martes, noviembre 29, 2005

La diferente preparación física de Madrid y Barça

Luxemburgo ordenó la pasada semana incrementar el entrenamiento del Madrid en su aspecto físico. Es una buena idea. Los jugadores del Madrid parecen en un flojo estado de preparación física, aunque habría que matizar que en muchas ocasiones el fútbol es propenso a ciertos espejismos y se acusa al estado físico de lo que en realidad es una mala disposición táctica o una falta de homogeneidad en la plantilla. A Luxemburgo se le ha criticado muy duramente por la prestación física de sus jugadores, por lo que su idea de incrementar el nivel de entrenamiento es positiva. No es nueva esta queja en el Madrid, donde desde hace años la preparación física es una asignatura pendiente, como tantas veces demostraron Roberto Carlos o Zidane entrenándose por su cuenta (alucinados ante el bajo nivel en comparación con Italia, donde para resistir los entrenamientos se acudió incluso al dopaje masivo) o Morientes y Portillo, a quienes tanto costó adaptarse a Francia, Inglaterra, Italia y Bélgica debido a su pésimo estado físico (Portillo acaba de explicar que ha ganado tres kilos de músculo desde que dejó el Madrid).

Al día siguiente del Madrid-Barça, Luxemburgo decretó descanso para sus jugadores, mientras a 600 kilómetros Rijkaard planteaba una sesión intensa a los suyos. Veinticuatro horas más tarde, los madridistas apenas realizaron una ligera sesión de carrera continua, en tanto los barcelonistas continuaban con otra jornada potente. La comparación en el juego y en el resultado entre ambos había resultado odiosa, pero fue la abismal diferencia en los entrenamientos lo que provocó una ira incontenible en los medios y los aficionados blancos. Luxemburgo replica ahora con un plan inicialmente compuesto por sesiones dobles, pero que al final sólo tendrá doble ración en la jornada del miércoles. ¿Maquillaje o necesidad?

Desde el punto de vista de la preparación física, el Madrid hizo, un año más, una mala pre-temporada. No hay que confundir a los futbolistas con atletas, pero todos necesitan una buena preparación: homogénea, continuada, progresiva, con una adecuada compensación entre cargas y recuperación, y acorde con los objetivos que se fijen. Para un equipo que juega Liga y Champions eso significa obligatoriamente un agosto de resistencia (anaeróbica y aeróbica) y fuerza (musculación), un septiembre similar con introducción de velocidad y fuerza aplicada (ejercicios de potencia) y a partir de ahí una 'primera cumbre' de puesta en forma para afrontar los grandes retos de octubre, noviembre y diciembre. La preparación cambia en Navidad y enero, que se emplean en mejorar otra vez la resistencia y la fuerza, mientras en febrero regresan velocidad y fuerza aplicada con el fin de que a partir de marzo se alcance la plena forma hasta fin de temporada. Cada año, por tanto, tiene dos ‘picos’ o cumbres de buena forma y dos períodos de preparación intensa (agosto-septiembre y Navidad-enero) de duraciones e intensidad dispares. Por eso ningún gran equipo puede estar siempre en forma, aunque sus aficionados así lo querrían, pero es físicamente imposible.

El entrenador del Barça ya planteó en agosto que su equipo no estaría a pleno ritmo hasta octubre por lo menos y así ha ocurrido, aunque tuvo que soportar numerosas críticas precisamente durante todo el mes de septiembre porque los jugadores no estaban ‘finos’. Sucedió exactamente lo que estaba planificado y que Rijkaard había anunciado, aunque los aficionados y periodistas no entendieron aquella baja forma. Pero siguiendo a rajatabla su plan de preparación llegó a octubre en plena forma y ahí sigue, pletórico, Balón de Oro incluido. Para comprender ciertas cosas, a veces bastaría que creyéramos más lo que se nos dice. Dentro de dos semanas volverán en el Barça las cargas intensas en busca de que el efecto de la supercompensación física coloque otra vez al equipo a pleno rendimiento en febrero y resista hasta mayo.

La preparación del Madrid, por el contrario, empezó mal a causa de sus peculiares compromisos de pre-temporada y ya entró en septiembre con el pie cambiado y escaso trabajo de resistencia y fuerza. Cuando octubre se instaló con su ritmo frenético de dos partidos semanales, la preparación estaba tan retrasada que ha resultado imposible que los jugadores alcanzasen un mínimo de buena forma física, agravado por las lesiones y la imposibilidad de rotar jugadores. Ahora Luxemburgo tiene una segunda oportunidad para intentar la mejora física, a menos que sólo se trate de una operación de maquillaje para callar a los irritados madridistas. Es demasiado pronto para entrenar fuerte y sería mejor esperar a Navidad, pero también es probable que Luxemburgo piense que no le queda tanto tiempo para maniobrar...


Referencias
- Las quejas de Beckham en 2004
- Las quejas de Relaño en 2004
- El plan inicial de Luxemburgo
- El plan final de Luxemburgo
- Los tres kilos que ha ganado Portillo
- La preparación del Barça desde julio

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La falta de un referente moral

Florentino contó en la SER que fue un error alinear a Ronaldo y Zidane contra el Barça. El propio Ronaldo lo confirmó ayer por la tarde: “Forcé y salió mal”. Era algo previsible y anunciado. Ronaldo no estaba curado y se arriesgaba a un agravamiento de su lesión. Sobre Zidane, Florentino se enredó en explicaciones psicológicas de que si forzó con el Madrid fue para que no se argumentara que sólo jugaba con su selección. Pobre argumento para lesión tan larga. Ambos casos, más la desconfianza manifiesta de Luxemburgo sobre la lesión de Guti (desconfianza justificada, pues al final no hubo apenas nada), exponen un problema cierto: el actual entrenador del Madrid no es un referente moral para sus jugadores. Hace no demasiado tiempo, Del Bosque mandó a Ronaldo de vuelta a Madrid por un fuerte gripazo. Debía ser el debut del delantero en el Camp Nou con la camiseta blanca, pero Del Bosque demostró carácter suficiente para frenar al brasileño. Todos los jugadores quieren jugar y brillar a cualquier precio, aún a costa de pagar luego graves consecuencias, pero un entrenador debe ser un referente moral que decida por el bien del equipo y del futbolista también a medio plazo. No son los futbolistas quienes deben decidir si juegan o no.


P.S.:
- Parece que Relaño se ha enfadado con Florentino.
- El Madrid se vuelca en lo físico
- Y Ronaldo también