domingo, julio 09, 2006

Francia construyó su resistencia física en la altitud alpina

Música | The Price Of Winter
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Un factor decisivo en el estado físico de la muy veterana selección francesa (la de mayor edad promedio) en este Mundial que hoy termina ha sido su preparación en altitud en los días previos al inicio del torneo. Francia se concentró en la estación invernal de Tignes, a 2.100 metros de altitud, en los Alpes franceses. En realidad, no fue un entrenamiento en altitud de estilo ortodoxo, sino una pequeña concentración de seis días (21 al 26 de mayo), en la que se buscó trabajar factores como la resistencia aeróbica y la fuerza. El fuerte entrenamiento con cargas se alternó con excursiones colectivas como la que llevó a todo el equipo a la cima de la Grande Motte, a 3.600 metros de altura, extenuante caminata y escalada de alta montaña que estimuló el sentimiento de grupo e interdependencia entre sus miembros, algunos de los cuales rozaron el agotamiento.

El trabajo en altitud resulta muy importante para un equipo que debe afrontar un torneo de corta duración como es un Mundial. Los efectos de seis días de trabajo pueden ser relevantes, aunque lo idóneo sean dos semanas de preparación. El entrenamiento en altitud provoca un aumento natural de los glóbulos rojos en sangre, los encargados de suministrar oxígeno a los músculos, tarea fundamental en un torneo donde se juegan partidos cada cuatro días. Este tipo de entrenamientos son masivamente practicados por atletas y especialistas en deportes de resistencia desde hace décadas. Así, los entrenamientos de los marchadores españoles en México y después en El Teide o los de fondistas kenyatas en laderas próximas al Kilimanjaro han sido universalmente descritos por técnicos y preparadores. Casi todos los países con orografía adecuada poseen centros especializados, destacando en España el Centro de Alto Rendimiento (CAR) que funciona en Sierra Nevada, una magnífica instalación.




Una semana de trabajo intenso en altitud otorga un mínimo de dos semanas de efectos beneficiosos en los organismos, que pueden prolongarse durante otros quince días más en función de la intensidad del trabajo realizado. Así, Francia se concentró entre el 21 y el 26 de mayo y las cargas de entrenamiento fueron muy potentes. Después descendió a nivel del mar y los efectos del entrenamiento no empezaron a percibirse en sentido positivo hasta el 20 de junio como estaba previsto (ver gráfico). El rendimiento físico global del equipo francés fue muy discreto en sus primeros dos partidos del Mundial (contra Suiza el día 13 y Corea el 18). Se les vio fatigados, síntoma clásico tras un período de entreno en altura. Fue a partir del 23 de junio (ante Togo), cuatro semanas exactas después de abandonar la preparación en altitud, cuando la capacidad física del grupo se percibió en pleno esplendor, estado que todavía se mantiene doce días más tarde, aunque ahora obedezca más al 'subidón' anímico que a los efectos de la altitud. Este ‘retraso’ en la puesta en forma fue voluntario y obedece a una carga más fuerte de entrenamiento de lo que podía creerse, realizada durante la semana de preparación en Tignes y también en las dos semanas posteriores ya a nivel del mar.

Lo indiscutible es que el estado general de los jugadores franceses ha destacado poderosamente a lo largo de los seis partidos disputados hasta el momento, especialmente si consideramos la edad que tienen la mayoría de ellos y el elevado número de encuentros jugados esta temporada. Pero el entrenamiento en altitud bien dirigido produce estos efectos. La selección francesa los descubrió en 1998, cuando Aimé Jacquet concentró al equipo en el mismo Tignes con vistas al Mundial de aquél año y, desde entonces, el equipo galo se concentra cada dos años en altitud antes de un gran torneo.

Referencias
- Preparación en Tignes
- Escalada de alta montaña
- Los efectos beneficiosos del entreno en altitud


Fotos: Ribéry encabeza la escalada a la Grande Motte (AP); Zidane y Makelele, en la misma escalada (AP); el gráfico de la 'supercompensación' por efectos de la altitud (Entrenadores.info); Malouda, Boumsong y Zidane, entrenando junto a la nieve (AP); Domenech, en la Grande-Motte (L'Equipe).