sábado, julio 15, 2006

La operación de Ronaldo


La gestión de los servicios médicos de un club de fútbol no es sencilla. Hay intereses muy fuertes que se contraponen y chocan, aplastando siempre a quien está en medio: los doctores del club. A veces está bien que suceda así, si se me permite el tono jocoso. Lo digo por experiencia personal: cuando yo era atleta, cierto doctor de club de fútbol me diagnosticó la aparición de un quiste seboso en el tobillo y lo trató con las oportunas infiltraciones. Yo le decía que ese bulto aparatoso del tobillo me dolía demasiado como para tratarse de una bola de grasa, aparte de que su tacto era duro como una piedra. Dos semanas más tarde descubrí que se trataba de un trozo del hueso astrágalo, convenientemente fracturado...

Pero anécdotas aparte, los servicios médicos de un club están para sufrir. El club necesita recuperaciones rápidas y eficaces para tener siempre disponible el máximo de jugadores. Pero una recuperación rápida no siempre es lo más adecuado para curar una lesión (casi nunca lo es). Primer conflicto: entrenador-médico. Pero cada día pesa más la voluntad propia del futbolista (lo que es razonable) y también los de su selección (lo que ya no es tan razonable). Segundo conflicto: jugador-médico. Cualquier lesión se transforma en un enredo, con el entrenador apostando por el corto plazo, el médico por curar al paciente (y salvarse de la quema), la selección buscando su interés y el jugador sometido a todo tipo de presiones. No puede sorprender que cada uno de los cuatro casos de ligamentos cruzados rotos en el Barça hace dos temporadas fuese tratado de una forma y por un médico distinto.

Ahora ha llegado la operación de rodilla de Ronaldo y se evidencia todo lo expuesto anteriormente. Brasil ganó el pulso al Madrid, cuyo doctor (Alfonso del Corral) apostó por una recuperación activa sin cirugía, pero ha tenido que asistir impávido a la limpieza de calcificaciones que efectuado por el doctor de la selección brasileña, José Luiz Runco. Del Corral quería controlar personalmente el proceso y supervisar a Ronaldo en Madrid para que Capello dispusiese prontamente de él. El jugador ha optado (como casi siempre) por los criterios de su selección, algo habitual en los futbolistas brasileños. Los aficionados madridistas podrán indignarse, pero es un asunto de difícil arreglo: su club no puede hacer mucho más, ya que resulta inviable imponer una relación contractual por encima de la elección médica del jugador. Ha sucedido ahora y volverá a suceder. En el Madrid y en casi cualquier club.

Referencias
- El Madrid diagnostica reposo
- Pero el jugador decide operarse
- Y se opera

Fotos: AFP - EFE - Real Madrid.com.