martes, febrero 13, 2007

La Champions que propone Platini


La llegada de Michel Platini a la presidencia de la UEFA ha sido acogida con notable preocupación en ámbitos futbolísticos de España, Inglaterra e Italia a causa de su idea de modificar la composición de la Champions League reduciendo a tres los participantes de dichos países. ¡ Anatema ¡, se ha gritado en los tres idiomas, pues esa reducción se entiende como catastrófica para esas representaciones, sobre todo si dichas plazas acaban revirtiendo en los campeones de modestos campeonatos de la Europa más oriental. Pero, en realidad, ¿cuánto afectaría dicha medida?

Muy poco. He repasado las últimas cinco ediciones de la Champions y en todas ellas hay equipos descolgados de esas tres naciones. Ahora mismo, en la presente edición, Osasuna y Chievo, cuartos clasificados en España e Italia, respectivamente, ni siquiera pudieron superar la fase previa y alcanzar la de grupos. El resto, es cierto, han llegado todos a octavos: diez equipos de dieciséis participantes, un dominio aplastante.

Vayamos más atrás, a la temporada pasada: el Everton inglés tampoco pudo llegar a la fase de grupos y Betis y Udinese se quedaron en ella sin alcanzar los octavos. Un año antes, en la temporada 2004-2005, Valencia, Depor y Roma se quedaron en la liguilla de grupos y no pasaron de octavos ni Arsenal, ni Manchester United. Retrocedamos otra temporada: el Newcastle ni siquiera alcanzó el listón mínimo de la fase de grupos y Lazio e Inter se quedaron en octavos. Concluyo el breve análisis (aunque ir más atrás modificaría los datos, pues era Alemania quien contaba con cuatro equipos) con la Champions 2002-2003: el Liverpool se frenó en la fase de grupos y Depor, Arsenal, Newcastle y Roma en octavos.

Estas cinco últimas temporadas arrojan, por tanto, dos conclusiones: los equipos de España, Inglaterra e Italia dominan la competición, pero no necesitan para nada cuatro equipos cada una para continuar dominándola. No hay ningún elemento estadístico que avale la presencia de cuatro equipos españoles, ingleses o italianos, aunque por la misma razón tampoco existe el más mínimo argumento para que esas tres plazas sean ocupadas por campeones de ligas modestas. Platini explica que esa opción ampliaría el abanico de países en competencia en la fase de grupos. Sus oponentes afirman que la competición perdería atractivo en las naciones más poderosas y el glamour de algunos equipos importantes. La única realidad sostenible (y no puntual de un año concreto) es que la discusión no se basa en cuestiones futbolísticas, sino de votos electorales por una parte y derechos de televisión por la otra. La competición apenas sufriría la menor alteración.

Fotos: Getty - EFE - AP.