De pronto, a cuatro minutos del final del penúltimo partido, Alje Schut, 26 años, lateral zurdo gigantón, habitualmente suplente del Utrecht, apenas seis partidos jugados esta temporada, le ha birlado, con un cabezazo picado que se ha comido Gomes, la liga holandesa al PSV Eindhoven, campeón virtual hace un par de meses y ahora relegado a la tercera posición. El empate final (1-1), con un PSV corroído por los nervios en el último cuarto de hora, rompe las penúltimas ilusiones de Koeman para que su equipo repitiera título, pues a falta de una jornada ya no depende de sí mismo sino de lo que hagan quienes le preceden en la tabla. Ahora mismo hay un triple empate a 72 puntos, pero el título se decide por mayor diferencia de goles y en eso la ventaja es para el AZ Alkmaar de Van Gaal (+ 53) y el Ajax de Ten Cate (+ 47) por delante del PSV (+ 46).
El gol de Schut (igualando el logrado por Afellay apenas empezado el partido) prácticamente ha sentenciado el campeonato, dado que los enfrentamientos de sus rivales en la última jornada, pese a ser fuera de casa, no entrañan excesivas dificultades, con lo que podemos vivir la próxima semana una de las grandes sorpresas del fútbol europeo: que Van Gaal vuelva a ser campeón de la Eredivisie, al mando esta vez de un equipo pequeño (pero de vocación rotundamente ofensiva) como es el AZ. Al mismo tiempo, la cabeza de Koeman corre verdadero peligro.
Otro tropiezo verdaderamente grave ha sido el de Mourinho en Newcastle (0-0), desaprovechando la ventaja que ayer entregó el Manchester. El Chelsea no ha sido muy distinto del que ha ganado sus últimos nueve encuentros de Premier, varios de ellos en el último suspiro, pero esta vez no ha encontrado el camino del gol milagroso. La última vez que perdió en la liga inglesa fue el 20 de enero ante el Liverpool en Anfield (2-0), justamente su próximo rival el miércoles. El desastre frente al Newcastle, desastre porque desperdicia la ocasión de amedrentar al ManU, deja además la secuela de la lesión de Ballack, a estas horas aún no concretada, pero que podría hacerle perderse las semifinales de Champions.
Un plantillazo infame de Bramble, ni siquiera sancionado en falta, ha dejado malherido al jugador alemán, lo que presenta un panorama preocupante para Mourinho: sancionado Essien, lesionados Carvalho y Robben, tocados Ballack y Shevchenko. Mal asunto para recibir al Liverpool de Benítez. El técnico portugués no ha mencionado esta circunstancia tras el empate en St. James y se ha cebado en los arbitrajes, afirmando que hay dos varas de medir: la de no señalar nunca penalties contra el ManU y la de no señalar nunca penalties a favor del Chelsea, pero lo cierto es que ha dejado escapar la oportunidad y se mantiene a tres puntos de Ferguson, quien ha recibido ya la confirmación de que Rio Ferdinand se pierde por lesión toda la semifinal contra el Milan, donde Dida continúa siendo duda pero se recuperan Maldini, Inzaghi y Serginho.
En Siena, el Inter no ha fallado (1-2) y conquista su decimoquinto scudetto, el primero que celebra en el campo desde 1989, gracias a la triste derrota de la Roma contra el Atalanta (2-1). Materazzi ha conseguido los dos tantos interistas (el segundo en penalti repetido) y su equipo iguala uno de los grandes récords del calcio: proclamarse campeón a cinco jornadas del final, como el Torino en 1948 y la Fiorentina en 1956. Y aún puede sumar 99 puntos.
Más: El Celtic conquista su segundo título consecutivo, el quinto en siete años, tras ganar (2-1) al Kilmarnock gracias a un gol en el último segundo de Nakamura. El Valladolid ya es nuevo equipo de Primera, tras ganar (0-2) en Tenerife, sólo tres derrotas en 34 partidos, balance estratosférico. El Sevilla ha vapuleado (4-1) a un pobre Athletic, con goles de Kerzhakov, Puerta, Chevantón y Luis Fabiano y otro partidazo de Poulsen.
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