1.- Desde lo físico, desde lo
táctico y desde lo emocional. Partido perfecto del Real Madrid ante un rival
que promete, pero no cuaja (mantequilla en la defensa). Exquisitez futbolística de un conjunto cada vez más
engrasado y soberbio. Tsunami blanco. Marea negra.
2.- Ya no es una tendencia:
el 4-2-4 está establecido a fuego. Seis hombres detrás del
balón y 4 descolgados arriba. Pequeña fragilidad cuando el rival llega en
velocidad, pero a cambio fortaleza máxima en la transición defensa-ataque.
3.- El Madrid maneja 3 tipos
distintos de salida de balón: 1) La principal es la “lavolpiana”: salida de 3,
con Xabi Alonso entre los centrales; 2) La alternativa por izquierda, con
Marcelo como intérprete; y 3) La “por si acaso”, horizontal hacia Arbeloa,
pausada y sin prisa.
4.- Salida “lavolpiana” > Xabi
se incrusta entre centrales y ordena el juego. En corto o en largo. Filtra para
los interiores (Kaká y Di María) o para que Higuaín baje y descargue o para Khedira,
la “muleta” en la que se apoya el donostiarra. En largo, ya sabemos: Alonso, el
Quarterback. Si le frenan a él, Pepe se ocupa de la diagonal larga.
5.- Salida por izquierda > Marcelo es un puñal en fase ofensiva. Posiblemente, el lateral zurdo más
profundo del planeta. Agujeros defensivos al margen, sabe salir en conducción,
asociarse entre líneas, penetrar hasta el fondo o irse hacia dentro. En cuanto
la salida original queda tapada, Xabi y Marcelo activan la alternativa y el balón
fluye.
6.- Salida “por si acaso” > Si
las dos anteriores resultan inviables, Arbeloa es la solución. Manejo en corto
y desplazamiento hacia derechas. Arbeloa no es Marcelo: ni atacando, ni
defendiendo. Es rigor atrás y sobriedad delante. Pero sabe profundizar y
desdoblarse y con eso basta para poner el balón en tres cuartos.
7.- La defensa del Madrid es
espléndida. Esta defensa, no otra. Muy adelantada, con dos centrales rapidísimos,
laterales abiertos y cada cual donde mejor rinde: Ramos de central, Arbeloa en
banda derecha. El interrogante consiste en saber si Mourinho les
colocará de modo tan espléndido en partidos de mayor trascendencia.
8.- Con 6 por detrás del
cuero y 4 arriba, el equipo se parte en ocasiones, pero Mourinho les ha
trabajado muy bien y consigue un rendimiento excepcional. Los cuatro de arriba
se mueven de maravilla: no presionan de modo rabioso, sino ocupando los
espacios, con inteligencia. Esa ocupación espacial permite que los cuartos
traseros se adelanten con solvencia y, por momentos, sólo quede atrás un triángulo
formidable: Alonso, Pepe y Ramos. El 4-2-4 pasa a 3-3-1-3.
9.- La ocupación espacial es
formidable. No le hace falta “morder” para robar balones. Le basta con moverse
en los espacios de relevancia: estar donde hace falta. Estar para robar; ocupar
para construir.
10.- Goles de lujo. La
asistencia maravillosa de Di María en el primero y la resistencia de Higuaín
por no caer en fuera de juego; el centro milimétrico de Di María en el segundo;
el engaño de Kaká en el tercero, “aclarando” el espacio para Cristiano; el
taconazo “cruyffiano” de CR en el cuarto, estrepitoso en su patada de kárate…
Goles de orfebrería.
11.- Me parece superfluo el debate
Benzema-Higuaín. Idóneos ambos. Pueden jugar juntos o por separado. El
entrenador les utiliza en función del estilo del rival u otras variables. Me
parece de más enjundia el Özil-Kaká. El alemán ha disminuido su presencia por
el intento de recuperar al brasileño, todavía un guadiana en el campo.
Personalmente, me quedo con Özil.
y 12.- Segundo tiempo sin lecciones.
Paso adelante del Málaga, que recupera el balón y ahí es otro, pero con ese 0-4
al descanso, conclusiones nulas aunque ha fabricado ocasiones a porrillo. En modo ahorro de energía, el Madrid se ha vulgarizado, pero ahí estaba Casillas,
como siempre.
- Málaga-Real Madrid. (Liga, 9ª jornada). 22-Octubre-2011. La Rosaleda. 0-4 (Higuaín, Cristiano, Cristiano, Cristiano)