
A una buena parte de aficionados les encanta elogiar lo que denominan picaresca… siempre que beneficie a su equipo. Cuando les perjudica, a la picaresca le llaman trampa o robo. Sucede con el fingimiento de lesiones, los piscinazos en el área, el engaño al árbitro, la burla al reglamento, la protesta ventajista y con tantas y tantas acciones como se multiplican en los campos, casi siempre buscando mediante un atajo lo que no se consigue jugando al fútbol. Este es un deporte en que hay muy poca deportividad, probablemente porque a muy poca gente le importan los medios a emplear con tal de conseguir los fines propuestos.

Pareja de hierro

Buen partido de Emerson y Diarra en el Bernabéu. Suena casi extraño decirlo, pero así ha sido aunque el Madrid continúe siendo la misma foto fija: escasa creación de juego, pegada descomunal. Siempre el salvavidas de Casillas, el buen galope ofensivo de Sergio Ramos, el oportuno rebote de Robinho y la precisión en el área pequeña. Es poco, muy poco, pero es la medida del campeonato: si el peor Madrid del siglo según todos los madridistas (todos salvo Calderón, Capello y algunos jugadores) está en el grupo de cabeza tendremos que reconocer que el rendimiento de los teóricamente superiores es paupérrimo. Y lo es. El del Barça lo ha sido toda la temporada. El del Sevilla lleva algunas semanas despeñándose.

Palabras de plomo

En la reacción de un deportista tras una derrota están muchas de las claves de su futuro. Nadie sale de una derrota sin sentir dolor, aunque la intensidad del mismo varíe mucho de un deportista a otro. Pero lo trascendente no es el dolor, sino la capacidad de autocrítica, la voluntad de corregir el tiro en la próxima ocasión. Por esa razón he leído con mucho interés las declaraciones del vestuario barcelonista tras la décima derrota de la temporada, por si expresaban algún atisbo de reacción. Entresaco cuatro que me parecen relevantes.

Ronaldinho, el futbolista que esta temporada ha participado en apenas uno de cada tres entrenamientos del equipo, es capaz de afirmar esto: "Siempre hay que buscar trabajar más, ahora tenemos una semana para hacerlo". La pasada semana batió su propio récord, con sólo dos entrenamientos en siete días.
Xavi, el hombre que tiene un metrónomo en su cabeza, el cerebro que debe marcar las estrategias sobre el campo, suelta esta perla: "Cada vez es más difícil porque la gente sabe cómo jugamos".

Fotos: Marca - Real Madrid.com - AFP.