domingo, enero 07, 2007

Un Sevilla en gran forma ha perdido la mitad de sus desplazamientos


A primera vista, el Sevilla lo tiene todo para pelear seriamente por el título de Liga. Es un equipo de porte físico fenomenal, capaz de asustar con su sola presencia. Posee los automatismos mecanizados de los equipos que juegan de memoria, con una elevada capacidad asociativa, convencidos de que el juego colectivo es la mejor de sus armas, por encima de cualquier individualidad. Tiene un espíritu feroz, indesmayable, pues jamás baja los brazos por duro que sea el rival o la tarea. Decía Victor Fernández anoche que jugar contra el Sevilla se hace muy largo y así es. Además, posee una gran seriedad táctica y alternativas estratégicas notables por si las cosas pintan mal. Así que no es líder por casualidad ni omisión de sus contrarios, sino por la acumulación de talento en todas las facetas. Reconozco mi embeleso por el conjunto andaluz. Y, sin embargo, el Sevilla que empieza 2007 perdiendo en Zaragoza deja las dos mismas dudas de los últimos meses: ¿resistirá físicamente? ¿soportará la presión psicológica del liderato?

De momento sorprende que el líder de la Liga española haya perdido la mitad de sus partidos como visitante: ha caído frente al Atleti, Barça, Espanyol y Zaragoza y empatado en Santander. Cuatro derrotas y un empate en nueve partidos. Muchas derrotas para quien posee tanta superioridad física, técnica y táctica. Mal síntoma. Es cierto que las sufridas en el Calderón y el Camp Nou tuvieron polémica añadida, pero no es menos cierto que cada vez que el Sevilla ha podido acceder al liderato o consolidarse en él, se ha derretido en su propio caldo. Así que el Sevilla deja dudas por donde pasa. No sobre su juego, que es hermoso, eléctrico y vertical. Tampoco sobre su estado de forma, uno de los mejores de Europa. Ni sobre la sensación de hallarnos frente a un colectivo anudado por conexiones sólidas. Ni frente a unas individualidades (Alves, Kanouté...) de un cuajo extraordinario.

Las dudas pertenecen al terreno de la resistencia y la fortaleza psíquica. Y esa otra que ya he citado: ¿puede ganar la Liga un equipo de balance impecable en casa, pero que pierde la mitad de sus partidos como visitante?

Fotos: EFE.