viernes, marzo 31, 2006

Llega el Barça-Madrid y no lo parece


Los 11 puntos de diferencia, la sensación de juego colectivo superior y el malestar provocado por la infinita sucesión de errores en el remate ante el Benfica son las tres causas que encuentro para justificar el bajo perfil del Barça-Madrid de mañana. Casi el 40% de los aficionados barcelonistas preferían que Rijkaard reservara frente al Madrid a Ronaldinho, Etoo y Deco (aunque Deco ya ser reservó él solito en Lisboa), pero el técnico holandés no les ha hecho caso, pero amenaza con situar de nuevo a Motta como central. Quizás Rijkaard guste de jugar partidos con hándicap...

Comprendo que los aficionados lleven su pasión hasta ese límite, pero la razón obliga a respetar al Madrid al máximo nivel. Y no me refiero a la necesidad o no de los tres puntos, ni al orgullo de una victoria siempre apetecible, ni a las estadísticas históricas, ni tampoco a ningún deseo pérfido de caída madridista. Lo digo en el sentido estrictamente deportivo. Creo que Barça y Madrid son los dos grandes clubes del fútbol español y que deben respetarse siempre, tanto en los ciclos ganadores como en los perdedores. Hay demasiada historia en ambos como para despreciarse.

Yo no soy resultadista. Al contrario, soy excesivamente amante de la estética, del buen juego, del deporte por placer. Sin duda, es un defecto. Contra toda sensatez, prefiero una derrota bella que una victoria fea. Sé que esta afirmación no es coincidente con las opiniones mayoritarias de los aficionados, pero es mi sentimiento. Me gusta el deporte por el deporte, las jugadas preciosas, las estrategias valientes. Jugamos como nunca y perdimos como siempre, de acuerdo. Pero me apunto al jugar como nunca. A ofrecer recitales. A provocar espectáculos apasionantes. Por supuesto, no renuncio a la victoria. También me gusta ganar. Me gusta mucho, pero no al precio de sacrificar el estilo. En resumen, creo posible ser bello y eficaz. Y creo que uno de los motores del deportista es la búsqueda de la gloria y la leyenda.

El Barça de Ronaldinho puede ser un equipo legendario, como el Madrid de Di Stéfano, el Bayern de Beckenbauer o el Ajax de Cruyff. Dicen los poetas que el actual Barça es el fútbol. Pues por eso mismo no se le deben permitir actuaciones como la de Lisboa, ni el entorno puede caer en la soberbia y la prepotencia. Me enrabietan los días ‘pasotas’ del Barça. Será desidia o prepotencia y probablemente sea un sentimiento inconsciente, pero es un sentimiento de superioridad excesiva. Quizás hemos alabado demasiado a estos jugadores. Hemos regalado sus oídos hasta la extenuación. Hemos repartido todos los elogios existentes y hasta los inventados. Les hemos convertido en campeones del adjetivo. Hemos querido adelantarnos incluso al tiempo y dar por hechos unos triunfos que aún no han llegado. Enamorados de la belleza que destilan estos jugadores, les hemos envuelto en el aura de los intocables. Entre todos, les hemos relajado. Hemos tenido la osadía de proclamar que los suplentes ganarían la Liga, sin darnos cuenta que Gabri, Ezquerro, Maxi et altri forman parte de los llamados, pero no de los elegidos. Y es necesario bajarles de las nubes, darles un toque de atención público y masivo. De que vuelvan a tener hambre. Belleza sí; endiosamiento no. ¿O es que lo que fue criticable en el Madrid ‘galáctico’ es válido en el Barça ‘virtuoso’? ¿Es razonable el desprecio tan absoluto hacia el partido del sábado contra el Madrid?

Mi rabieta de estos días no va contra un resultado. No va contra el empate de Lisboa. Va contra el adocenamiento de unos jugadores que podrían construir un equipo de leyenda (aún están a tiempo), pero dejan escapar las oportunidades. Contra el Celtic hace dos años o frente al Chelsea el pasado. Hace pocas semanas, pudieron 'deconstruir' toda la mitología del Chelsea en Stamford y no lo hicieron. En Lisboa pudieron edificar una lección contemporánea de fútbol ante los ojos de media Europa y no lo hicieron. Pasan las ocasiones y el equipo no las aprovecha para levantar un muro de prestigio y solidez. Más allá de si el Benfica será peligroso o no, lo grave del partido del martes es que estos jugadores tenían una cita con la leyenda y la han desaprovechado de nuevo. Por todo ello, máximo respeto hacia el Madrid, que por algo es el rival histórico.

Vídeo: El 0-3 de la ida. Verán algunos rostros ahora ausentes: Florentino, Luxemburgo, Helguera, Pablo García, Xavi, Márquez, Messi... (Gentileza FcBarça.com)



Referencias
- El nuevo orden