lunes, noviembre 27, 2006

Poulsen como símbolo


Milan y Villarreal se pelearon a finales de la primavera por fichar al mediocentro del Schalke 04, ese rubio danés que barría y movía al cuarto clasificado de la Bundesliga, semifinalista de la UEFA, gallito en diciembre durante la fase de grupos de la Champions hasta el punto de tener contra las cuerdas al propio Milan, salvado in extremis por la campana. Monchi se adelantó a todos y Christian Poulsen, 26 años, 10 millones de euros como cláusula de rescisión, mejor jugador danés del año 2006, fichó por el Sevilla tras completar sus cuatro años de contrato con el Schalke.

Monchi había observado a Poulsen durante la temporada, pero el azar quiso que el equipo alemán se enfrentara al Sevilla en las semifinales de la UEFA y ahí, Poulsen fue un muro. Exhibición callada en ambos partidos, 210 minutos silenciosos pero magistrales. Poulsen manda en el centro del campo, pero más por posicionamiento que por físico (1,82 m.), por intuición del movimiento a cortar más que por una velocidad endiablada. Martí, Maresca, Adriano, Puerta, incluso Renato, todo el centro del campo sevillista se multiplicó en aquella semifinal, pero siempre tuvo enfrente a Poulsen, gigante en un mar de molinos. Del partido de vuelta en el Sánchez Pizjuán quedó la imagen del golazo de Antonio Puerta, pero en mi archivo guardé una instantánea de Poulsen, por si las moscas, imagen que ahora rescato.

Monchi, que es un águila, lo vio antes y mejor que cualquier de nosotros y le cazó pese al precontrato que unía al jugador con el Villarreal, a su vez vencedor de la pugna con el Milan, al que tan bien le iría en estos momentos un hombre de su perfil. Hoy, Poulsen es el símbolo del equilibrio del Sevilla, un equipo que no para de crecer orgánicamente y al que Juande le ha insuflado un espíritu ofensivo que complementa el carácter defensivo que le inculcó Caparrós. Poulsen es el mediocentro sobre el que pivotan los dos rostros del Sevilla: atacar y defender, en una nueva versión del fútbol total. Equipo todavía irregular por esas lagunas que de vez en cuando le sobrevienen, como ante el Athletic durante la media hora final. Pero equipo en progresión geométrica, tan seguro de sí mismo que ya empieza a ganar incluso en los peores días. Siempre sostenido en el eje por este jugador discreto y silencioso, un portento de colocación, anticipado a cualquier movimiento del rival.

Fotos: EFE - Getty.