domingo, abril 08, 2007

Cuando el hambre de triunfo tiene rostro


A los ocho minutos de partido una simple imagen se ha erigido en todo un símbolo: los rostros dispares de Zapater y Deco. Alberto Zapater, 21 años, debutó en una Supercopa de España tras haberse proclamado mejor jugador juvenil de Aragón, cuando su rol en el equipo era el de centrocampista claramente ofensivo. En estas dos temporadas y media, Zapater se ha reciclado en mediocentro defensivo y en la imagen que cito su rostro mostraba convicción, energía, hambre de triunfo. Enfrente estaba Anderson Luis de Souza Deco, próximo a la treintena, nacido brasileño, nacionalizado portugués, dos veces ganador de Champions, finalista en la Eurocopa, campeón de la Copa UEFA, tres ligas y tres copas portuguesas, dos ligas y dos supercopas españolas, centrocampista ofensivo que se reconvirtió en luchador para conseguir una polivalencia ejemplar. Y en esa misma imagen, el rostro de Deco aparentaba abulia, fatiga, hartazgo.

Sólo es un símbolo, pero para el Zaragoza significa mucho. Un buen grupito de los jugadores que anoche batieron al Barça galáctico (1-0) todavía no han firmado, parafraseando a Joan Golobart, el contrato de sus vidas. En esa lista están el propio Zapater, el jovencito Piqué (futuro central del ManU), Diogo, Lafita, quizás los hermanos Milito y el ausente Sergio Fernández. Este grupito, en compañía de gente que ya ha dado muchas vueltas a su vida futbolística (César, Celades, Juanfran, Movilla, Aimar), ha metido al Zaragoza, aunque sea provisionalmente, en posiciones de Champions. Es un equipo cuyo presupuesto total de gastos para la temporada completa se eleva a sólo 34 millones de euros, pero que optó por un estilo de juego de éxito difícil.

En la propia elección de Victor Fernández como entrenador, el Zaragoza dio toda una señal: no iba a colocar autobuses en su portería como se acostumbra en nuestro fútbol intermedio, sino que buscaría el juego de ataque, veloz y de pocos toques. Una apuesta muy arriesgada en los tiempos que corren y que se equilibró con buenos defensas y un excelente barrendero. Así, durante la temporada hemos visto momentos de febriles combinaciones entre Aimar y Diego Milito con Sergio García de asistente brillante, contragolpes precisos y rápidos, pero también prestaciones espléndidas de Gabi Milito, Sergio, Diogo o el jovencito Piqué.

Anoche mismo, sin ir más lejos, Diogo secó a Messi y atacó como el mejor; Piqué convirtió a Ronaldinho en el Ronaldinho más intrascendente y estéril de sus cuatro temporadas españolas; Juanfran y D’Alessandro reinaron en la banda izquierda; Aimar se burló de los centrocampistas del Barça y Diego Milito de los defensas. Zapater no hizo nada de todo lo anterior. Zapater se limitó a mantener el ceño fruncido, la concentración extrema y el motor a máxima energía, confirmando que la actitud es tan importante como el talento, de ahí que los maños lleven dos meses completos sin perder en Liga.

Del Barça no hay mucho que decir. Cuando había que hacerlo ya lo escribí. Fuese sobre la planificación del año, sobre la falta de entrenamiento, sobre la indolencia de las estrellas, el desconcierto del entrenador, el (D) ecosistema agotado o las interminables derrotas ante todos los grandes. Sobre el Barça apenas quedan ya cosas por decir.


Taconazo de Gabilondo



A la media hora del Athletic-Valencia, Igor Gabilondo ha fabricado un gol de dibujos animados. El centro suave de Etxeberría lo ha coronado Gabilondo con un taconazo majestuoso, de esos que se youtubearán decenas de miles de veces. Además, puede ser un gol con consecuencias, para bilbaínos y también para valencianistas.

Ronaldo sigue.- Por primera vez en la temporada, el Milan le echa el lazo a la cuarta plaza del calcio, la última que clasifica para la Champions, todavía en manos del Palermo pero ya sólo con un punto de ventaja sobre los de Ancelotti, que han derrotado (3-1) en San Siro al Émpoli en duelo directo por esa posición privilegiada. ¿Quién ha abierto el marcador? Ronaldo redivivo, por supuesto.

Fotos: AFP - AP - EFE - Reuters.