martes, febrero 20, 2007

La eliminatoria de los autobuses


No son autobuses idénticos de tamaño ni forma, pero son tres autobuses para estos partidos de ida de la Champions. El que colocará el Bayern esta noche en el Bernabéu; el que situará el Liverpool en el Camp Nou mañana; y el que tiene previsto ubicar el Valencia también mañana en San Siro. Autobuses de marcas distintas, pero con la misma voluntad: pasar el trago de la ida con el menor coste posible y dejar para la vuelta la decisión final. Autobuses metalúrgicos que auguran partidos trabados, cocidos a fuego lento en zonas reducidas del campo.



Procedente de los altos hornos del Ruhr (de Baviera, en realidad), llega el peor Bayern de la década. Su filosofía es la misma que la temporada pasada, en la que logró el segundo doblete consecutivo Bundesliga-Copa: no juega a nada y lo fía todo a una pegada descomunal. Pero hay una diferencia trascendental. De hecho, dos diferencias. Se fue Ballack y la pegada descomunal se convirtió en pegada de mosquito. Y la segunda, con poca repercusión mediática pero mucha futbolística: se fue Zé Roberto y se acabó la sujeción en el centro del campo, que hoy es un coladero. El Bayern apenas creaba fútbol, pero el doble pivote DeMichelis-Zé Roberto barría la zona central con esmero y entre Ballack, Pizarro y Makaay resolvían en los últimos minutos. Este año, el equipo muniqués se ha quedado sin barrendero (Ottl y Van Bommel no están funcionando ahí) y sin golpeador. Así que apenas le queda un recurso: poner el autobús en el Bernabéu ante un Madrid que sólo está cómodo cuando regala el balón, lo que augura un partido complejo desde el punto de vista táctico.



Desde los ambientes fabriles de Liverpool llegará al Camp Nou el autobús de Benítez. No es un autobús de hormigón armado, sino flexible como un acordeón. Imagino que planteará ese 4-4-2 que tanto se le atraganta al Barça, con Sissoko y Xabi Alonso en el doble pivote, Gerrard presionando arriba al mediocentro local y quizás una banda izquierda con doble refuerzo (Riise-Zenden). Dos líneas muy físicas situadas muy arriba para que Puyol se enrede en la salida del balón y entre Xavi y Deco se pasen el cuero sin capacidad de profundizar, pero con el riesgo de que una pérdida en esa zona equivalga a un contragolpe feroz de Gerrard, Bellamy y Kuyt, tres armas veloces y letales. De ahí que las frases de Deco en “El País” ("No vamos a ganar por 4-0, así que decidirá Anfield. Por eso es trascendental que no nos marquen en casa. Mejor un 0-0 que ir allí con un 2-1”; “La clave en la eliminatoria será no perder los nervios. Hemos de ser un equipo inteligente”) adquieran todo su sentido analizando el antídoto que presentará Benítez, que ya anuncia que un 0-0 figura entre sus objetivos. El Barça puede desmontar el autobús si mueve rápido el balón entre líneas.



Y con los genes del mismo Benítez, y procedente de los altos hornos saguntinos, se plantará el Valencia en San Siro frente al Inter, plusmarquista europeo de victorias consecutivas. El mismo Valencia que venció al Barça el domingo. Un cuarteto de hierro forjado (Albiol, Ayala, Albelda, Marchena) atrás y cuatro ‘velociraptors’ (Angulo, Silva, Villa, Morientes). Esconderse atrás para lanzar el zarpazo. Camaleónico Valencia. Enfrente, un Inter sin Vieira, pero con los recuperados Adriano e Ibra más la frenética movilidad de Stankovic. Imbatible en el calcio italiano, en Europa dejó algunas dudas, como esas dos derrotas ante Sporting de Lisboa y Bayern (0-2) en Milán y esos escasos cinco goles en seis partidos, aunque es cierto que ha llovido bastante desde entonces y este Inter es otra cosa, más fluido, más certero.

Ya sabéis que mis pronósticos acostumbran a fallar estrepitosamente en cuanto a los resultados (no tanto en lo referente al desarrollo de los encuentros). Creo que serán tres partidos fuertes, pero de fútbol áspero y escaso, en los que Madrid, Barça y Valencia tomarán ventaja (aunque sea empatando sin encajar goles) para resolver en la vuelta. Lo dije cuando el sorteo y sigo pensando lo mismo: los tres españoles son mis favoritos. Aunque por los pelos.

Fotos: AP - Bundesliga - Empics - EFE.