El fútbol es un deporte de equilibrio. Precisa un portero seguro, una defensa contundente y delanteros con pegada. Pero nada de ello basta si el centro del campo está vacío. Vacío de fuerza o vacío de creatividad. O de ambas cosas. A veces se ganan partidos sin centro del campo, a base de defensas numantinas, pelotazos largos y contragolpes rabiosos. Pero en competiciones de regularidad, el centro del campo se descubre como fundamental.
A su vez, el centro del campo de un equipo no es un ‘corpus’ homogéneo, sino variado y multidisciplinar. Ahora mismo, los grandes equipos mundiales han optado por juntar como mínimo a un mediocentro defensivo con dos centrocampistas creativos. Tratan de balancear la actitud creativa y de combinación con la presión defensiva y de anulación de los ataques rivales. Dos de ellos enlazan, combinan, pasan, rotan y mueven el balón en busca del pase decisivo a sus delanteros, mientras el otro (en algunos equipos, son dos) guarda las espaldas, frena los contragolpes, levanta un muro antes de su defensa.
El Madrid perdió primero al gran Fernando Redondo y más tarde a Makelele y desde entonces su centro del campo cojea y el equipo trastabillea. El Arsenal dejó escapar a Vieira y apenas levanta cabeza, aparte de estar frenando la progresión de Cesc y hundir a Ljundberg. El Manchester es un equipo descabezado desde que el centro del campo lo ocupan Fletcher, O’Shea y Richardson o Giggs, a pesar de contar con una tripleta atacante bestial (C. Ronaldo, Rooney, Van Nistelroy).
Por el contrario, Emerson, Vieira, Camoranesi y Nedved son la esencia del éxito de la Juve. Xabi Alonso, Sissoko y Gerrard están construyendo un excelente Liverpool. El Milan flaquea en defensa, pero su centro del campo (Pirlo, Gattuso, Seedorf, Kaká) es apabullante. Y poco que decir cuando Mourinho alinea a Makelele, Essien y Lampard o Rijkaard hace lo propio con Edmilson, Xavi y Deco.
Ahora bien, no todos los intérpretes brillan por igual. Cuando Hamman suple a Alonso, el Liverpool se resiente. Cuando Rui Costa entra por Seedorf, el Milan flojea. Si Giannichedda y Blasi suplen a Emerson y Vieira, la Juve cae con estrépito. Cuando Makelele no juega, el Chelsea se gripa. Y cuando Iniesta y Van Bommel suplen a Xavi y Deco, el Barça sigue jugando con el mismo estilo, pero desaparece la creatividad, la claridad de ideas, el pase decisivo, el talento brillante.
No busquen muchas más explicaciones a los últimos resultados ligueros. Los esquemas tácticos de los equipos grandes siempre son los mismos. Pero cuando cambian los intérpretes, las orquestas desafinan.
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P.D. 1: Atención a Drogba: las molestias en su rodilla aumentan.
- Preocupación en el Chelsea
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Vídeo: Golazo exquisito de Kevin Nolan (Bolton) contra el Arsenal en Highbury Park. A Wenger le faltaban ocho defensas y sólo pudo empatar en el minuto 93 gracias al recuperado Gilberto. El Arsenal es ahora mismo una sombra de sí mismo.
Fotos: Juventus.com (Cannavaro y Thuram se abrazan tras ganar al Inter); Arsenal.com (Gilberto celebra su empate frente al Bolton en el minuto 93).