Octava victoria consecutiva del Milan en la liga italiana: 5-1 contra el Udinese, goleada que sirve de bálsamo tras el tropiezo milanista en Champions ante el PSV. Lo cierto es que este Milan de hoy ha sido una máquina que ha atropellado al equipo de Iaquinta (que ha marcado de penalty el único gol de su equipo). Gilardino, Seedorf y Pirlo han sentenciado ya en el descanso, pero ni con el 3-0 se ha frenado el equipo de Ancelotti y en la segunda mitad ha vuelto a golear Gilardino y, por último, Kaká. Como decimos siempre, las ligas nacionales y Europa no tienen nada que ver: el Milan está en el ojo del huracán de la Champions, pero en Italia anda desmadrado: tres goles a la Juve y cinco a Udinese en una semana.
La Juve también ha arrasado (3-0 al Livorno), pero con un estilo radicalmente distinto. Si ver al Milan ha sido una gozada, contemplar a los de Capello ha sido un martirio, hasta que Ibrahimovic se ha inventado un gol fabuloso, con un toque dulce y mágico, y ha abierto el marcador a la hora de partido. Treinta segundos después, Trezeguet ha imitado a su compañero y ha cabeceado espectacularmente el 2-0. Del Piero, en tiempo de descuento, ha cerrado el partido con su gol número 178 como juventino. Los de Capello siguen líderes, pero tan grises como siempre, salvo los destellos de sus delanteros, verdaderamente geniales. Por cierto, otra ridícula entrada en Delle Alpi: 28.897 espectadores, o sea, apenas el 43 % de asistencia al estadio. Menos de 390.000 euros de caja. La Juve tiene un problema grave de afición.