Cuando hablo de la trascendencia del factor físico en el fútbol no me refiero en absoluto al juego violento, ni al espíritu agresivo, ni a faltas especulativas. Esas son cuestiones de actitud, de concepto de juego o simplemente tácticas. Y tampoco me refiero al hecho de jugar con hombres altos o bajos, fuertes o livianos. Por factor físico entiendo la capacidad de un jugador (o de un equipo) para soportar un número elevado de esfuerzos repetitivos durante un período medianamente dilatado de tiempo. Esa capacidad va referida tanto al número de esfuerzos (partidos) muy seguidos, como a la propia regularidad en el rendimiento dentro de un mismo encuentro.
Esa capacidad física para rendir a alto nivel durante todo el partido y hacerlo de forma repetitiva dos veces por semana se está convirtiendo en un factor decisivo para comprender fenómenos como el de este fin de semana:
- Chelsea: derrota
- Olympique Lyon: derrota
- Arsenal: derrota
- Real Madrid: derrota
- Milan: derrota
- Barça: empate
- Werder Bremen: empate
- Bayern: empate
- Valencia: empate
Como bien apuntaba ayer un amigo (Espectador) en los comments, el fútbol no se debe ‘atletizar’. Coincido con él. Los futbolistas son futbolistas y no atletas, al igual que ocurre en cualquier otra especialidad deportiva. Pero eso no puede justificar la falta de entrenamiento, las lagunas en la preparación física, ni los errores en la recuperación del jugador porque se pagan gravemente. En forma de resultados como los de este fin de semana o bien en esos terribles bajones que sufren tantos jugadores y equipos a partir de la hora de partido. ¿Os parece razonable que un deportista profesional no sea capaz de aguantar un partido completo de su deporte?
Evidentemente, no todo reside en la capacidad física. Esfuerzos tan repetidos exigen buenas recuperaciones, rotaciones permanentes y cuidados esmerados. La mayoría de equipos ‘grandes’ han jugado esta semana prácticamente con los mismos jugadores en Champions que en liga, salvo lesionados, y también la mayoría han terminado ‘fundidos’. Quizás los entrenadores habrían querido rotar con mayor amplitud, pero la exigencia de los compromisos reduce ese margen, sea por falta de confianza en los suplentes, sea por darle continuidad a los automatismos adquiridos. Del cuidado de la salud personal de cada jugador ya sabemos que hay ejemplos magníficos y también pésimos. Pero la conclusión general que planteo es que, sea cual sea el estilo de juego que se posea, ofensivo o defensivo, de toque o de destrucción, sin una capacidad física elevada no hay quien soporte la actual exigencia.
Fotos: AP - Chelseafc.com- EFE - AFP.