miércoles, marzo 29, 2006

No iban sobrados; iban sobradísimos


Me lo podrán pintar de todos los colores, pero un equipo que presume de ser máximo goleador europeo, de eficacia indestructible, 2,5 goles por partido de promedio, los mejores ‘cracks’, el ‘jogo bonito’ por definición, fútbol de dibujos animados y demás definiciones a cual más creativa, si quiere ganar la Champions no puede dar el espectáculo de anoche en Lisboa. Desperdiciar nueve goles y acabar colocando a Valdés como estrella del partido gracias a tres paradones es como de risa. La noche ha sido tan ridícula para el Barça que por momentos parecía que se trataba de una broma pesada: se jugaba la mejor primera parte de la temporada para rematar peor que nunca y se entraba en la etapa final perdiendo tiempo y recurriendo a Gabri, lo que le daba alas al pobre Benfica.

No creo que el problema haya sido que iban sobrados. Tampoco los mil veces analizados problemas de la defensa. Ni el esquema archiconocido de Koeman, que había dictado su estrategia: Ricardo Rocha ha secado a Ronaldinho; Luisao y Andersson han amargado a Etoo; y el trío Beto-Petit-Manuelélé se han hartado a dar patadas para que Simao y Geovanni corrieran en busca de nada. Luego han entrado Miccoli y Karagounis y como Rijkaard ha tenido la ‘genialidad’ de introducir a Gabri, el partido ha terminado en caos. Pero tampoco nada de eso ha sido el problema, ni siquiera el triunfo moral de Koeman que ha conseguido el resultado que deseaba. El problema es que el Barça se gusta tanto, se recrea tanto, se relame tanto de arriba abajo, de izquierda a derecha, que se ha acostumbrado a no morder. En la Liga porque está sentenciada. En los partidos intrascendentes porque ¿para qué? En Stamford porque ya llegará la vuelta en el Camp Nou. Y así un día tras otro. No van sobrados. Van sobradísimos.

La suficiencia es pésima enemiga. Ya sé que los grandes amigos del optimismo antropológico argumentarán que el Barça sentenciará la semana próxima en el Camp Nou (muy probable); que siempre marca dos goles por partido como mínimo (pues ya no); que nunca está dos partidos sin marcar (pues ya sí); que si blanco o que si negro. Pero lo cierto es que al Chelsea se le dejó vivo en Stamford cuando aquella noche podía haberse despedazado al equipo de Mourinho. Y que el Benfica sale reforzado de un partido que debería haber terminado en goleada histórica y extirpado cualquier duda sobre la fragilidad de este Barça.

No me gustaría tener que pensar dentro de un tiempo que este equipo pudo ser muy grande, pero no buscó la gloria con rabia y por eso se quedó sólo en abanderado del ‘jogo bonito’. Si yo fuera Rijkaard estaría muy enfadado conmigo mismo por haber metido a Gabri pudiendo adelantar a Motta y zurcir la defensa con Sylvinho. Pero sobre todo estaría rabioso por la nueva oportunidad perdida. Rabioso con los jugadores: inutilizado Ronaldinho, desconocido Deco, atolondrado Van Bommel, desnortado Etoo, indescriptible Gabri... Menos mal que Iniesta se ha salido. Pero un equipo que pretende ser una leyenda, que pretende llamar a las puertas de la gloria (y no sólo ganar partidos), no debe relajarse así, no puede desperdiciar de este modo las posibilidades de expandir su prestigio, de transformarse en un gigante europeo.

P. D. 1: He visto esta temporada unos 80 partidos de la Premier inglesa y debo manifestar públicamente que ningún otro árbitro inglés es tan malo como este Mr. Bennett de anoche.

P. D. 2: Maravilloso Arsenal, con Cesc de capitán general. La Juve jugará la vuelta sin Vieira, Del Piero, Camoranesi, ni Zebina (estos dos, expulsados en los minutos 87 y 89). Todo es posible en Italia, por supuesto, pero Wenger ha dado otra lección y tiene las semifinales en la mano por primera vez en su historia.

Vídeos: El empate a nada del Barça en Lisboa y la gran victoria del Arsenal sobre la Juve (gentileza de FútbolArte.com y ValeChumbar.com)