jueves, abril 06, 2006
A Milán, a correr hasta agotarles
Lo mejor que se puede hacer con la eliminatoria Barça-Benfica es olvidarla pronto. El Milan está ahí y es lo que importa, más allá de las ocasiones malgastadas en Lisboa y la ansiedad de la vuelta en el Camp Nou. En los últimos diez días se han analizado prolijamente las causas del bajón en el juego barcelonista: desde ausencias clave en cada línea (Márquez atrás, Edmilson en el centro, Messi delante), hasta la fatiga física, la ausencia de rotaciones esenciales en la Liga o la angustia psicológica que ha atenazado a los rematadores. Son causas ya muy trilladas y evidentes. Dejémoslas ahí, a beneficio de inventario. Pasemos al inmediato objetivo.
Estamos en el momento cumbre de la temporada. ¿Cómo llega a él este equipo? Pues llega con más aspectos positivos que negativos. Entre los negativos, la ausencia por sanción de Deco en el partido de San Siro; la sensación de estrés físico y psíquico que aflora en Ronaldinho, siempre brillante pero ahora un punto por debajo de lo que acostumbra en las grandes citas; la falta de puntería de Van Bommel; la impresión que deja la defensa de sufrir lagunas puntuales en algunos momentos; el exceso de ansiedad que agarrota al equipo estos días y que multiplica los errores; el estado físico general, que parece presentar una fatiga elevada; y también cierto desconcierto táctico de Rijkaard, cuyo libreto parecía fijo y en las últimas semanas nos ha deparado algunos momentos sorprendentes.
Pero reconozcamos que el agotamiento físico que presenta el equipo tiene causas fundadas: ha jugado diez partidos en cuatro semanas y media (del 4 de marzo al 5 de abril), entre ellos la vuelta con el Chelsea, los cuartos con el Benfica y en Liga contra Depor y Madrid. Es decir, un maratón físico y psíquico, agravado por las lesiones, las sanciones y la falta de acierto en Lisboa, suma de factores que provocó un estado de ansiedad alarmante, afortunadamente ya volatilizado.
Aspectos positivos hay bastantes más: Edmilson y Messi ya están recuperados y podrán jugar en Milán; la ventaja de puntos en la Liga debe permitir importantes rotaciones; la ausencia de partido europeo el próximo miércoles permitirá una buena recuperación física y dedicar tiempo a preparar la estrategia contra el Milan; Márquez, Xavi y Motta están cerca también de incorporarse al conjunto; pese a los desajustes, el equipo ha encajado muy pocos goles en las últimas semanas; el estado físico de los defensas es espléndido; Iniesta ha madurado notablemente y será una pieza de recambio importante; y Etoo vuelve a ser 'la bomba', pletórico de garra y presión, rápido y de nuevo preciso.
Añadamos algunas consideraciones de interés sobre el Milan, que tres días antes de enfrentarse al Barça juega el derby milanés contra el Inter, partido siempre bronco y áspero, aunque dudo que Ancellotti presente sus mejores galas, como tampoco lo hará Rijkaard frente al Villareal, que a su vez reservará a sus figuras. La defensa del Milan sufre todos los males que queramos y suma 136 años entre los cuatro que acabaron ante el Olympique (Costacurta, Nesta, Kaladze, Maldini), pero en los últimos ocho partidos sólo ha encajado cuatro goles, mientras sus delanteros han marcado 17. Es cierto que frente al OL hizo un partido muy justito, casi lamentable, pero no lo es menos que el Milan tiene dos caras: la de un ataque fantástico empujado por un centro del campo brillante y también la de una defensa envejecida, fatigada, incapaz de resistir partidos enloquecidos de ida y vuelta.
Falta aún mucho, pero querría ya apuntar hoy el aspecto clave de estas semifinales: el Barça ha de jugar a ritmo veloz y con el fútbol de continuidad que le ha hecho famoso. El Milan querrá cortar el partido con faltas (Gattuso es un maestro en ese aspecto), jugar al 'tran tran', tomar aire y lanzar de vez en cuando los misiles de Kaká, Inzaghi y Shevchenko. El Barça debe oponer a ello su juego continuo, sin pausas, de avalancha constante. Con cinco hombres siempre por detrás del balón (los defensas más Edmilson) como en Stamford, dos volantes que enganchen, defiendan y ataquen (Van Bommel e Iniesta) y tres leones al ataque, pero todo ello a la máxima velocidad, sin respiro, pim pam pum constante hasta agotar a los veteranos defensas milaneses. Ahí estará la clave de alcanzar París.
Vídeos: Los dos goles del Barça ante el Benfica y el empate de una pobre Juve, con Nedved descerebrado, frente al Arsenal (gentileza del eficiente FútbolArte.com).
Fotos: Etoo celebrando y marcando su gol ante el Benfica (EFE); Deco no jugará en San Siro por golpear la cabeza de Moretto (AP); Nesta, el 'jovencito' de la defensa milanesa, frente a Govou (AFP).