miércoles, enero 24, 2007

El Barça se busca, pero no se encuentra


Habló Rijkaard de crecer a partir de estar bien organizado y me ordené a mi mismo contemplar el Betis-Barça exclusivamente desde ese prisma. Por tanto, se trataba de observar parámetros específicos del colectivo: si cada jugador estaba en su sitio y cumplía su cometido, sin pretender suplantar el de otros; si los dos laterales evitaban subir simultáneamente al ataque; si defensas e interiores realizaban las coberturas y ayudas precisas; si ante pérdida del balón los centrocampistas apretaban la línea... En definitiva, si el equipo estaba correctamente organizado desde los fundamentos. Y mi respuesta es que sí, que el equipo se ha organizado bien, incluso bastante bien, a partir de estos cimientos básicos.

Y poco más porque no hay mucho más. El fútbol no está. En noviembre de 2005, iniciando el Barça su camino triunfal de Champions, el presidente de la Federación Argentina, Julio Grondona, pronunció la siguiente sentencia: “El Barça no juega al fútbol. El Barça es el fútbol”. Esa afirmación no es válida hoy, aunque pueda volver a serlo mañana. Pero hoy, no. El fútbol en su versión de movimiento veloz del balón, triangulación constante, combinación sin fin, desapareció hace tiempo. Rijkaard lo anda buscando, pero no lo encuentra. De ahí que intente asegurar los fundamentos básicos: organizarse atrás, no conceder excesivas ocasiones, volver a sentirse un colectivo. De hecho, así empezó todo lo bueno de este equipo, hace ahora tres años completos, cuando llegó Davids y se impuso la organización. Luego se ganó una Champions sin conceder ni un gol de jugada. En este sentido, la prestación barcelonista en Sevilla ha sido correcta pues todo ha estado mejor organizado. Pero sin fútbol.

Además de la organización (que en realidad significa dejar de hacer barbaridades), Rijkaard ha planteado de nuevo la modificación táctica de que Ronaldinho abandone la posición estática en banda izquierda para irse al centro del ataque. Bien visto. El centro se atasca más, pero la defensa rival se agita ante el cambio de planes. Desde el plano teórico, esas modificaciones son adecuadas. Desde el práctico, el equipo sigue absolutamente encallado y eso ya no es responsabilidad del entrenador, sino del rendimiento individual de algunos jugadores. Por cuestiones físicas o anímicas. O por las dos causas como parecen confluir en el caso del citado Ronaldinho (22 balones perdidos contra el Nàstic) e incluso Deco (22 balones perdidos ayer). Pero ese es un debate tan extenso que casi puede provocar un cónclave.

Hace tres años exactos, enero de 2004, Rijkaard andaba desahuciado a una veintena de puntos del Madrid 'galáctico' y sin encontrar la tecla para que un puñado de buenos jugadores se convirtieran en un equipo. Hace tres años exactos, el Barça empató penosamente con el Athletic (1-1, igual que anoche) en un partido en el que Ezquerro fue la estrella (jugaba en el Athletic) y fueron titulares Oleguer, Márquez, Gio, Xavi, Ronaldinho y Saviola, es decir más de medio equipo del que ayer jugó en Sevilla. A partir de Davids, Rijkaard dio con la tecla del equilibrio y la organización. ¿Quién es el Davids de hoy?

Fotos: AP - AFP - Marca.