Defensas como Barragán, Piqué, Marc Valiente o Crespo garantizan el futuro. Son la ‘generación del 87’, que mañana jugarán las semifinales de la Eurocopa sub-19 en Polonia frente a Austria. Para quienes hayáis visto las victorias de la selección contra Turquía y Escocia o el empate ante Portugal resultará fácil comprender que estamos ante un equipo de porvenir espléndido... si no fuese por las pocas oportunidades de que dispondrá. Ahora es probable que incluso conquiste este nuevo título, que engrosará el gran historial de las selecciones inferiores. Pero dentro de unos días, estos chicos regresarán a sus clubes para no jugar. Luego, cuando sean mayores, dudaremos de su capacidad competitiva, de su talento. Diremos que fueron promesas que no cuajaron, pero ¿qué oportunidades tendrán?
El fútbol español recibe cada día la noticia del fichaje de algún futbolista de medio pelo. Son jugadores sin talento ni futuro, sin nombre ni prestigio, sin nada que aportar, salvo suculentas comisiones a sus agentes y, probablemente, a algunos directivos interesados. Los diarios deportivos van llenos de esos fichajes injustificables. No quiero señalar clubes ni jugadores, pero basta repasar cada temporada la lista de altas para entender lo que digo. Docenas de jugadores ya maduros, fichados por fortunas, que pasarán sin pena ni gloria por nuestro fútbol, sin dejar ni rastro ni memoria. Frente a ellos, centenares de chavales jóvenes nacidos de las mejores canteras no tendrán ni la más miserable oportunidad... salvo que emigren a Inglaterra, donde sí apuestan por ellos. Esta ‘generación del 87’ es excelente. El lateral Barragán, los centrales Piqué, Crespo y Valiente, los mediocentros Gorka Eleustondo, Mario Suárez y Esteban Granero (por no hablar de Javi García), los delanteros Toni Calvo y Juanma Mata. Chicos de alta calidad, con inmensa capacidad agonística. Ahora mismo, de ellos se puede decir que saben jugar y saben competir. Pero salvo Piqué en el Manchester y quizás Barragán en el Depor, el resto no tendrá minutos de juego. Quizás el caso más sangriento será el de Marc Valiente, un central enorme, zurdo pero con buena diestra, frío y calculador, con una gran posición en el campo, pero que no va a poder jugar ni un segundo en el Barça.
No sé lo que hay que hacer con ellos, pero si no se hace nada será otra generación perdida.
Las confidencias de Marta
Disgresión alrededor de mi hija Marta. Se ha hecho tan amiga de todos los árbitros de esta Eurocopa que la confidencia de uno de ellos sirvió para enterarnos que será el sueco Jonas Eriksson quien dirigirá el España-Austria de mañana, lo que será secreto oficial hasta esta misma tarde. A Marta le faltó tiempo para contárselo a sus otros amigos, los jugadores de la selección, e incluso a los enviados especiales de As y Marca, por lo que la Federación Española supo antes que nadie quién será el árbitro de la semifinal. La verdad es que Eriksson es un tipo simpático, que habla incluso un poco de español y se fotografió con Marta antes de hacerle varios regalos.
Loles, campeona de Europa
Segunda digresión familiar del día, pero no quiero obviarla. Loles se proclamó ayer campeona de Europa de salto de longitud en categoría mayores de 45 años, con 5,32 metros, nuevo récord de España. Como entrenador suyo, me he llevado un alegrón porque hemos trabajado duro y parecía que los resultados tardaban en llegar. Por fin.
Fotos: Como hemos vivido una divertida aventura, hoy sólo publico fotos de Marta. Con Gerard Piqué; con Iñaki Sáez; con los árbitros Piccirillo, de blanco (España-Portugal) y Eriksson, de azul (la semifinal de mañana); y con su madre en el podium europeo.
