martes, marzo 06, 2007

Muevan rápido el balón


A media tarde conoceremos si quien decía saberlo todo también posee la clarividencia de adivinar los pensamientos de su rival o si quien decía saber cada vez menos era más sabio y sabía lo que iba a ocurrir. Pero eso sólo será el primer movimiento de esta partida de ajedrez: las posiciones iniciales en el tablero. El 4-4-2 del Liverpool, en mi opinión con Crouch de hombre-boya y Riise con Arbeloa en el doble lateral zurdo, aunque no se puede descartar que Pennant juegue por derecha o que esté Bellamy como en el Camp Nou. Y el 3-4-3 del Barça, con Márquez y los tres pequeños haciendo rombo por detrás de REM, aunque también es posible que vuelva el 4-3-3 del doblete o incluso un 4-4-2 sorprendente y desconcertante. Pero ya digo: eso sólo es la posición en el tablero.

Luego llega el ambiente y el espíritu. Anfield rugiente, el Liverpool con su carisma legendario de no doblegarse nunca, obligado por sus masas a empujar, y el vigente campeón dispuesto a caer, pero no a retroceder. Esa es otra pieza del tablero. Partido de coraje, de energía anímica, de psicología colectiva, en el que habrá altibajos según ocurran los acontecimientos. Faceta para ser poderoso, gigante, para demostrar tu vertiente de competidor feroz al que no tumba el primer derechazo, ni el segundo, dispuesto a levantarse de la lona, apartar la sangre que ciega tus ojos y proponer un nuevo reparto de golpes futbolísticos hasta conseguir el KO. Pero esto sólo es el espíritu que revoloteará sobre el césped.

Luego llega el balón y ahí está la clave. El Barça irá a por él, pues sin balón este equipo no es nada. Con él, a veces tampoco, pero es su seña de identidad. Poseer el balón, mimarlo y destrozar al rival a base de movimiento. Hoy deberá moverlo con mayor velocidad de la habitual. Muevan rápido el balón en Anfield y el Liverpool sufrirá como nunca esta temporada. Los ingleses quieren el balón en los cielos, donde se manejan de maravilla, sea atacando como defendiendo. Pero si el rival baja el cuero al pasto y lo mueve rápido, al primer toque, triangulaciones veloces, buscando el juego entre líneas, la densa defensa de los reds se descuartiza, impotente contra la velocidad.

El Liverpool pretenderá obviar el centro del campo a base de balonazos colgados por Finnan, Carragher, o incluso Reina, al cabezón de Crouch para que este asista a Kuyt dentro del área o deje para las llegadas de Gerrard y Riise, jugada de difícil defensa pues Thuram apenas llegará a secar a Crouch y tendrá que ser Márquez quien corte el pase hacia atrás. Es posible que Benítez, al saberlo todo, haya decidido repetir con Bellamy, anulando la opción del balón colgado al cogote de Crouch, pero eso sería bajar el balón al césped y jugarlo en el centro del campo y en eso pierde un peldaño de ventaja. En cualquiera de los dos casos, al Barça le debe dar igual, pues el arma que debe emplear continúa siendo la misma: mover rápido el balón cuando se llegue a los tres cuartos del área de Reina. En esa zona de la verdad, Finnan, Carragher, Agger, Sissoko, todos sufren horrores cuando los contrarios tocan de primera, conectan entre sí y buscan la espalda del defensor. Así que esta es la pócima: muevan rápido el balón.

Marchena por Albelda


El Inter no tiene a Vieira (ni Cambiasso), pero el Valencia juega sin Albelda, corazón del equipo. En su lugar estará Marchena, excelente esta temporada como mediocentro, acompañando a Baraja. En cuanto al trabajo, Marchena hace el mismo que Albelda: barre, corta y cede al pie amigo. Pero no tiene su espíritu de capitán trueno, el que empuja al equipo en las horas difíciles, el que levanta los ánimos cuando se tuerce el rumbo. Quizás no esté ahí la clave, sino en cómo enfrentan Ayala y Albiol a Crespo e Ibrahimovic, pareja temible, y en el otro área cómo se pelean Villa y Morientes contra Córdoba y Materazzi. El Inter imparable en el calcio se mirará esta noche en el espejo y verá enfrente a un equipo fiable, sólido, de una pieza, conceptualmente parecido al propio Inter. Al Valencia le basta con plantarse atrás, cortar en la zona de Marchena y cederle el balón a Silva para que la líe. Pero el Inter, gato viejo, saldrá a comerse Mestalla.

Nota: Anoche superamos el primer millón de páginas vistas. Gracias.

Fotos: Reuters - AP.