martes, julio 18, 2006

El Goleonauta de la Fútbolpista

Música | Following a Red Balloon
# Bart Davenport




Para valorar lo que uno tiene hay que pasar por el trance de perderlo. Sólo desde el dolor valoramos el bienestar. Cuando nos duele una muela es cuando aprecia
mos el placer de vivir sin dolor de muelas. Cuando perdemos lo que tenemos es cuando le otorgamos su auténtico valor. La juventud, el amor, el dinero, la pasión, el pelo... Sólo cuando los hemos perdido comprendemos su verdadera importancia.

Así que cuando uno tiene un goleador nato, un depredador del área, un abrelatas decisivo, capaz de marcar ese primer gol que destroza las murallas más poderosas, más le vale conservarlo entre algodones. Es cierto que Eto’o posee una personalidad desconcertante, irritante. La he denunciado aquí varias veces, quizás la más dura cuando el último partido de la pasada Liga, al solicitarle una disculpa ante Expósito que no llegó a producirse. Pero en mi balanza, gana Eto’o.

Antes de seguir, pido disculpas por el burdo parafraseo del gran Julio Cortázar. Este ‘Goleonauta de la Fútbolpista’ es un remedo pobretón de su genial libro ('Los Autonautas de la Cosmopista'). Pero por esa misma razón él fue el gran Cortázar y yo apenas sostengo este modesto blog.

Sí a Eto’o. Aunque fuesen muchos los millones en el otro lado de la mesa. Digámoslo de otro modo: ¿quién en lugar de Eto’o? ¿qué otro delantero centro es hoy tan decisivo como el camerunés? Hagamos una lista de grandes delanteros, exceptuando al ‘monstruo’ Ronaldo y a Henry por razones obvias: Klose (pichichi del Mundial), Luca Toni, Adriano, Drogba, Crespo, Fred, Gilardino, Inzaghi, Trezeguet, Van Nistelrooy, Iaquinta, Crouch, Owen, Pauleta, Villa, Kuijt... A todos ellos les hemos visto en el Mundial y ninguno ha mostrado mayor capacidad goleadora que Eto’o. Todos son magníficos, pero ninguno le supera globalmente. Añadamos algunos que no han participado: Huntelaar (prometedor, pero aún todo por descubrir), Carew, Forlán, Makaay, Morientes... Sólo un jugador podría compararse a Eto’o por su capacidad rematadora, su hambre de triunfos, su indesmayable voluntad de triunfar, correr y marcar: Wayne Rooney, futbolista descomunal como descomunal es su falta de cerebro.

Por tanto, Eto’o. Comparto con sus detractores la mayoría de críticas sobre su carácter fuera del campo e incluso dentro del mismo. Esas reacciones viscerales desmesuradas, excesivas. Dice una cosa y hace la contraria. Levanta una bandera y él mismo la entierra. Proclama el juego limpio y escupe al contrario, sin reconocerlo ni disculparse. Denuncia a los racistas, pero insulta al rival. Es un hombre desconcertante. Bueno, solidario, humilde, pero también muestra a veces un rostro que rechazamos: prepotente, soberbio, chulesco.

Pese a todo ello, que seguiré criticando y denunciando mientras se repita, Eto’o arroja un balance claramente positivo. Me quedo con él.


Fotos: AFP - Sport - Empics.