece que ahora sea así. Los cuatro de atrás se entienden bien y empiezan a comprender el lenguaje mudo de los signos futbolísticos por lo que cabe intuir que sufrirán ante Shevchenko o los grandes, pero no van a ser el coladero de otras ediciones.

Buenas noticias también en el centro del campo: los peloteros mezclan bien. Luis ha empezado con una declaración de intenciones agridulce. Estaba Cesc, pero también Albelda, lo que como principio es un bofetón pues el valenciano parece llamado a cerrar partidos, pero no a abrirlos. Los cambios han sido interesantes: Xabi Alonso ha marcado el territorio del mediocentro con habilidad y buena ubicación; Xavi ha tomado el mando e Iniesta ha llevado el balón hasta el área rusa. Los tres, además, han montado una presión asfixiante que ha encerrado a Rusia en dos palmos cuadrados de césped. Reyes ha sido otra buena noticia. Está como en el Arsenal: como una moto, pletórico, presionante, feliz. Veinte minutos suyos valen más que veinte horas de Joaquín, espeso como todo el año. Observando la efervescencia de Reyes calibramos en toda su dimensión cuánto se equivocó Wenger en la final de Champions hurtándosela al sevillano.


Queda mucho trabajo por hacer, sobre todo con los delanteros aunque no será fácil que Torres adquiera la virtud goleadora que nunca poseyó, ni que Raúl recupere las vaselinas y el remate que tanta fama le dieron. Pero el ensayo de la selección me ha parecido enriquecedor. El resultado es flojo y las carencias rematadoras preocupantes, lo que hará regresar el tradicional catastrofismo de los maniqueos del blanco o negro. Pero los jugadores han dado sensación de grupo, de colectivo emprendedor, capaz de generar alternativas sobre la marcha. No olvidemos que los equipos crecen (o menguan) con las semanas, el trabajo y la voluntad de triunfar. Incluso me parece positivo que los resultados no acompañen ahora, a ver si hay suerte y por una vez los periodistas tamborileros se sumen en el pesimismo y dejan trabajar en paz a seleccionador y seleccionados.


Este equipo no está para llegar muy lejos, pero tampoco para caer demasiado pronto. Pero eso sí: cuando empiece el Mundial ahí deben estar los peloteros para nutrir a Reyes y Villa.