
Las dos roturas fibrilares de Márquez y Edmilson dan la auténtica dimensión del papel que juegan ambos futbolistas en el Barça: el defensa imperial que traza la línea roja y el centrocampista que ejecuta el papel de acordeón flexible. Quizás no sean brillantes, pero son esenciales. La conocida ausencia de Puyol convierte estas dos nuevas bajas en sencillamente catastróficas cara al desafío contra el Benfica, pero no impide que el Barça disponga de alternativas fiables. Pensemos un poco en ellas.
Lo primero que hay que anotar es que ningún sustituto es igual al sustituido. Nos equivocamos cuando pretendemos que Iniesta sea como Xavi, Van Bommel como Deco, Giuly como Messi o Larsson como Etoo. Cada uno es cada cual, con sus características específicas, virtudes y defectos. Algunos pueden ocupar posiciones de otros y cumplir decorosamente, pero nadie está llamado a ser un clónico del ausente. La segunda cuestión a tener en cuenta es que Rijkaard es un hombre metódico, serio y sensato. No gusta de hacer probaturas raras ni frivolidades excesivas, más allá de los errores que pueda cometer. Por eso, cabe pensar que la triple sustitución que debe presentar en Lisboa será la que más sentido común tenga.


Otra cosa bien distinta es que ante el Getafe y mañana en Málaga juegue al despiste o haga determinadas pruebas, con Motta y Rodri, pero a eso se le llama ocultar las cartas.
Vídeo: El gol de Simao en Liverpool (gentileza de Benficasimao, sin sonido).
Referencias
- Koeman buscará no encajar gol
- El análisis de Marquinos
- Miccoli, recuperado
Fotos: Motta encargándose de Makelele (AP); Simao celebrando su gol en Liverpool (AP); Sylvinho frente al Alavés.