domingo, diciembre 03, 2006
Un Werder eufórico y un Barça cauto: la mejor ecuación
¿Quién ha tomado el mejor camino: el Werder saliendo en casa a morder o el Barça reservándose sobre un césped peligroso? Cada cual ha obtenido lo que buscaba: el Werder, una victoria estimulante; el Barça, pasar el trámite del Levante sin nuevos lesionados. Pero, ¿quién ha acertado? Si se mira el resultado de ambos partidos (3-1 y 1-1), sin duda el Werder Bremen, que recupera el liderato de la Bundesliga con la inestimable ayuda de Stuttgart y Bayern, con sendos empates, y a la espera del partido de hoy del Schalke. A su vez, el Barça apunta a perder el liderato a poco que el Sevilla venza esta tarde en Montjuïc. Pero si miramos más allá del simple resultado, quizás el acierto no sea tan evidente.
Es muy importante no ir crecido a una final. En cualquier deporte sucede lo mismo. El papel de favorito es el peor para cualquier deportista. Si tenéis alguna duda al respecto, simplemente repasad las actitudes de gente como Nadal, Federer, Tiger Woods, Rijkaard, Lippi, Pau Gasol o Dani Pedrosa. Siempre huyendo del papel de favorito, intentando evitarlo por más que las evidencias les señalen con el dedo. Y para ello, nada mejor que llegar con hambre a esa final. Nada peor que acumular grandes éxitos en las horas previas. Quien necesita recolectar esos triunfos parciales en los días anteriores es que sufre alguna carencia, física, técnica, táctica o anímica.
El Werder Bremen ha salido con todo en casa frente al Hertha Berlin, buen rival. Ambiente de las grandes ocasiones, infierno verde, alineación titular, búsqueda urgente de una victoria reconfortante para los espíritus. Un triunfo que alimenta las expectativas, que hace crecer el ánimo y la ilusión. Exhibición de Diego, implacable Klose. Pero muy peligroso para el Werder. Ningún ensayo táctico, ninguna alternativa en el diseño del equipo, sólo caballería rusticana al ataque, defensa débil, mal colocada, desordenada en todo momento, concediendo ocasiones claras al rival. El Werder sale del partido crecido, eufórico, triunfador. Pero sin haber aprendido nada. Con sus mismas virtudes atacantes y sus mismos vicios defensivos.
El Barça ha saltado con una marcha menos al césped maltratado y maltratante de los levantinistas. Ha jugado un mal partido. Uno de los peores de la temporada. Ha probado con un 4-4-2 inédito de salida, con alguna baja de peso y, especialmente, reteniendo el aliento, las piernas y el espíritu. Rijkaard y Deco lo han reconocido sin tapujos: “Tenía la mente en otras cosas”, ha dicho el entrenador. “Era difícil no pensar en el partido del martes”, ha ratificado el futbolista. Así ha jugado el Barça: pensando en otra cosa. En no lesionarse; en no fatigarse. Ha jugado bastante mal, ha concedido excesivos corners y ocasiones al rival. Ha mostrado desajustes defensivos y también en la presión al centro del campo rival. El Barça sale del partido sereno, cauto y reflexivo. Sabe que tiene puntos débiles que debe cubrir el martes. Sale habiendo aprendido algunas pequeñas lecciones.
¿Quién ha aprovechado mejor el compromiso de este sábado? ¿El equipo que vence y surge exultante, pero sin ninguna lección aprendida? ¿O el que empata y sale del campo precavido y callado, pero más sabio? A todos los que en estas horas sólo han tenido en cuenta los respectivos resultados les recordaré dos precedentes de mucho interés: hace pocos meses, en pleno agosto, un Barça crecido, eufórico, vencedor impecable de la Supercopa española, goleador famélico contra el Bayern de Munich, se presentó en Mónaco para ganar la Supercopa europea. Favoritos indiscutibles, sus jugadores iban recogiendo premios por las esquinas y llegaron al campo vestidos con un smoking virtual. El Sevilla les machacó. Doce años antes, el ‘dream team’ había ganado su cuarta Liga consecutiva y alcanzaba la final de la Copa de Europa con una superioridad manifiesta. Exultante y prepotente, el líder de aquel grupo genial, Johan Cruyff, explicaba a quien quería oirle que “el Barcelona es el favorito. Es más completo, competitivo y experimentado que el que disputó la final de Wembley.(...) Futbolísticamente, el juego del Milan no es nada del otro mundo. (...) Es justo decir que salimos como favoritos”. Y ya saben lo que ocurrió.
Ahora repito la pregunta: ¿quién consiguió ayer un mejor posicionamiento para la final del martes?
Fotos: Bundesliga - EFE - AFP.