Las grandes decepciones son hijas de las grandes expectativas. Crear expectativas exageradas forma parte del ser humano y alcanza sus cotas más sonadas en el deporte, donde la angustia que genera la competición exige del deportista, de su entrenador, del aficionado y de los medios de comunicación una progresión geométrica, una huida permanente hacia delante en busca de más y mejores éxitos. Finalmente, a quien no busca imposibles le tildamos de cobarde y a quien no se enfrenta a gigantes le llamamos pusilánime.
Las expectativas son lógicas, razonables y necesarias. Pero son también la soga en que se ahorca el deportista. La selección española de fútbol muere cada vez ahogada en la misma charca de expectativas exageradas. Mª José Rienda tropieza en la presión inmensa que la agota antes incluso de empezar el slalom. Si el Barça pierde un partido nos unimos todos para considerarles blandos, relajados y soberbios. Si Fernando Alonso no gana todas las carreras del Mundial es que se ha adocenado.
La responsabilidad inicial de esta espiral incesante de expectativas crecientes es del sistema que tenemos montado. En el fondo, el deporte es un negocio de múltiples caras. Todos tratan de vender una mercancía intangible salpicada de emociones. El deportista busca la gloria y su recompensa económica. Su entrenador también. Los medios de comunicación son una industria más, dedicada a empaquetar con brillo y oro las actuaciones de los artistas. La afición paga por la pasión que genera la actuación deportiva, por la emoción que conlleva, por la ilusión colectiva, por la ruptura con las rutinas, por el aroma aspiracional que nos provoca.
En niveles más modestos, deportistas y entrenadores se comportan al revés que en los altos niveles: rebajan las expectativas. Buscan quebrar la presión, relajar al deportista. En la estratosfera planetaria se exageran las expectativas porque es lo que vende. Aunque ello provoque decepciones inmensas. Al fin y al cabo, esa decepción se lava de inmediato con la creación de nuevas expectativas. Y el ciclo vuelve a empezar.
Fotos: Real Madrid (Zidane, Hleb); El Mundo del Siglo XXI (Mª José Rienda); Soccernet (Etoo, Cech, Ferreira).