lunes, noviembre 13, 2006

Equipo ofensivo, equipo defensivo


La paradoja del fútbol, pero también parte importante de su pasión, es que se puede triunfar desde conceptos opuestos. Desde un concepto ofensivo o desde uno defensivo. No está demostrado que uno sea mejor que el otro. Simplemente son distintos y antagonistas. Ambos buscan idéntico objetivo aunque por caminos diferentes. Rijkaard lo intenta desde una propuesta de ataque. Capello, desde una propuesta de defensa. Ambas ideas sufren problemas de equilibrio, dependen en gran medida del talento de algunos jugadores y precisan un gran trabajo táctico previo.

El Barça actual ha construido su jerarquía a partir de la voracidad de sus delanteros y el talento de sus medios. El Madrid de Capello está gestionando la reconstrucción desde el rigor defensivo y el contragolpe contundente. Por dicha razón, en un bando siempre se exige lo máximo de Ronaldinho, Eto’o, Messi, Deco o Iniesta y, en el otro, también de Ramos, Cannavaro, Casillas, Emerson o Diarra. No ocurre lo mismo con las líneas antagónicas de cada equipo. Se da por descontado que la defensa del Barça está condenada a sufrir, especialmente si enfrente tiene a un equipo fenomenal como el Zaragoza, erigido desde un espíritu similar aunque con distinto sistema operativo. También se acepta por amortizado que la delantera madridista dispondrá de pocas ocasiones a lo largo de cualquier partido y que deberá enchufarlas todas.

Si analizamos las estadísticas, Rijkaard y Capello están cumpliendo objetivos: el Barça es el máximo goleador (pese a la baja de su principal rematador) y el Madrid, el mínimo goleado *. Misión cumplida en la primera parte del campeonato. Las sensaciones subjetivas son algo distintas de las matemáticas: el ataque del Barça vive un momento complicado, que será aún más delicado con la baja de Messi en los próximos noventa días. La defensa del Madrid, por su parte, padece una inestabilidad crónica que convierte a Casillas otra vez en el hombre imprescindible de cada partido.

Desde la óptica mediática, Ronaldinho y Van Nistelrooy se quedan con todos los focos. El primero, por sus espléndidos goles y su indiscutible carisma. El segundo, por su fantástica contundencia: cinco remates, cinco tantos (uno anulado), eficacia absoluta. Pero más allá de los dos grandes protagonistas, no quiero pasar sin señalar otros aspectos. En el Zaragoza, el descaro de Victor Fernández en el Camp Nou con una propuesta futbolística excelente; el crecimiento constante de Diogo desde su llegada; la sobriedad defensiva de Sergio; la excelencia creativa de Aimar y las combinaciones al primer toque de sus delanteros. En el Barça, la omnipresencia de Iniesta en todas las funciones posibles; la energía colectiva del conjunto desde el primer minuto; la mejora en los automatismos de Gudjohnsen; y la exuberancia física de Sylvinho. En el Madrid, el perfeccionamiento ofensivo de Ramos, la entrega de Robinho, el paso adelante de Emerson, autor de una asistencia perfecta, y las eternas manoplas de Casillas. Por supuesto, Ronaldinho y Van Nistelrooy lo oscurecen todo. Merecidamente.

*: Un colega me reconviene que no es el Madrid el mínimo goleado (7), sino el Mallorca (6) y tiene razón.

Referencias
- Cómo distinguir entre ofensivo y defensivo

Fotos: AFP - AP - EFE.