martes, octubre 04, 2011

La epidemia del bíceps femoral

El Barça padece un promedio de 21 lesiones musculares por temporada, según los datos obtenidos desde 2005. En este período de estudio, la cifra mas elevada de lesiones fue de 26 en el curso 2007-2008 y la menor, de 16 en 2006-2007. Las cifras de las tres temporadas con Guardiola al frente del equipo son 19, 24 y 18, siempre referidas exclusivamente a lesiones musculares, lo que arroja un promedio también próximo a las 21 incidencias anuales. A lo largo de las seis temporadas completas, los protocolos de entrenamiento, recuperación, prevención y rehabilitación no se han modificado de manera significativa. En los tres cursos de Guardiola como técnico, los entrenamientos de campo, los de musculación, los calentamientos, la tipología de ejercicios y el tratamiento de prevención y fisioterapia no han sufrido la menor variación, entre otras razones porque las personas que dirigen el proceso son las mismas y han decidido no modificar ninguno de sus protocolos.

El equipo padece ahora una epidemia de lesiones en el bíceps femoral; en concreto, seis lesiones en el mismo paquete muscular: tres de ellas leves (Afellay, Adriano y Abidal), dos moderadas (Iniesta y Cesc) y una grave (Alexis). Si consideramos que el 30% de las lesiones musculares de un año se producen en los músculos isquiotibiales (de los que el bíceps femoral forma parte), observamos que casi se ha cubierto el cupo estadístico anual. Sin embargo, no existe una razón especial ni preponderante que justifique dicha epidemia. No ha habido ninguna modificación sustancial de un año a otro: ni siquiera, en el menor de los ejercicios. La preparación contiene las mismas virtudes o defectos que en años anteriores. La pretemporada fue tan compleja como en esas otras temporadas y los entrenamientos no han cambiado, pero hace un año la plaga se centró en los abductores, donde hubo seis roturas y una contractura.

Aunque, periodísticamente, el asunto es muy goloso, desde un punto de vista del entrenamiento no existe razón que fundamente tal número de incidentes, salvo una desafortunada casualidad. Las seis roturas de abductores del curso pasado tampoco obedecieron a ninguna causa relevante: simplemente, ocurrieron. Las cuatro roturas de ligamento cruzado del curso 2004-2005 (Gabri, Larsson, Edmilson, Motta) no tuvieron causa común, pese a la maledicencia de que obedecían al uso de una máquina vibratoria (dos de los lesionados jamás la usaron). ¿Y qué decir de las 17 roturas de ligamento cruzado sufridas entre el 28 de julio y el 30 de noviembre de 2006 en la Liga española? Aquella epidemia asombró al mundo, pero no tuvo ninguna causa común: fue una casualidad desgraciada. Como la del bíceps femoral. Es una explicación tan simple como cierta.