miércoles, mayo 24, 2006

¿Puede sobrevivir el tándem Carboni-Quique?


Más allá de las simpatías que cada cual pueda sentir (o no) por Quique Sánchez Flores, personaje que no deja indiferente a nadie, es indiscutible que ha conseguido una buena clasificación... con un juego gris. Los dos títulos logrados por Rafa Benítez en 2002 y 2004 pesan mucho en Valencia a la hora de evaluar cualquier otro resultado que no sea la victoria absoluta. Pero entre ambos títulos ligueros cabría recordar que también Benítez fue quinto, por no hablar de la séptima plaza de la temporada pasada, la del tándem Ranieri-López. Tan indiscutible me parece la buena clasificación del Valencia en la Liga concluida como su juego pesado, monótono, discreto, sin chispa. Ante la críticas, Quique se refugia en los jugadores de los que dispone, varios de ellos en el inicio del declive.

La cuestión ahora parece residir en la difícil convivencia que Quique va a tener con Carboni, subordinado suyo hace una semana, superior jerárquico desde el viernes pasado. No será un tránsito cómodo, adornado por tensiones que no parecen abandonar el club como esa dimisión hoy mismo de Eduardo Maciá, asesor deportivo del presidente. Lo que está en juego es la dirección que tomará la renovación del equipo. En la renovación hay coincidencia: este Valencia está agotado. No da para más y hay que cambiarle la cara. Tiene más de 30 jugadores en nómina que apenas le dan para formar un once sólido con que arropar al genial Villa. Quique ha intentado alegrar a la parroquia diciendo que se le añadirá una sonrisa a todo, pero lo trascendental es saber cuál será la próxima cara. Quique apuesta por gente como Morientes y Carboni por Soldado. Son dos caras y dos edades muy distintas.

Fotos: As - EFE.