jueves, octubre 28, 2010

Indiba o Tecarterapia: uno de los métodos más efectivos de recuperación de lesiones musculares y tendinosas

Entre los muchos métodos que se emplean en la recuperación de lesiones musculares o tendinosas hay tres relativamente novedosos que se emplean cada vez con mayor asiduidad por parte de los servicios médicos y de fisioterapia de las entidades deportivas. Hace unos días explicamos en qué consistían los Factores de Crecimiento con que había sido tratado Xavi Hernández. Para acceder al segundo de ellos, la Tecarterapia o Indiba (o Diatermia), le he pedido a Loles Vives que nos explique en detalle su funcionamiento, así como su propia experiencia. Este método es utilizado habitualmente por varios clubes de fútbol en la recuperación de roturas fibrilares así como por numerosos deportistas italianos (Totti, Rossi...) e incluso Rafa Nadal ha viajado por el mundo con un aparato portátil a cuestas para aplicárselo durante los torneos.


INDIBA o Tecarterapia


¿Operamos? No es necesario.

Muchas lesiones deportivas que hasta hace pocos años no podían curarse sin pasar por el quirófano actualmente pueden solventarse mediante la aplicación de técnicas no invasivas que permiten una más rápida recuperación y, además, evitan someter los tejidos a procesos de cicatrización que no siempre tienen resultados satisfactorios.

El método INDIBA o Tecarterapia es uno de ellos.

Aunque lo inventó un catalán, los pioneros en su utilización fueron los italianos. Francesco Totti y Valentino Rossi fueron los primeros deportistas de élite en beneficiarse de las bondades de esta tecnología, que se basa en producir un incremento térmico (Diatermia o hipertermia) en la zona del cuerpo a tratar, utilizando para ello la circulación de corrientes de alta frecuencia. Se trata de un método no invasivo, además de totalmente indoloro. Podría añadir que incluso resulta placentero.

Está considerado, entre quienes lo aplican, como uno de los tratamientos más rápidos y efectivos tanto en patologías agudas como crónicas, osteoarticulares y musculares.

La producción de calor se consigue mediante una corriente eléctrica de alta frecuencia que pasa entre dos electrodos. Un electrodo se coloca en la piel del paciente o el propio paciente lo agarra con la mano y el otro electrodo (con forma de disco) lo manipula el fisioterapeuta desplazándolo por la zona a tratar.

El calor generado en el interior provoca una revascularización y mayor riego sanguíneo en la zona dañada, lo que conlleva una mejor oxigenación de los tejidos, se favorece la eliminación de toxinas y sustancias nociceptivas (las causantes de que haya dolor) y se produce un mejor aporte de nutrientes. Con ello se consigue una acción antinflamatoria, una más rápida recuperación de los tejidos y una mejoría de sus funciones.

Todo ello se produce sin proyección de energía radiante desde el exterior. La tecarterapia actúa desde el interior, transformando energía fría de alta frecuencia en temperatura interna. A diferencia de otros tratamientos, la temperatura es generada por el propio tejido.

Se utiliza para tratar múltiples lesiones: roturas fibrilares, contracturas, tendinopatías de toda índole, fascitis, fibrosis, pubalgias, degeración de tejidos, etc.

Su uso, sin embargo, no se limita únicamente al tratamiento de lesiones.  Se utiliza también como terapia recuperadora post- esfuerzo. Sobre todo para reparar los microtraumatismos que se producen durante los entrenamientos o competiciones. Algunos deportistas incluso lo usan antes de la competición, como un calentamiento, con el fin de que todo el tejido muscular, ligamentoso y tendinoso esté bien vascularizado para el esfuerzo.

Se empezó aplicando únicamente como método terapéutico, pero actualmente su uso se está extendiendo muy rápidamente en el mundo de la estética. Digamos que es el tratamiento estético de moda, otorgándole propiedades rejuvenecedoras que en algunas campañas de marketing resultan excesivamente espectaculares (elimina arrugas, efecto lifting, reafirmante, iluminador…).


ALGUNOS DATOS TÉCNICOS

Tecarterapia: Radiofrecuencia de 448 KHz (kiloherzios). Es una tecnología patentada. El nombre de TECAR viene precisamente de Transferencia Eléctrica Capacitiva y Resistiva (T.E.C.A.R.). También es conocido como Diatermia o Hipertermia.

Puede tener dos tipos de aplicaciones:

-        Capacitiva: actúa específicamente sobre los tejidos blandos (músculo, sistema vascular/ linfático)
-        Resistiva: indicada para los tejidos de mayor resistencia (hueso, cartílago, tendón, aponeurosis).

Las corrientes de desplazamiento producen tres efectos distintos:

1.- Incremento de la microcirculación

2.- Vasodilatación

3.- Incremento de la temperatura interna

Hay equipos móviles que usan los deportistas en sus desplazamientos

TOTTI, ROSSI Y NADAL

En el 2006 se supo que Valentino Rossi lo usaba desde hacía varios años. El piloto italiano atribuye a la Tecarterapia (nombre por que es conocido en Italia) muchas de sus rápidas recuperaciones de fracturas y diversas lesiones.

Muchos de los servicios médicos de los equipos del Calcio (Inter, Juventus, Fiorentina...), cuentan con aparatos de tecarterapia, siendo  Francesco Totti uno de los primeros en usar el método con el fin de recuperarse de una fractura en peroné izquierdo junto con una lesión de ligamentos en el pie izquierdo a un mes vista del Mundial de Alemania 2006, lesión de la que se recuperó a tiempo para la cita mundialista.

También lo ha usado el equipo Ferrari y Rafa Nadal viaja con una máquina de tecarterapia a cuestas, al igual que el ruso Nikolai Davydenko y otros muchos jugadores/as de la ATP.


SU INVENTOR

Su inventor, José Calbet Benach, tiene actualmente 76 años. Calbet inventó también el electrobisturí, entre otros instrumentos. De hecho el nombre de INDIBA obedece al nombre de la sociedad que se dedicaba a la investigación y desarrollo de equipos con aplicaciones sanitarias. Por este motivo, la sociedad obtuvo varios galardones internacionales.


MI EXPERIENCIA

Mi experiencia con el Indiba se remonta a la primavera del 2008. Una fascitis plantar aguda, unida a una inflamación del tejido adiposo en el talón, me tenía totalmente incapacitada para la práctica del atletismo. Llevaba seis meses con la dolencia y sufría un dolor intensísimo, invalidante.

Lo había probado todo: ciriax, un sinfín de sesiones de ultrasonidos y láser, masajes con pelota de golf, de tenis, con botella de anís, con pinchos, estiramientos, ejercicios de todo tipo…

Viajé también hasta Barcelona para que me hicieran un estudio de la pisada. Me pusieron plantillas nuevas, aunque el médico especialista me advirtió que debido a la estructura de mis pies seguramente no podría correr velocidad nunca más. Le mandé al cuerno y me puse a navegar por internet buscando tratamientos a la desesperada. Encontré el Indiba y llamé a un centro de fisioterapia de Madrid.

Me hicieron 5 sesiones a 50 euros la sesión. Las tres primeras con diez días de separación y las otras dos, una al mes. Sara, la fisioterapeuta que me trató, desplazaba el electrodo a la vez que me hacía un masaje por toda la fascia plantar. Cada sesión fue de una hora y media de duración. Además del pie me trataba el gemelo, el soleo… toda la cadena muscular implicada y también el pie no lesionado.

Tras la lesión, me recomendaban no ducharme para no enfriar la zona y mantener el calor interno hasta pasadas varias horas.

Desde el primer día encontré mejoría. Y antes de acabar la última lesión, pude de nuevo competir. Me curé… No se si por el Indiba, porque la fisio era un genio masajeando los pies o porque ya me tocaba curarme, pero el hecho es que me curé.