lunes, marzo 19, 2007

El criterio para las bajas


Cada semana, coincidiendo con los inevitables resultados adversos (e incluso con los positivos), las aficiones de medio mundo se irritan con sus jugadores y lanzan listas repletas de nombres para ser enviados a galeras, desterrados del club de sus amores, verbalmente lapidados. En paralelo se erigen listas de altas idílicas, sin importar excesivamente los perfiles, precios, caracteres o defectos de los deseados, ni siquiera la inviabilidad real de sus fichajes. Este comportamiento está bastante generalizado entre aficionados y, de hecho, no causa ningún mal ni provoca cataclismo alguno aunque llevado al extremo sí puede resultar negativo si esos estados de ánimo se trasladan a las gradas, algo en lo que la prensa deportiva se ha especializado, bien para ser influyente ante el poder, bien como estrategia comercial para incrementar ventas.

No hay medicina para esta epidemia universal, pues forma parte de la esencia humana despreciar lo propio y aspirar a lo ajeno. La hierba del vecino siempre parece más verde que la nuestra hasta que la pisamos y entonces comprobamos que está llena de excremento de perro. Eso mismo ocurre con nuestros futbolistas, sean quienes sean los nuestros. Hay directores técnicos de clubes que logran aislarse de esa pasión y renovar contratos o dar bajas y fichar a quienes verdaderamente necesita su equipo. Los hay que no consiguen mantener un criterio firme y coherente, por no hablar de quien se mueve por intereses de otro tipo.

“Cuando quede claro a qué se quiere jugar, entonces se puede hablar de nombres”, decía Joan Golobart la semana pasada en este blog. Establecía una norma fiable para las altas. No hablaba de prestigio mediático, popularidad, precio o carisma: “Según a lo que juegues, unos jugadores te sirven o no”. Ese es un buen criterio. Simple, pero eficaz. Tener claro tu estilo de juego y fichar sólo aquello que necesitas y te garantice una buena adaptación a tu colectivo. No hacerlo así es perder tiempo y dinero.

Y si hablamos de bajas podemos señalar también un criterio: no debes desprenderte de jugadores que no querrías tener enfrente en el próximo partido decisivo. El día que el Barça juega contra el Chelsea, ¿prefieren los barcelonistas que Eto’o juegue en el equipo de Mourinho? El día que el Sevilla juega contra el Barça, ¿quieren los sevillistas que Dani Alves esté enfrente? No es el único criterio a tener en cuenta, por supuesto, pues una oferta millonaria puede hacer cambiar de opinión, como también tener un sustituto de talla (Dani Alves supliendo a Sergio Ramos en el Sevilla, por ejemplo) o considerar la conflictividad de un determinado jugador u otras circunstancias. Pero es un criterio transversal. En un Milan-Madrid, ¿prefiere el aficionado madridista que Robinho juegue del lado de Ronaldo? Es un criterio bastante útil para desatascar las discusiones. Probadlo.

Cuatro de Palermo


La semana pasada le hizo tres a Estudiantes y anoche incrementó su botín: cuatro tantos a Gimnasia de La Plata (5-1). Martín Palermo ha recuperado su olfato goleador, pues aprovecha cualquier melón que le cae cerca para ajusticiar al rival. Primer triunfo de Boca en casa en el presente Clausura. La máquina vuelve a carburar.

Fotos: EFE - AP - Olé.com.