Música | Never Comes The Day
# The Moody Blues
Los dos equipos más ofensivos de Europa chocarán mañana en París. Llegan imbatidos en la Champions y crecidos en lo anímico. El Barça, por su segunda Liga consecutiva, su hermoso fútbol colectivo y los elogios universales. El Arsenal, por su espectacular remontada en la Premier, su vocación atacante y esa juventud atrevida y valiente. Ambos equipos son un homenaje al buen fútbol, encabezados por dos señores del banquillo, dos entrenadores de los que apenas hay: inteligentes, serenos, educados, dispuestos a primar siempre la calidad y el estilo propio. Dos técnicos que conocen todo del equipo rival.
Para frenar a Ronaldinho, Wenger empleará a Eboué y a Hleb. Se trata de defender siempre con ayuda y cuando no llegue el bielorruso será el mediocentro Gilberto quien apoye a Eboué. Para frenar a Henry, Rijkaard utilizará a Puyol con el apoyo de Oleguer aunque previamente buscará cortar el suministro de balones secando a Cesc. La batalla real será una batalla en el centro del campo. El estilo Arsenal busca siempre crear superioridad en esa zona para enmarañar al rival, robarle rápido el balón y ceder con urgencia al bailarín Henry. Por eso Wenger juega con cinco hombres en el centro del campo: Gilberto lleva el piano (frase brasileña aplicada a los mediocentros), Hleb, Ljunberg y Reyes se encargan de achicar el campo y Cesc se convierte en el rápido suministrador de pases milimétricos a Henry.
Esos cinco hombres corren sin desmayo los noventa minutos, pero cubren más metros en sentido horizontal que vertical. Con ello logran tejer esa tela de araña en la que se enredan los rivales. Contra esa maraña tendrán que luchar Edmilson, Iniesta y Deco. El antídoto es tener el balón y mantener su posesión. Quitárselo al Arsenal, esconderlo, hurtárselo a Cesc, sobarlo y, en definitiva, descolocar al rival, evitar que implante su estilo. El peligro es perder el balón en esa zona de riesgo y facilitar el enlace Cesc-Henry. Pero más allá de ese riesgo cierto, recordemos el sufrimiento del Arsenal frente al Villareal. Cuando el equipo de Pellegrini se apropió del balón, Cesc y Henry se ahogaron. Eso es lo que debe hacer el Barça: presionar muy arriba, pues los ‘gunners’ no tienen facilidad para salir jugando desde la defensa; y quedarse el balón en propiedad, manejándolo sus centrocampistas o cruzándolo de Márquez para Ronaldinho o de Iniesta a Giuly.
En definitiva, se enfrentarán dos estilos muy diferentes aunque unidos por la estética y la vocación ofensiva. Quien logre imponer el suyo habrá ganado el 90% de la final. Aún quedará margen para las genialidades, los errores y los revulsivos, pero la balanza se habrá decantado.
Vídeos: Aquí están los dos magos del balón:
Fotos: Iniesta y Cesc serán los protagonistas del centro del campo (Marca & AP); a Eboué le tocará encargarse de Ronaldinho (Getty); y a Deco, romper la telaraña rival (Getty).
Referencias
- Wenger, el revolucionario francés
- El eterno insatisfecho
- La Masía, academia de la fama
- Lo que el ojo sí vé