Voy a mandarle un mail a Áxel Torres, editor del excelente blog Planeta Axel y experto en fútbol internacional que acaba de regresar de Londres, por si él conoce la razón extraña del veloz deterioro del césped de Stamford Bridge, estadio del Chelsea brillantemente rebautizado ayer como “Stamford Beach” por el bloggero Bornna. Desde hace unas cinco semanas, en efecto, este césped antaño alfombra y vergel se ha convertido en un pastizal, un campo de siembra, un terruño marrón donde apenas es posible darle correctamente al balón sin que aparezcan efectos indeseados y botes sorprendentes. Les he buscado una foto reveladora: es Joe Cole frente al Fulham el pasado 26 de diciembre. Stamford era una alfombra maravillosa. Cinco semanas después es un pastizal.
¿Casualidad? ¿Algún abono en mal estado? Todo Londres luce verde y majestuoso. White Hart Lane (Tottenham) aparece refulgente. Highbury Park (Arsenal) es una alfombra. Boleyn Ground (West Ham) está impecable. Por si acaso he mirado también en The Valley (Charlton) y nada, ni un rasguño en el césped. Por último, acudo a Craven Cottage (Fulham), con la esperanza de encontrar barro y agujeros, pero tampoco el sexto estadio londinense de Premier tiene el menor atisbo de falla en su alfombra.
Así que amigos, lo siento, pero el único césped malherido, roto y chamuscado que hay en toda la capital de la Gran Bretaña es el del Chelsea. ¿Coincidencia histórica? ¿Microclima especial que ha provocado el cataclismo en esa parcela concreta? Para asegurarme bien he revisado el clima que ha tenido Londres durante el mes de enero: 10 días de lluvia, o sea el 30% de los días. Excelente para la hierba, ni mucho ni poco. ¿Distinto de otros años quizás? He acudido a enero de 1996: 9 días de lluvia. Enero de 2000: 8 días. Enero de 2005: 12 días. Es decir, exactamente en el promedio. Ni ha llovido más ni menos que cada año. Si a alguien le quedaba alguna duda, Xabi Alonso la despejó anoche en la emisora RAC 1 cuando explicó el patatal con que se topó el Liverpool en su visita a Stamford el domingo.
Dicho todo lo anterior, ¿tendrá alguna importancia la degradación del césped para el enfrentamiento de Champions? Probablemente no será más que otra anécdota en el cúmulo de historias cruzadas entre Mourinho y el Barça, quizás apenas un pequeño detalle mezquino, o de entrenador cuco, sin más importancia. Lo trascendental serán otros muchos factores: la lectura previa de los partidos, la interpretación que hagan los jugadores, los inevitables errores, las estrategias diseñadas, las jugadas a balón parado, los fallos en los marcajes, los deslices arbitrales, en fin, los grandes asuntos más que los pequeños detalles. Esperemos.
P.D. 1: Gracias a Áxel Torres hemos comprobado que hace tres años ya sucedió lo mismo con el césped de Stamford hasta el punto que el Charlton presentó una protesta formal. O sea que Mourinho está libre de sospechas. Debe ser el jardinero del Chelsea, el único al que se le pudre la hierba de todo Londres...
P.D. 2: ¿Hay que cambiar la plantilla? ¿La del Barça? ¿La del Madrid? No. La de este blog, para facilitar la lectura. Si no hay cataclismos, mañana estará lista la nueva.
P.D. 3: Impagable Capello en "La Repubblica". Añora el orden que dejó Franco...
Referencias
- Stamford antes y después
- El clima de enero en Londres
- Los seis estadios de la capital
- Planeta Axel
- Ocurrió lo mismo hace tres años
- Capello añora el "orden que dejó Franco"