Dos cenas de Navidad totalmente opuestas. La del Milan, con una puesta en escena sobria, aderezada por el discurso demagógico de Berlusconi disparando dardos verbales contra la esposa de Shevchenko. Más 'showman' que presidente de club. Ancelotti, serio y preocupado, pues la temporada se le está yendo de la manos. Costacurta y tantos otros, ya en las despedidas. Kaká, sonrisa intacta. Si no fuese por el astro brasileño, la cena parecería una reunión de señores mayores, encorbatados e impolutos, casi de vuelta de todo. Imagen de equipo en retirada, decadente, de obligada renovación. Equipo glorioso y legendario, pero necesitado ya de aire fresco.
La otra cena es la de disfraces del Liverpool. Cachondeo indescriptible, sentido inglés del ridículo, jóvenes con ganas de comerse el mundo. Ningún apuro por mostrarse en público con alegría y desparpajo. Aunque, ¿lo aceptaríamos aquí? Serán imaginaciones mías, pero frente al hieratismo milanista se detecta una jovialidad entusiasta en el vestuario inglés.
Steven Gerrard abre la parada con su imitación de un Bob Geldof punkero:
Le sigue Bolo Zenden, vestido de Capitán América:
A continuación, el chileno Mark González, reconvertido en Hulk:
Y, por supuesto, Dirk Kuyt es Superman:
Debajo del gran loro está el inmenso Peter Crouch:
Y tras el maquillaje surrealista de un zombie, Pepe Reina:
Concluye el desfile (de momento), el nuevo 'rey de la noche': Luis García:
Fotos: AC Milan.com - The Sun (vía Bar Deportes).
