Música | Il Barbiere di Siviglia (Cavatina)
# Gioacchino Rossini
(Thomas Allen; Sir Neville Marriner & Academy of St. Martin-in-the-Fields)
Minuto 100 de la prórroga en Sevilla. Calor asfixiante. Piernas pesadas. Empate a nada, como en la ida. 180 minutos de juego y marcador cerrado. Y entonces aparece el genio del pequeño Jesús Navas que enciende la luz: desde el borde del área cruza un balón mágico hacia la otra punta para que Antonio Puerta mande con su empeine izquierdo al Sevilla a la gloria.
Luego, el mismo Schalke que tuvo contra las cuerdas al Milan en San Siro allá por diciembre (tan contra las cuerdas que estuvo a un palmo de eliminarle en la liguilla), el mismo Schalke que marcha cuarto en la Bundesliga ha intentado abrir la puerta del gran Palop, pero por ahí no se entra con facilidad. La prórroga ha sido como todas las prórrogas, dramática, abierta, llena de suspense, con ayes en ambas porterías y final feliz. El Schalke que casi ahorcó al Milan de Ancelotti, se despidió anoche de Europa frente a Juande Ramos, en un partido que vio el destello mágico de Jesús Navas y la zurda dorada de Antonio Puerta, pero que hubo que seguir en alemán...
Y ahora, el Boro
¿Qué se puede hacer si en el minuto 24 del partido de vuelta el equipo rival te ha metido dos goles en tu casa, con ayuda de tu propio portero, y domina el global por 0-3?
Depende. Si eres inglés puedes hacer una cosa: tener fe.
A los 24 minutos, el Middlesbrough perdía 0-2 (Dica y Goian) en casa, lo que sumado al 1-0 de la ida le daba al Steaua de Bucarest un margen rotundo para creerse ya en la final de la UEFA, primer paso para el regreso a la elite europea. Pero delante tenía un equipo inglés. El de los lesionados Mendieta y Zenden. El del eterno Jimmy Floyd Hasselbaink (buen sustituto para Larsson, por cierto). El de Viduka (¿quién es Viduka preguntó hace poco Ronaldo?), Boateng, Quedrue y Rochemback.
A los 26 minutos, Steve McLaren ha retirado al central Southgate y ha metido al extremo italiano Massimo Maccarone. ‘A por ellos', ha dicho la grada del Boro y Maccarone ha marcado el primer gol local ocho minutos después. Tras el descanso, McLaren ha tocado la corneta y el Boro se ha desmelenado. Pim, pam, pum. A la inglesa, pasando por encima de todo y de todos, con los delanteros llenándose de tarjetas, de remates, de golpes. Una y otra vez, en oleadas, se han lanzado a por los rumanos, futbolistas de buen toque y larga zancada. Desde las bandas les han pasado por encima. Primero ha empatado Viduka en el 64’; diez minutos más tarde, Riggott ha adelantado al equipo local; y en el 89’, Maccarone se ha comido al Steaua con patatas. Una gozada de partido, de energía, de fe, de confianza en las propias fuerzas, y eso que los rumanos han podido volver a marcar en el minuto 92.
Gran Boro, maravilloso Antonio Puerta. Por cierto, ya ni recuerdo cuando se jugará el Sevilla-Barça...
Fotos: Antonio Puerta tras su maravilloso zurdazo (EFE); Viduka al conseguir el empate (AP); y Maccarone cabeceando el gol que mete al Boro en la final (Getty).