martes, septiembre 19, 2006

En busca del equilibrio imposible

Música | 50 Cents Woman
Sixty Nine Million Inches



En ocasiones, el ‘glamour’ de las grandes estrellas o la pasión de los sistemas complejos nos hace olvidar una verdad muy sencilla que recorre el fútbol: el éxito reside en el equilibrio. Equilibrio entre club y equipo; entre plantilla y titulares; en el vestuario y en el césped; entre peloteros y guerreros; entre ataque y defensa. Y, sobre todo, equilibrio en el centro del campo. A veces un equipo desequilibrado alcanza el triunfo, pero casi nunca el éxito y la consagración. Pero precisamente porque esa es la piedra filosofal resulta tan alambicado conquistar el equilibrio perfecto. En realidad, toda la vida del fútbol es una simple búsqueda del equilibrio imposible.


Así, cuando el Madrid disfrutaba del talento de Zidane echaba en falta el sudor de Makelele. Y ahora que posee a dos guerreros del mediocentro no tiene quien mueva el equipo. Rijkaard creyó que le bastaba con Xavi, pero sólo cuando acertó a contratar a Davids el Barça se acercó al equilibrio. Aquel Barça se agrietaba a la menor ocasión cuando pretendía que Xavi asumiera todos los roles del centro del campo: barrer, cortar, conducir, pensar y pasar. Edgard Davids fue el 'barrendero' que Rijkaard puso a la izquierda de Xavi y el equipo se transformó en un metrónomo. Uno cortaba y el otro pensaba.

Como hacen Pirlo y Gattuso en el Milan, aunque escorados hacia la otra banda. Pirlo distribuye desde la pausa y el control y Gattuso está a su lado para lo que haga falta. Añadamos que, como Deco en el Barça, Seedorf le aporta al Milan el imprescindible papel de hombre de transición entre defensa y ataque. Y, como diferencia, señalemos la posición algo más adelantada de Ronaldinho con respecto a la de Kaká, que cierra un rombo irregular. Varía el esquema táctico (4-3-3 en vez de 4-4-2), pero no cambia la idea: uno barre, otro piensa y un tercero enlaza. Equilibrio en la franja clave.

Hay otras vías para obtener el equilibrio. El Arsenal emplea otra bien distinta: la acumulación de perfiles similares en un centro del campo muy nutrido. Su mejor sistema (el que le llevó a la final de la Champions) es el 4-5-1, con Henry solitario en punta. De los cinco hombres del medio, sólo uno es diferente: Gilberto Silva, 'barrendero' de profesión. Los otros cuatro parecen clónicos si nos atenemos a las funciones que les encarga Wenger: estrechar el campo y robar balones como condenados cuando se defiende; abrir el campo y contragolpear frenéticamente cuando se ataca. Cesc, Hleb, Rosicky y Ljungberg interpretan una auténtica sinfonía de acordeón. Presión, corte, robo, aceleración y ataque. Repetido mil veces hasta que alguien la enchufa. Es otra manera de entender el equilibrio. En este caso, desde la abundancia.

Frente a ejemplos de equilibrio los hay también de centros del campo desequilibrados. El del Chelsea es uno de ellos aunque a estas horas Mourinho debe estar bendiciendo el ataque de nervios de Ballack que le dejará fuera del equipo los próximos tres partidos de liga (Fulham, Aston Villa y Reading), pues eso permitirá el regreso a una alineación más coherente en vez de ese 4-2-2-2 de infame rendimiento. Resulta chocante que un técnico del talento de Mourinho haya provocado ese atolladero (o posiblemente se haya visto obligado a aceptarlo) que supone la acumulación de Essien, Lampard y Ballack en pocos metros cuadrados. Perfiles similares, funciones parecidas, espacio compartido, desequilibrio garantizado. Sin Ballack, Robben cubrirá una banda y el Chelsea ensanchará horizontes para bien del equipo, aunque el alemán estará disponible justo para jugar contra el Barça, lo que sería una buena noticia para Rijkaard.

El Madrid lleva años desequilibrado en esa zona noble por la que han pasado fenómenos como Redondo, Seedorf o Makelele (y Cambiasso). Cuando reinaba, Zidane perdió a su escudero. Y ahora que hay escuderos no se encuentra señor que les dirija. Traspasado Jurado y sin confianza en De la Red, la mejor opción para hallar el equilibrio sería fichar a un pelotero en diciembre. En otras palabras, ahora que el Madrid tiene su Davids (Diarra) le hace falta encontrar un Xavi. No hay muchos en el mercado, es cierto, pero para eso está Mijatovic. O no.

Gráfico: Marta Perarnau. Fotos: Milan.com - Getty - As.