1.- La idea de que el balón
en el centro del campo sólo es un estorbo ya se ha instalado por completo en el
Real Madrid, que lo rehuye en esa zona. Esta idea no surge por casualidad, sino
por convencimiento. Mourinho la empleó, en distintos grados, en Chelsea e Inter.
Este Madrid es hoy un híbrido de ambos.
2.- El equipo domina dos
facetas muy importantes: el juego en largo desde las zonas traseras y el juego
de asociación en zonas delanteras. Así se organiza el Madrid, que renuncia al
balón en las zonas intermedias y lo quiere en las áreas. En la primera faceta,
Xabi Alonso es clave. En la segunda, la movilidad del 9, sea quien sea quien
viste esa camiseta. La renuncia al balón en el centro del campo para esperar un lanzamiento largo y detonar los cañones de delante exige, sin embargo, presionar y robar más, asignatura todavía pendiente en este equipo.
3.- Xabi Alonso es el Quarterback del Madrid. Para desplegar sus lanzamientos necesita protección a
la espalda y al costado. Si se siente bien protegido, Xabi lanza pases
majestuosos de 40 metros: diagonales quirúrgicas, pases al pie en la
lontananza, balones enviados con paloma mensajera. Es el Quarterback imprescindible
del juego largo. Su posición entre centrales en la salida de balón ('salida
lavolpiana') facilita esos lanzamientos. Si no puede hacerlo Xabi, su relevo
natural es Pepe, que también domina la diagonal. Si ambos están marcados, la
salida se adelanta unos metros y la interpreta Marcelo por izquierda.
4.- En zonas ofensivas, el
Madrid cambia de chip y practica un juego que no realiza en el resto del campo:
toca, se asocia o desdobla, tira desmarques… Un magnífico estilo asociativo que sólo
aparece en el borde del área, como si resultara inviable practicarlo en el
resto del estadio. Allí, Higuaín o Benzema son esenciales. El argentino porque
se ofrece y aporta sentido a todos sus movimientos. El francés, porque su
movilidad desordena al rival.
5.- Cuando el rival deja
espacios, Kaká regresa para ser el enganche que fue. Consigue ser la pieza
intermedia que le da consistencia a un equipo voluntariamente distanciado. Más
allá del maravilloso gesto técnico de su remate, el gol que ha logrado lo
define: espacio libre, llegada en cuatro zancadas, control y pase a la red.
Habrá que verle en los días de ahogo y ausencia de espacios.
6.- Por el contrario, Özil
vive en la incomodidad de quien creció enganchado a un balón. Si el equipo prefiere
vivir sin el cuero salvo en las zonas calientes, el alemán se difumina. Özil es
un pie de lujo a un balón pegado. Sin cuero, ese pie está huérfano. En dicho rol,
Di María es más capaz de generar acciones de provecho.
7.- Arbeloa es el rigor
táctico por encima de sus limitaciones técnicas. Como lateral diestro, siempre
cumple las instrucciones. Sergio Ramos explota su potencial físico como
central, donde deja menos agujeros que en la banda, aunque sigue comiéndose
movimientos como el que ha propiciado un mal remate de Rubén Castro. En
izquierda, Marcelo es la historia de siempre: si se le aprieta, como hizo
Vadillo, sufre. Si se le libera, hace sufrir.
8.- El foco queda fijo en
Higuaín, un pistolero de alta gama, de nuevo triplicando sus goles. Sus
recientes éxitos contienen algo de justicia poética tras lo sufrido: primero,
por incomprensión; más tarde, por lesión. Este retorno époustouflante recupera
al delantero certero, preciso y eficaz. Al pistolero que sobrevive a todos los
duelos. Al cowboy sin miedo.
y 9.- Un pistolero arriba, un Quarterback abajo.
- Real Madrid-Real Betis (Liga, 8ª jornada). 15-Octubre-2011. Santiago Bernabéu. 4-1 (Higuaín, Kaká, Molina, Higuaín, Higuaín)