viernes, marzo 03, 2006

Los magos del balón


En una semana, los febriles partidos de Champions y los interesantes amistosos de selecciones han sembrado las retinas de grandes jugadores que crecen día a día, que se hacen gigantes, o simplemente que confirman su talento reconocido, su magia o su estilo. No pretendo clasificarles de ningún modo, pero sí citar a quienes durante esta semana han desarrollado un gran fútbol. Seguro que falta gente, nombres que serán bienvenidos.

Leo Messi. Capaz de todo lo que un aficionado puede soñar. Se echó al Barça sobre sus espaldas en Stamford y dinamizó a su selección frente a Croacia. Es un mago del balón al que la presión de un partido, la dureza de las entradas o el nombre del adversario no parecen distraer de su único objetivo: el balón. Contra el Chelsea le dio por dibujar filigranas peligrosas. Frente a Croacia marcó su primer gol con la selección y prácticamente regaló otro. Cada pelota que recibe es un susto para el rival y una bendición para el espectador.

Cesc Fábregas. Se adueñó del Bernabéu incluso anímicamente. Y conquistó la selección con su fútbol frío de bisturí inglés. En Madrid tuvo que jugar al contragolpe y trazó con tiralíneas unos pases imposibles y decisivos. En Valladolid mostró su mejor rostro británico: cortó, peleó, corrió, pensó, pasó y se ganó la plaza para el Mundial y una titularidad incuestionable si el equipo quisiera ser valiente. Ha crecido tanto en dos años que ni Wenger debe creérselo. ¿Qué cerebro del Barça le dejó escapar? Claro que ¿habría progresado así en España? ¿Acaso sería titular aquí?

Iker Casillas. El auténtico espíritu del Madrid. En el primer minuto de un partido agónico detuvo el disparo de Reyes cuando el corazón del Bernabéu ya se congelaba. Era el día del ataque del Madrid al fortín del Arsenal y resultó ser otra noche mágica de Casillas. Manos y pies de oro. Encajó un gol imparable del veloz Henry, pero salvó del KO a su equipo y le permitió, entre dimisiones, desfallecimientos y desistimientos, seguir soñando con la remontada en Londres. No es un portero, sino un salvavidas y vale por muchos.

Claude Makelele. Naufragaba el Chelsea y ahí estaba él como referencia, punto de apoyo en medio del barrizal. Siempre deja la duda de si tiene un hermano clónico jugando al mismo tiempo porque está en todas partes, arriba y abajo, siempre robando balones, cortando pases, cediendo a su colega Lampard y aniquilando las fuerzas del rival. Costaría encontrar otro mediocentro en el mundo con su capacidad física, su visión de juego y su entusiasmo discreto. Otro gran cerebro el de quien le dejó marchar.



Thierry Henry.
El bailarín del contragolpe. Zancada majestuosa, porte chulesco, hábil hasta provocar el sarpullido rival. Hizo del Bernabéu su jardín particular. En 90 minutos ganó varios ceros para su próximo contrato, tenga el color que teng
a. Es un hombre que consigue la unanimidad: nadie asegura que sería imprescindible en su equipo, pero todos afirmamos que no le querríamos ver en el conjunto rival.

Rafael Márquez. Un prodigio de posición. Si los grandes delanteros saben una milésima de segundo antes de rematar lo que van a hacer, este defensa mexicano tiene el reloj adelantado un par de segundos por lo menos. El balón anda lejos de sus pies y ya está colocado en el lugar del peligro. Es el hombre que siempre está en el sitio adecuado en el momento oportuno. Su compenetración con Puyol empieza a ser digna de un ‘dúo dinámico’.

Michael Ballack. Es un hombre elegante que parece no sudar cuando juega. Mantiene siempre un porte gallardo y altanero, a veces distante como quien está despreocupado. Pero es una pose: cuando menos lo espera el rival, ahí que aparece su remate demoledor. De volea estruendosa, de cabezazo impecable, de disparo seco. Es como el símbolo eterno del Bayern: juega al ‘tran tran’, pero cuando suelta su latigazo tiemblan hasta en Milán.


Por supuesto, hay muchos más pero sería demasiado extenso: el mágico pie de Juninho Pernambucano; la cabeza robusta de Huntelaar; la fuerza indescriptible de Puyol; la ubicuidad majestuosa de Gilberto Silva; la velocidad de Reyes; el cerebro prodigioso de Riquelme; el marcaje rotundo de Eboué; la ‘conectividad’ de Deco; el olfato de Forlán; la prodigalidad de Luisao; los reflejos de Buffon; la fortaleza de Touré; la magia de Alex del Piero... Son jugadores tan fantásticos que, si no les importa, lo de Florentino y La Caixa lo dejo para mañana.

Fotos: El Mundo del Siglo XXI & AFP (todas, excepto tacos de Del Horno en la pierna d
e Messi, foto de Jordi Cotrina, El Periódico de Catalunya).

Vídeo 1: Gol de Michael Ballack contra el Milan en Champions.



Vídeo 2: Golazo de Pouso (Uruguay) contra Inglaterra en el amistoso del miércoles.