A) Tres causas que ayudan a explicar la derrota del Barça en Getafe:
1.- Sin los que viven entre líneas
El principio básico del juego de posición es generar superioridad detrás de cada línea de presión. Para ello son fundamentales los futbolistas que viven entre líneas. Iniesta y Cesc, dos de los mejores en ese rol. Ausentes ambos. Getafe junta a sus hombres dejando poco aire entre líneas. Es decir, hay poco espacio y no están los que dan oxígeno. La combinación deviene en asfixia.
2.- Sin utilizar las bandas
Mover por dentro para abrir fuera, desordenar y concluir por el pasillo interior. Este era el movimiento habitual. El Milan lo cercenó regalando las bandas y cerrando pasillos con sus interiores. Granada le imitó. A la tercera, el Mallorca copió antídoto y Pep replicó aprovechándolas con Cuenca y Adriano. Getafe aplica el mismo método y, en esta ocasión, a Guardiola le cuesta verlo o corregirlo. La solución no es abrir para centrar y que cabecee un interior de 1,70 sino abrir para sentenciar por dentro. En días espesos, la cuesta se empina.
3.- Con la mente embotada
Tres años y medio compitiendo al máximo cada tres días. No son las piernas las que pesan, sino la mente. El desgaste de la élite. Djokovic dijo ayer: “Me siento saturado”. Su temporada ha sido gloriosa, pero infernal. Las últimas tres del Barça han sido un lujo, pero también un infierno. La mente se embota y esa es la causa de que cueste arrancar en situaciones complejas. El porqué de la baja intensidad inicial en Getafe.
Y el Getafe, no lo olvidemos. Inteligente en su plan: presionando sin perseguir ni desordenarse. Entorpecer, a la espera de una oportunidad. Se dio. La aprovecharon.
B) No son causas de la derrota:
1.- La condición física
Las piernas funcionan. En el minuto 93, bajo el diluvio de San Mamés o en el frío de Getafe, el Barça galopa sin dudarlo. Termina los partidos en el área pequeña del rival, sin escatimar energías. La condición física está en su punto.
2.- La complacencia
El Barça de Rijkaard se desvaneció entre volutas de autocomplacencia. El de Guardiola mantiene la ambición y el hambre. El técnico jamás bajará los brazos ni permitirá que el equipo se duerma. Se equivocará, pero no se dormirá. Tampoco sus capitanes: Puyol, Xavi, Iniesta y Valdés. Por ahí no hay peligro.
3.- El estilo de juego
Los errores no están en el estilo de juego, sino en su aplicación. Basta un grado inferior de intensidad o una menor implicación en los movimientos sin balón para que la maquinaria parezca imperfecta. Guardiola no se cuestionará el estilo. Buscará corregir los errores y, quizás, sustituir alguna pieza del engranaje.No hay más. No habrá más.