1.- Partido jugado en quinta
marcha, sin respiro. Acelerado en todos los sentidos, lo que ha propiciado
cierto descontrol, especialmente en las emociones, desbocadas por doquier. En
la sobreexcitación, el Madrid es más fiable que el Valencia, a quien el pálpito
del corazón acostumbra a nublarle las ideas futbolísticas (aunque no el gatillo
a Soldado).
2.- La arrancada del partido
lo confirma: ¿qué propone el equipo local? Tapar a Xabi Alonso con el inédito
Parejo y protegerse atrás. Poco plan para un Valencia al que este año hemos visto
bordar el juego. Que el contrario se tape atrás, algo que el año pasado era antídoto
eficaz, empieza a gustarle a un Madrid más versátil y con alternativas. Si
encadenan a Alonso, el resto conoce otras salidas.
3.- Xabi se retrasa entre los
centrales, a lo Busquets en el Barça, y es Ramos quien saca el balón. Este
simple movimiento de atrasar una pieza y adelantar otra no ha sido leído por el
Valencia, que se ha visto dominado por ahí. Por ahí y por la fuerte presión
arriba de Benzema, Özil y Cristiano, a quienes se ha sumado Khedira.
4.- Choca la posición de
Khedira. Incluso para el propio Madrid, que por momentos parecía preguntarse qué
hacía el alemán en la media punta en fase ofensiva. En el 4-2-3-1, Sami ocupaba
la posición central de la tercera línea, reafirmando que es mejor como escudero
que como llegador.
5.- El gol del Quarterback.
Listo y rápido, sí, pero sobre todo preciso. No han sido cinco metros, sino
cincuenta. Los locales se interrogaban sobre una falta cuando el balón ya
surcaba los aires. Balón al pie de Benzema con texto del remitente: "Hola Karim,
soy el mensajero. Tienes un regalo". Firmado: Quarterback Alonso, Cartero Xabi.
6.- Pas à deux de Benzema.
Otro paso de claqué. Pincha con la derecha el misil que le llega desde 50
metros y, con la elegancia del bailarín, lo certifica de izquierdas. Pim pam,
uno dos, pas à deux. Claqué.
7.- El descanso embota al
Madrid. Por primera vez en la temporada he tenido la sensación de que no reculaba voluntariamente tras el descanso, sino fruto del rival. La presión
arriba ha desaparecido, con Özil y Khedira presos de la falta de oxígeno y
todas las líneas han retrocedido 15 metros. ¿Decisión voluntaria? Más
bien, pienso que atrevimiento valencianista, que se ha ido a por el balón.
8.- Tino Costa ha pensado que
también él podía ser Banega y ha sacado escuadra y cartabón. Los laterales han
olido sangre y se han ido a por Marcelo y Arbeloa. La entrada de Albiol ha sido
un caramelo para los locales, bien organizados ya a partir del cuero. Jordi
Alba y Mathieu han despedazado esa banda y provocado un hecho desconcertante:
que Xabi Alonso se lanzara a perseguir al hombre para intentar tapar la sangría.
9.- Cabezazo de manual de
Sergio Ramos. Marcando los tiempos, levitando sobre las cabezas en un vuelo sin
motor. Matador.
10.- El segundo y el tercer
gol del Madrid te llevan al banquillo del Valencia y al rostro de Guaita. Cuando
un portero yerra, el retrato siempre es cruel. Diego Alves ha sumado dos
retratos seguidos y el aficionado piensa de inmediato en Guaita. Es lógico,
aunque hace siete meses, el retratado en el mismo partido fue precisamente
Guaita. No hay nadie infalible.
y 11.- Real Madrid de momentos.
Implacable cuando llega, pero de acciones puntuales, sin la continuidad
exhibida en partidos anteriores. Para entendernos, un Madrid más del curso
pasado que del actual. Sin el control de los tiempos ni el dominio de la posición
mostrados el último mes.
- Valencia-Real Madrid (Liga, 13ª jornada). 19-Noviembre-2011. Mestalla. 2-3 (Benzema, Ramos, Soldado, Cristiano, Soldado)