domingo, septiembre 03, 2006

¿Por qué unos tanto y otros tan poco?


En los últimos 25 años, la selección española de baloncesto ha logrado el oro mundial de ayer, la plata olímpica de 1984 y cuatro platas y dos bronces en los trece campeonatos de Europa celebrados además de seis cuartos puestos, lo que significa haber luchado también por las medallas. Es decir, 14 finales (por el oro o por el bronce) disputadas en 25 años. En esos mismos 25 años han desfilado seleccionadores de características radicalmente distintas y jugadores de todos los niveles. En este tiempo, ha habido sonoros fracasos (el ‘angolazo’ de los Juegos de Barcelona, la ausencia en Atlanta’96, los décimos puestos en el Mundial de Argentina y Canadá...) y muchas oscilaciones, cambios de rumbo, períodos de despiste, pero los propios de todo equipo, no más que en cualquier otro país. En contrapartida, la selección ha dado grandes alegrías, la mayor de las cuales ha sido el estrepitoso triunfo de ayer en Japón.

¿Por qué el básket sí y el fútbol no? Y señalo el baloncesto como simple ejemplo, por no irnos al balonmano o el waterpolo, auténticos líderes mundiales. No tengo una respuesta clara. Pero los argumentos que acostumbramos a señalar como responsables del triste peregrinaje de la selección de fútbol también podrían aplicarse a las de baloncesto, e incluso algunos en mayor medida, sin que por ello se resientan los rendimientos del equipo.

¿Extranjeros en la liga? En términos porcentuales, en baloncesto hay más. ¿Poca estabilidad del seleccionador? En básket ha habido cinco distintos en los últimos seis años. ¿Demasiado dinero para los jugadores? No podemos decir que los jugadores que ayer conquistaron el título se mueran de hambre. La NBA y algunos sponsors españoles aportan enormes cantidades de dinero a los jugadores. ¿Exceso de partidos? Los de baloncesto disputan muchos más encuentros y más seguidos. Pregúntenle a Pau Gasol lo que lleva acumulado en las piernas. ¿Experiencia competitiva en el alto nivel? Resulta difícil afirmar que el país con más futbolistas finalistas de la Champions en el último quinquenio adolece de experiencia competitiva. O atribuirle gran experiencia a un chaval como Marc Gasol, casi inédito en su club, gigantesco en el Mundial. ¿Presión mediática y del entorno? Si algo ha sufrido esta selección campeona ha sido precisamente presión desde el primer día, en que ya fue bautizada como la ÑBA. El baloncesto ha recibido las mismas portadas perentorias y exigentes que el fútbol.

Sin duda hay más factores, que dejo para el debate aunque no quiero obviar un asunto indiscutible: los futbolistas apenas se dedican a su profesión un par de horas diarias, mientras los jugadores de baloncesto andan implicados prácticamente toda la jornada en la preparación de su deporte. Pero esa es una característica casi universal y no exclusivamente española, por lo que no puede anotarse como causa de este enorme diferencial que existe entre una y otra selección. ¿Se reduce todo a una ‘generación de oro’? Es posible, pero hablo de los últimos 25 años y no sólo de estos últimos cinco. Además, esa justificación no casaría con otra realidad: el palmarés de ambas selecciones sí es muy parecido (y muy brillante) si nos referimos a las categorías inferiores. Sólo cuando se da el salto a la absoluta se disparan las diferencias. Así que tendremos que seguir buscando el porqué de tanto éxito, en paralelo al porqué de tanto fracaso.

P. D. 1: En una ironía del destino, el alemán Becker (Benjamin, no Boris) ha certificado la retirada del ya legendario André Agassi.

Referencias
- Un palmarés brillante

Fotos: EFE - AP.